TRÁILER (VO)
Ver 2 más- Sinopsis
- En 1527, durante los primeros años de la conquista española, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, tesorero de Carlos I de España, se embarca en la expedición de Pánfilo de Narváez a Florida. La expedición naufraga en las costas de Louisiana. Alvar es hecho prisionero y convertido en esclavo. Después de sufrir todo tipo de humillaciones es dejado en libertad. Se reencuentra con cuatro compañeros y juntos emprenden un viaje de cuatro años que culminará en lo que hoy es el territorio de Sinaloa. (FILMAFFINITY)
- Género
- Aventuras Conquista de América América colonial Siglo XVI
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 1991 / México
- Título original:
- Cabeza de Vaca
- Duración
- 103 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción México-España;
- Links
Premios
¡No se oyeee!
9 de diciembre de 2008
Esta película se basa en los «Naufragios» de Álvar Núñez Cabeza de Vaca y, al principio, parece que va a ser un homenaje en forma de naufragio cinematográfico, porque no se puede rodar peor ni de forma más ridícula (la escenita de las balsas es de sonrojo). Luego todo se va enderezando y la película va ganando pulso, riqueza plástica y tensión. Se agradece la voluntad de contar las cosas de otra manera, el aire de documento antropológico de la cinta, la naturalidad con la que se plasma el deterioro de una mente y cómo se impone el instinto de supervivencia, aún a costa de convertirse en una mezcla de guiñapo, esclavo y santero. Todos sabemos que las religiones son pura superstición, pero para denigrar el cristianismo no hace falta exaltar la hechicería: mis convicciones cartesianas, racionalistas y materialistas me hacían rebullir en la butaca cada vez que veía esas escenitas de exaltación de la brujería, me parece un recurso facilón y tramposo, pero qué le vamos a hacer. Los actores: los indígenas son extraordinarios, todos, sobre todo el príncipe macizo que sale al final y en enano cabroncete del principio. Juan Diego, por no sé qué misterio interpretativo, consigue estar estupendo y fatal a la vez, según escenas –y a veces en la misma, sin que cambie el plano ni nada–. Por último, no sé si es que los altavoces de la Filmoteca Nacional de Madrid son una porquería o es que el sonido original de la peli es así de malo, pero daba igual que hablaran en castellano, en latín o en náhuatl: no se entendía ni torta de los diálogos.
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27 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacia el Pánuco, siempre
14 de enero de 2011
Hay joyas del cine que por razones que no acierto a entender pasan casi desapercibidas. Esta película fue rodada hace 20 años y no sé ni siquiera si fue estrenada en España. Tuve la suerte de verla hace poco en un cine club al que sólo van cuatro gatos.
Cabeza de Vaca es la odisea de un conquistador (basada en hechos reales) que tras naufragar en las costas de Florida, es aprisionado por una tribu indígena, esclavizado y acaba asimiliando las costumbres, lengua y creencias de las tribus del norte de Méjico, iniciando así un proceso de simbiosis que lo marcará para siempre. Llegando incluso a poner en duda su propia fé católica, Cabeza de Vaca se convierte en un chamán con poderes sobrenaturales.
Una historia de conquistadores, aventureros, brujos y hechiceros que acaban hechizando al propio espectador. Todo baña en una atmósfera mágica, casi mística, con una fuerte carga dramática e intensidad que sólo podía encarnar un actor como Juan Diego, nuestro dios del olímpo cinematográfico.
Tenemos en paralelo un enfoque entográfico que se distingue de los clásicos clichés del indígena que tanto abundan en el cine y sorprende por su originalidad y autenticidad.
En una palabra : magistral.
Cabeza de Vaca es la odisea de un conquistador (basada en hechos reales) que tras naufragar en las costas de Florida, es aprisionado por una tribu indígena, esclavizado y acaba asimiliando las costumbres, lengua y creencias de las tribus del norte de Méjico, iniciando así un proceso de simbiosis que lo marcará para siempre. Llegando incluso a poner en duda su propia fé católica, Cabeza de Vaca se convierte en un chamán con poderes sobrenaturales.
Una historia de conquistadores, aventureros, brujos y hechiceros que acaban hechizando al propio espectador. Todo baña en una atmósfera mágica, casi mística, con una fuerte carga dramática e intensidad que sólo podía encarnar un actor como Juan Diego, nuestro dios del olímpo cinematográfico.
Tenemos en paralelo un enfoque entográfico que se distingue de los clásicos clichés del indígena que tanto abundan en el cine y sorprende por su originalidad y autenticidad.
En una palabra : magistral.
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16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
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