Yo, el jurado (1982)

Sin lugar a dudas Mike Hammer, detective creado por Mickey Spillane a mediados de los años cuarenta, es el más violento de los personajes de la novela policíuaca clásica, cuyo perfil ha quedado en segundo plano frente a los Phyillip martlowe y Sam Spade de dominio público. Hammer sin embargo ha sido objetivo indiscutible para el cine y la televisión, desde una adaptación en blanco y negro interpretada por Biff Elliot y dirigida por Harry Essex en 1953 a las interpretaciones que hicieron para la televisión Darren McGavin y, especialmente Stacy Keach.

Atención a ésta adaptación ochentera que interpretó Armand Assante (un actor más forjado en papeles secundarios) y que dirigió Richard T. Heffron (director de la secuela “Mundo Futuro” (Future World, 1976) y de la miniserie “Norte y Sur”) ambientada en la ajetreada ciudad de Nueva York donde desde su despacho Hammer, aquí veterano del Vietnam, se implica en la investigación del asesinato de un amigo suyo, manco de un brazo y que últimamente visitaba una clínica de terapia sexual dirigida por una sensual como misteriosa doctora (Barbara Carrera).

Pero alguien más está interesado en seguir las pistas que llevan a Hammer a desvelar una verdad que a pocos interesa. Usándose de un asesino en serie como señuelo intentarán a por todas que Hammer rastree una pista falsa. Como reclamo de la época no le falta violencia y sexo en un film que destaca por algunas secuencias efectistas (la del restaurante oriental o el coche esquivando un sendero minado). Inolvidable Barbara Carrera como femme fatale de la función y que aporta una buena dosis de erotismo a su personaje.

El chuleta Armand Assante interpreta al detective Mike Hammer, mujeriego y adicto al gatillo, envuelto en una investigación por el asesinato de un viejo amigo suyo. Como suele pasar en estos casos, el suceso esconde algo más y llevará a Hammer a meterse de lleno en una trama donde ocurre de casi todo. Y ese "casi todo" es lo que lleva a generar en el espectador bastante confusión, ya que presenciamos todo un desfile de personajes metidos en situaciones absurdas y locas (ojo a la "clínica" regentada por el personaje de Barbara Carrera).

Lo anteriormente dicho no quita que la película no aburra y tenga de vez en cuando escenas de acción más o menos competentes, pero es un lastre que para una cinta detectivesca sea tan difícil seguirle el argumento, debido a que no queda bien explicado qué hacían determinados personajes en situaciones concretas, con lo que pierdes el hilo y simplemente te dejas llevar, esperando la próxima locura que surja durante la trama.

Detalles a destacar serían el personaje principal y la banda sonora. Assante es un tío que siempre me ha hecho gracia con esos aires de chulopiscinas con cierto estilo que suele aplicar a sus papeles (quizás tenga algo de eso en la vida real), pero por desgracia nunca ha terminado de dar el salto a grande producciones como protagonista principal. Y la música de Bill Conti me parece bastante cañera y con personalidad.

En resumen, estamos ante una película a ratos entretenida y con un personaje con cierto carisma. Se deja ver, pero su confusa trama te hace desconectar y seguir con interés real lo que estás viendo.