Los porretas (1996)

Tras asistir a la visión de este engendro, acudí a repasar las opiniones de los usuarios de esta web, esperando descubrir algún atisbo de calidad o detalle que yo no supe apreciar ante tan magno despropósito. Y mi sorpresa fue mayúscula al no encontrar ni una, siendo un film no demasiado viejo y con actores sobradamente conocidos, pero entiendo que no despierte muchas ganas de escribir a nadie sobre esta patochada pomposa en el sentido de producción, si repasamos su casting. Si yo lo hago, es pura y llanamente por sentido de apercibir a los incautos que se aproximen a esta mala parodia de comedia hispana de Eduardo Vázquez Carrasco, al que no hacen ningún favor con su adaptación a la pantalla. Tendría que remontarme a la peor época del “Landismo” o comedias de Alfredo Landa “desatado” con las suecas, y los pestiños de Don Mariano Ozores con su tropa, para rechazar una película por su lamentable aportación artística.

Guardo un grato recuerdo de aquel serial radiofónico diario y escueto de 10 minutos matinales que emitía la SER, la que había sido estandarte de grandes seriales sentimentales, escuela de grandes y familiares voces radiofónicas que pretendía modernizarse con el nuevo régimen democrático, logrando gran éxito durante unos años. La saga de los Porretas era una comedia chispeante y fresca que parodiaba los nuevos tiempos de la sociedad española y madrileña con la llegada de la democracia.

Esta parodia en el peor sentido de la palabra es un auténtico dislate sin ninguna gracia, en mi opinión, por mucho que se esfuerza su guionista y director Carlos Suárez, fue un gran operador que trabajó muy bien con su hermano, el gran Gonzalo Suárez, cineasta muy interesante y reputado. Y es que partiendo de un argumento torpe, manido y grotesco, poco bueno es de esperar. Si le añadimos además, una mala dirección de actores, el resultado es inequívocamente irritante. El histrionismo del gran Alfredo Landa y la mediocre Miriam Díaz Aroca son buena prueba de la absoluta concatenación de gestos, chascarrillos, gruñidos y otros aspavientos exagerados que junto a tanto diálogo inane, termina resultando cargante y sin gracia. Los personajes son poco creíbles sin ninguna empatía, todo está forzado hasta el extremo de resultar aburrido y exasperante. No se salva ni el pobre Manuel Alexandre, grandioso secundario en la Historia del cine español.

No tengo prejuicios contra ningún género o tipo de cine. Siempre defenderé el buen cine español, por muy pobre, folclórico, censurado o popular que sea, pues abogo por la humildad, el talento y el trabajo digno. Alfredo Landa tiene trabajos malos o de supervivencia económica, pero otros de gran categoría que lo consagraron como excelente profesional del oficio de actor, cuyas películas, sobre todo en su madurez creativa, están en la mente de los buenos aficionados: “El crack”, “Los santos inocentes”, “La marrana”, “El bosque animado”, etc. No pretendo ser cruel pero “Los Porretas” es una astracanada de los años noventa que no recomiendo a nadie.