No soy un hombre fácil (2018)

Una ucronía diferente con una premisa muy clara: ¿qué pasaría si se invirtiesen los roles entre hombres y mujeres? Para desarrollar esta sugerente propuesta se emplea la trama de una comedia romántica con los papeles cambiados. La trama es coherente y nunca deja que perdamos el interés por lo que nos está contando. Sin embargo, la sensación final es que no se ha aprovechado del todo las posibilidades de un planteamiento con tanto potencial narrativo. Tal vez sea porque la inversión de roles no va más allá de que en ese universo ficcional las mujeres se comporten como los hombres de nuestra sociedad y viceversa. Sin duda, hubiese sido más interesante ver cómo sería una sociedad liderada por mujeres que no se limitasen a reproducir las conductas machistas. También es cierto que entonces esta película dejaría de ser una sátira realista para adentrarse en el género de la ciencia ficción.

Si he de resumir la película en una frase: efectiva para despertar los estereotipos de género latentes.
No estamos ante una película que trascenderá y dará un vuelco al séptimo arte, ¡pero hay que tenerla en cuenta!
Voy a ser completamente sincera, me puse a verla sin mucha convicción, pensando que iba a ser otro bodrio de "guerra de sexos", hombre "machista" etc. Sin embargo y, para mi sorpresa, resultó una comedia fresca, atractiva donde se representan de manera acertada una parte de los estereotipos de género que están enraizados en lo más hondo de nuestro día a día.
No es una película redonda, la vida es mucho más compleja para reducirla a una dicotomía. Pero a nivel general, el guión funciona: un zasca al machismo y una oda a la igualdad (o feminismo,sí, feminismo, que es la corriente antropológica que defiende la igualdad de derechos entre géneros, al que se le añade estudios queer etc.)
La recomiendo. Nos sirve para recordar los estereotipos, imágenes sociales... y de paso, para pasar un buen rato.