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Closet Monster (2015)

Closet Monster
90 min.
6,4
687
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Sinopsis
Un adolescente con mucha creatividad sueña con salir de su pueblo natal y huir así de los recuerdos que le atemorizan de su turbulenta infancia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Adolescencia Homosexualidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
Closet Monster
Duración
90 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2015: Festival de Toronto: Mejor película canadiense
5
Extirpando el trauma
La ganadora en el festival internacional de cine de Toronto a mejor película canadiense es el ejemplo de un producto maquillado con estilo y aderezado con simpatía pero que bajo la superficie no soporta un mínimo análisis.

Con un concepto estético y musical que remite indudablemente al también canadiense Xavier Dolan, Stephen Dunn muestra en su ópera prima una historia sobre madurez y disfunción familiar, pero en su planteamiento inicial hay un tema mucho más profundo e interesante, relacionado con homofobia y traumas de la niñez, entre otros, sin embargo, nada logra un convencimiento o una elaboración sólida, ni en narrativa, ni en estilo, ni en guión.

El drama gira al rededor de Oscar, hijo de una familia quebrada, con un padre excéntrico y una madre que decidió huir, y que a temprana edad es testigo de un hecho violento de carácter homófobo. Más tarde, ya en su adolescencia, el joven vivirá -con un desarrollo un tanto típico- la rebeldía hacia el padre, la definición de su futuro profesional y especialmente el romance, que al igual que el descubrimiento de su propia identidad homosexual, estará marcada por aquel evento de su niñez. Hay además la inclusión de elementos oníricos y fantasiosos, que pretenden quizá ilustrar parte de la visión de la realidad por parte del protagonista en su difícil transcurso a la madurez. Y es solo quizás, ya que realmente tales detalles como el darle voz a un animal o asociar el placer sexual con fantasías terroríficas, no siempre logran una cohesión convincente, incluso llegan a ser solo distractores, dando la impresión de una trama que pierde la brújula usando recursos que parecen de más y que muy escasamente consiguen transmitir algo creíble con relación al protagonista. Oscar parece soñar y sentir mucho pero de esto se comprende poco.

Todo se desarrolla con agilidad, en un tono cálido en las escenas que lo requieren como los recuerdos y los momentos de acercamiento emocional, música electrónica que da ritmo y un notable uso de los colores, especialmente en la segunda mitad, pero con poca consistencia a lo largo de todo el metraje, asimismo con otros recursos como la cámara lenta, sin un concepto fílmico del todo concreto, pero con influencias que remiten a películas como Les amours imaginaires, y no solo en aspecto visual y sonoro. Hay un personaje que resulta prácticamente un clon de otro que aparece en el filme de Dolan, un adonis rubio sexualmente ambiguo con actitud de chico malo e intenciones inciertas al que se hacen honores con masturbación acompañada de olfateo de ropa. Aquí Dunn no esconde su inspiración, incluso empleando a Aliocha Schneider, actor que resulta ser hermano del mencionado (Niels Schneider) y de asombroso parecido, con algún par de momentos en que la situación, música e iluminación, hacen inevitable la reminiscencia.

A lo anterior se agrega a una elaboración no convincente del personaje del padre, con un arco poco creíble y actitudes escasamente justificadas. En general tal personaje sabe más a un requerimiento para generar ciertas situaciones necesarias al servicio del drama que vive el chico. En fin, un guión algo forzado, que con algo más de matices y suavizado de actitudes, podría haber tenido más credibilidad.

Casi al final, llega el momento de la catarsis en que todo el conjunto de fuerzas en juego tienen su explosión, intentando una cohesión entre los traumas, los sentimientos hacia la familia y los elementos psicológicamente simbólicos, pasando de una lógica infantil a una madurez, pero sin éxito. Aunque las reflexiones se pueden inferir, no se transmiten ni dejan un mensaje claro o un arco dramático sólido.

El estilo sin embargo, obtiene cierta efectividad. Sus fallas no chocan con el disfrute de su buen ritmo y conclusiones complacientes. Ese buen ritmo, ese tono cálido y esa temática que apela a la ineludible empatía por un niño lastimado devenido en adolescente aquejado y enamorado, se sabe capitalizar, haciendo que cierta línea dramática, pese a ser predecible, tenga simpatía y genere ligera expectación así como una leve tensión sexual. Aun así, y considerando la poca contundencia que hay de fondo, un contenido más explícito le hubiera dado al menos algo más de sazón.

Quizá podría haber sido una sencilla película de eficacia llana, pero su faceta psicológica le da una pretensión que al no lograrse, genera algo entretenido e interesante en la superficie, pero débil en su estructura.
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7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Closet monsters
Soledad involuntaria, soledad abrazada.

El abandono de la madre, un homofóbico asesinato y la sospecha de ser gay, dramas de una niñez que se acompañan, como dolorosos traumas, en la complicada adolescencia.
Personajes reales e imaginarios, de relación dañina y benevolente según quien sea y tercie, para plasmar esa intolerante relación familiar y temeroso despertar sexual, que le invaden y oprimen con angustiosas recurrentes pesadillas, en un intranquilo encontrarse a si mismo, que acosa y tortura en esa pequeña localidad de nacimiento, de la que no puede escapar por mucho que lo intente.
“¿Qué tienes en las uñas?”, esa instintiva corporal respuesta que certifica tu vida será ardua y compleja, difícil y enrevesada pues no te gustas, niegas quién eres y en esas ineptitudes te enfrentas a tus perturbadores miedos, a través de continuos tropiezos que te hacen cada vez más impredecible y desgraciado.
Es un sobrio, potente y atractivo abrirse paso a la aceptación de lo que se descubre, a la persona, a sus perspectivas, fracasos y nuevas posibilidades; salir del armario a patadas y derribando las puertas, para deshacerse de esos asfixiantes monstruos que impiden la felicidad de crecer y empezar a gustarse.
El protagonista es una maravilla a la hora de transmitir sus emociones y tormentos, Connor Jessup expone una naturalidad, empatía, cercanía y afección compartida que te arrastran, de manera hipnótica a ese orquestado quehacer, de imposible salvavidas, para las ardientes y contradictorias emociones que siente.
Es fresca, emotiva, alegre, punzante, agresiva y diligente, juega con clase y gancho sus armas; la narración no es nueva, ha sido muchas veces contada pero, para esta ocasión, Stephen Dunn tiene la habilidad de ofrecer creatividad, dinamismo, estética vibrante y colorida y una cálida originalidad lozana para una satisfactoria visión cómoda, entregada y placentera, que se consume con la gracia del disfrute y la facilidad de su compenetrada conexión con la historia.
Arrastrar un pasado, que impide el meritorio desarrollo del caótico presente, amar y odiar por partes iguales, en un incesante intercambio de sentimientos que quiebran y anulan la urgente perspectiva, de logro esperanzador y positivo, con la ayuda auxiliadora de un recreado fiel amigo, que sirve de apoyo y entendimiento para esa devastada soledad, de la que no se despega.
La pubertad, sus pros y contras, más esa desgarrada familia no elegida, carga represora que no facilita sincerarse con ella y aceptarse sin reparos; todo influye, todo arde, todo quema, todo son extremos que atragantan el caminar futuro; se es imprudente, se es indeciso, se es cabezota, se es un joven que sobrevive como puede, a su herencia genética y al discurrir de su existencia.
“Closet monsters”, los monstruos del armario; perturban la mente con sus pesadillas, cortan la respiración por su realismo, persisten en herir el alma e inciden en mantener la herida pero... “cien cañones por banda, viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela, un velero bergantín”; no tanto, la verdad, pero se aproxima, pues está empezando a navegar con acierto y destreza, entre relámpagos y niebla, en su concedido navío, ¡suerte capitán!

Lo mejor; la gran sencillez de su narrativa y su actor protagonista.
Lo peor; creer que por ya narrado, no aporta posible interés nuevo.
Nota 6,3
interpretación 6,5 guión 6,5 realización 6,5 montaje 6 música 6,5 fotografía 6

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
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