Mi amigo el gigante (2016)

A pesar de que Spielberg no siempre ha conseguido mantener su fantástico nivel en todas sus películas, tengo que reconocer que siempre que voy a ver una nueva película suya, voy con toda la ilusión del mundo, dispuesto a encontrarme con una de esas historias que te hagan sentir la mágica del cine, pocos como Spielberg han sabido llevar esa mágia a las salas. Mi ilusión por la película va mas allá, porque llevo conmigo a mis hijos y sueño con vivir con ellos lo que yo viví en su momento viendo ET con mi padre, pero... no es así. A la hora de película mi hijo de 8 años ya no sabía como ponerse y me hizo esa temida pregunta: falta mucho para que termine, papa?

No sé muy bien a quien va dirigida esta película, demasiado infantil para los adultos y demasiado sensiblera y lenta para los niños. Muy lenta, mucho... buscando despertar un sentimiento a través de bonitas palabras, que en ningún momento llega a conmover. Técnicamente es magnifica y la música estupenda, pero la historia no trasmite nada y se queda muy muy lejos de lo que un fan de Spielberg podría esperar.

No voy a discutir que técnica y visualmente es una maravilla a la altura de las mejores películas sobre fantasía del señor Spielberg, bien apoyado en las mejoras técnicas que hacen que la actuación de Mark Rylance sea memorable. (menuda gama de matices da a la expresión del actor el uso del ordenador) Tampoco voy a negar que Spielberg sabe como nadie manejar niños en un plató de cine. Su último descubrimiento, Ruby Barnhill promete convertirse en una de las futuras estrellas de Hollywood, si no se echa a perder como Drew Barrymore y alguna más.
Pero hasta ahí las bondades de la cinta. El resto es convencional y plano, desde la poca profundidad de los personajes, excesivamente estereotipados, hasta la poquísima emoción que trasmite la película.
Para mí está bastante lejos de su mejor cine para toda la familia. Creo "Mi amigo el gigante" tiene un comienzo tan flojo y aburrido, que aunque la película, admito, que tiene media hora final bastante buena, el espectador ya está desenganchado de la historia y predispuesto contra la película. Si no emociona a los adultos, no quiero ni imaginar cómo va a aburrir al sector infantil.

En resumen: Spielberg ha perdido el toque mágico que le llevó a ser el mejor contador de historias para toda la familia.