Jugando en los campos del Señor (1991)

La película me parece una párábola excelente sobre la intromisión del occidental en culturas, espacios y modos de vida que le son ajenos. Babenco aporta una mirada excéptica y lúcida al tiempo, de los distintos "recursos" que los occidentales hemos perfeccionado para destruir todo aquello que no entendemos. El poso final parece de desesperanza; no tenemos forma eficiente y correcta de acercarnos a esas culturas... pero, creo que por encima de todo Babenco quiere decirnos que no experimentemos, que la única forma de enfrentarnos a otras culturas es respetándolas y no entrometiendonos en sus formas de vida.

En su linea de autor que denuncia situaciones concretas, de apariencia irreversible, Héctor Babenco (brasileño y argentino) aprovecha esta novela de Peter Mathiessen para junto a Jean-Claude Carriére (apreciado guionista de Luis Buñuel) clamar contra la intervención en el Amazonas de aquellos que, yendo de salvadores o conquistadores, arremeten contra tribus y pueblos sea cual sea el interés: material o espiritual.

La pretensión de conseguir un apocalíptico final haciendo énfasis en los nuevos, aunque conocidos, jinetes: colonialismo (políticos, ejército y multinacionales), religión e iluminados bienintencionados, supera un poco la voluntariosa capacidad de Babenco, pero queda bien clara su intencionalidad. Le ha faltado ligazón, que no tiempo de metraje, para redondear una historia en la que el protagonista (indio norteamericano) tal vez no sea el más adecuado para hacernos creíble su personaje.