arrow

Los chicos terribles (Les Enfants terribles) (1950)

Los chicos terribles (Les Enfants terribles)
105 min.
6,7
674
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer (FRANCÉS con subtítulos en INGLÉS)
Sinopsis
Dos hermanos adolescentes, que alimentan una insana obsesión el uno por el otro, crean un mundo privado en la desordenada habitación que comparten. La intrusión del mundo exterior los llevará a una dramática situación. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Adolescencia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Les enfants terribles
Duración
105 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1952: Premios BAFTA: Nominada a mejor actriz extranjera (Nicole Stéphane)
9
"Como no había pena de muerte en los colegios, Dargelos fue expulsado"
Juegos prohibidos, hermanos incestuosos, cuartos contenidos dentro de sí mismos, amores secretos, tesoros escondidos, homosexualidad soterrada: "Les enfants terribles" pasa por ser la versión perversa y enfermiza de aquellos ingenuos "Soñadores" de Bertolucci. El modo en que afloran las turbias vetas psicológicas de los hermanos protagonistas es, paso a paso, el compás de espera de una película que se introduce como el vapor de algún oscuro veneno por las narices, para hechizar lenta y maliciosamente el lado más vulnerable de nuestro cerebro.

Entre juego y juego, nuestros hermosos y turbios hermanitos avanzan hasta el punto sin retorno de la extraña obsesión que sienten el uno por el otro. Son como dos siameses ciegos, pero al mismo tiempo dolorosamente conscientes de estar unidos por las caderas del alma. Se aman, se envilecen, se traicionan: ella se casa con otro, él construye una ciudad dentro de su habitación para huir de ella o quien sabe, recuperarla. El vaivén asfixiante de su relación te mantiene en un vilo no del todo sano: y cuando llega Aquello, la escena parece los restos de un mundo petrificado: nunca un piano de Bach sonó tan lúdico...tan macabro.

El modo en que están plasmados los interiores es cosa de otro mundo. Te lleva de la mano sin esfuerzo a los fuertes y a las ciudades construidos durante la infancia para esconderse, sin saberlo, de la muerte. Refugios para contener la sensación que te provocan las estancias con techos demasiado altos y suelos demasiado extensos. La cámara literalmente interroga al escenario y sólo obtiene una respuesta: "Miedo".

Terrible es esta historia, como terribles son sus protagonistas: cruzar el umbral requiere armarse de inconsciencia. Pero proporciona algo que no dan otras películas: la certeza de haber visto algo más que cine. ¿Es ese algo bueno, o malo?

...todavía no estoy muy segura...
[Leer más +]
41 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
La fortaleza
El propio Cocteau (autor de la novela homónima) será el encargado de grabar la tediosa e insufrible voz en off que durante toda la película podemos escuchar; novelando, aún más si cabe, el trabajo de dirección de Melville. Pomposo y, sobre todo, prescindible recurso que no ayuda ni avanzar la historia.

Melville, sin saber desembarazarse de la sombra de Cocteau, sólo consigue ciertos planos (casi todos picados o con grúa) de gran calidad como la guerra de bolas de nieve del principio o la primera vez que los chicos suben a la gran sala de suelo ajedrezado de la mansión. En esta misma sala, también encontraremos la mejor escena de la película, cuando Paul (Edouard Dermithe) decide separarse del grupo y montar una réplica de su habitación en esa sala llena de eco.

Contradicciones físicas imposibilitan creerse la historia. La elección de los actores fue uno de los muchos puntos donde Cocteau y Melville chocaron. Cocteau impuso a Edouard (pariente del artista). Elizabeth (Nicole Stéphane) y Paul interpretan personajes de dieciséis años pero la realidad era muy diferente. Nicole tenía 27 años y Edouard 24. Unido a una belleza fría, muy de Cocteau, y al registro teatral que usa sobretodo Nicole, terminan por dar una sensación artificiosa e inverosímil.

Existen dos puntos fuertes en “Les enfants terribles”. Uno es el empleo de la música que Melville usa como un personaje más, acentuando la obsesión y el juego sexual entre ambos hermanos. El otro punto es la estupenda escenografía de los interiores (sobre todo de los dormitorios), creando fortalezas donde el exterior nunca pueda herir. Se percibe la muralla que separa al mundo de estos dos hermanos, y ni siquiera los invitados (Agatha y Gerard) son capaces de poder entrar. Es más, la entrada de estos invitados, subraya ese mundo de juegos privados. Melville sabe captar muy bien esta intimidad perturbadora cerrando mucho los planos de forma que percibimos el aislamiento de los hermanos. Consigue una atmósfera amarga y libidinosa pero entonces llega Cocteau y se la carga en el momento en que se pone a hablar.
[Leer más +]
34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Los chicos terribles (Les Enfants terribles)
Fichas más visitadas