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La buena vida (2008)

La buena vida
108 min.
6,1
1.148
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Disponible en:
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Trailer (Español)
Sinopsis
Narra cuatro historias urbanas del Santiago de Chile de nuestros días. Año 2008. Teresa, Edmundo, Mario y Patricia son cuatro habitantes de Santiago cuyas vidas se entrecruzan en medio de bocinazos, frenadas y alarmas de autos, pero que difícilmente llegan a tocarse. Sumidos en la vorágine urbana, cada uno de ellos persigue su sueño: Teresa (Aline Kupenheim) una psicóloga que busca salvar vidas, Edmundo (Roberto Farías) un peluquero que anhela tener un auto; Mario (Eduardo Paxeco) quiere entrar a la Filarmónica, y Patricia (Paula Sotelo) sobrevive. Cada uno anhela algo que pareciera ser asequible. Ninguno lo logra. Lo que obtendrán será inesperado. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Comedia Comedia dramática
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Chile Chile
Título original:
La buena vida
Duración
108 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Chile-Argentina-España-Francia-Reino Unido;
Premios
2008: Goya: Mejor película extranjera de habla hispana
"Particular ejercicio de hiperrealismo urbano, con la complicidad de unos actores a los que parece resultarles fácil eso que en el cine español parece casi una quimera: creer que en la pantalla hablan, sienten y respiran personas y no personajes."
[Diario El País]
"Tiene el acierto de encontrar tres personajes que despiertan el interés del más despreocupado. (...) Wood tiene madera de buen director y combina con acierto los elementos (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
3
3
Positiva
0
Neutra
0
Negativa
7
Para vivir bien, amar bien
Tomando como punto de partida tres vidas adultas —dos hombres y una mujer—, con nada en común entre ellos, salvo que como seres humanos están llenos de temores y rencores; el cineasta nos muestra la metáfora de los valores de una sociedad como la chilena —e igual diría yo, en otras partes del mundo— y una crítica a quienes la habitamos entre la vida y la muerte, como únicos márgenes para repetir los mismos errores.

De pronto resulta una película coral, pues son muchas las voces que se hacen escuchar: prostitutas que no se cuidan, adolescentes embarazadas, músicos con ilusiones, consejeros, dictadores de la belleza física, esposos fracasados, etc. A fin de cuentas todos claman por encontrar su derrotero. A veces acomodado a sus intereses, pero con la idea clara de encontrar a través de ello la felicidad.

En este sentido, el filme se reafirma desde un principio con una alta dosis de verismo, aunque en créditos finales se lee que la película está basada en hechos reales. Con toda seguridad, más de un de espectador —y lo digo porque hay quienes siguen engañándose a sí mismos— se sentirá involucrado en una historia con unos personajes que terminamos aceptando con sus defectos y virtudes. ¡Hasta con su paranoia! Diría yo.

Pero, ¿qué es la buena vida para usted? ¿Vivir bien, pasarlo bien, hacer el amor bien? Las tres vidas propuestas en esta historia y desde esta perspectiva, el cineasta lo reafirma a través de un joven músico, una psicóloga sexual y un esteticista; para decirnos que lejos o que tan cerca estamos de la buena vida. Que con toda seguridad es una de las nuestras. Porque el cine siempre nos muestra como un grande espejo lo que nos ocurre.

La gran reflexión que suscita la lectura de este filme, es que la buena vida, son aquellas cosas amargas que nos hace dilucidar el camino a seguir mientras transitemos con vida en este planeta a la que llamamos tierra. Es evidente que la buena vida es tener paz con uno mismo. Al final, parece que todos la encuentran. Y digo parece, pues nunca estamos contentos con lo que tenemos y con lo que logramos. Ya lo dice algún apotegma: “Si quieres conocer a una persona, no le preguntes lo que piensa sino lo que ama”.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Amor, soledad, trabajo, muerte, sueños...
Santiago de Chile, en cuya vorágine urbana se mueven sus vidas que se entrecruzan a diario entre bocinazos, frenadas de coches y las prisas por sobrevivir sin llegar nunca a encontrarse. Andrés Wood toma el pulso de la ciudad adentrándose en las relaciones y afectos de cuatro seres anónimos, todos distintos, que circulan por sus calles, teatros, instalaciones culturales o avenidas. El amor, la soledad, el trabajo, la muerte y los sueños son los temas pilares de un film que logra brindar una mirada humana y no exenta de profundidad del Chile actual y sus gentes.

Una mirada desde mi punto de vista imparcial, realista y bastante sincera sobre cuatro personajes que nos dibujan distintos niveles sociales en el Santiago actual, cuyos anhelos se sobrellevan de manera diferente en cada una de sus familias y el contexto que les ha tocado vivir. Los puntos fuertes de la película son el guión, las interpretaciones (me quedo con Edmundo y la niña Paula), la excelente fotografía y retrato de la ciudad de Santiago, y un meritorio montaje que entrecruza el día a día de los cuatro protagonistas con gran naturalidad y sin altibajos. Sobre si este retrato corresponde o no a la realidad de Chile, deberán opinar ellos mismos, pero a mí me dejó un buen sabor de boca y la sensación de que no dista demasiado de lo que ocurre en cualquier otro lugar, a pesar de los tópicos mediáticos o las distancias kilométricas. Recomendable. (Puerta de Babel)
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7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
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