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El delirante mundo de los Feebles (1989)

El delirante mundo de los Feebles
94 min.
6,4
3.112
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Sinopsis
Una irreverente comedia de marionetas. Aunque la morsa es un productor ambicioso, cuenta con un equipo muy poco profesional: un miedoso zorro que ejerce de director, una rana drogadicta, una rata que hace películas porno con vacas y cucarachas, un elefante maníaco y depresivo. Además, está su peor enemigo: la ballena, que es el capo de la mafia. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Musical Marionetas Comedia negra Teatro
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Nueva Zelanda Nueva Zelanda
Título original:
Meet the Feebles
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
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7
El delirante mundo de los Feebles
Es muy fácil despachar Meet the Feebles como una gamberrada más del entonces joven cineasta en ciernes Peter Jackson: es el puente que une nada menos que Bad Taste y Braindead, además de la particular parodia burra del show de los Teleñecos y demás fauna marionetil que el australiano debió mamar desde pequeño. Pero su interés radica en su doble función de crítica despiadada del mundo del espectáculo (quizás la más sangrante y realista en espíritu jamás filmada) y de compendio cinéfago de la dieta que forjó su personalidad cinematográfica a lo largo de toda su vida, asimilada y excretada en un puñado de ideas y personajes absolutamente demenciales.

Como sátira de la trastienda del show business no tiene piedad alguna, y basa su efectividad no tanto en la negrura de su guión como en el carácter polisémico derivado de la elección de cada animal para representar a tal o cual estereotipo (el más evidente esa mosca reportera amarillista rebuscando entre la basura, aunque hay más) y del reflejo que dicho estereotipo puede tener en la realidad. La vena cinéfaga, por su parte, se desparrama en multitud de géneros cinematográficos (romance, musical, acción, bélico, drama, negro, gore) cuyo denominador común sería su completa falta de mesura, su tono hiperbólico y descontrolado: porno subterráneo y fetichismo, drogas, violaciones, coprofagia, enfermedades venéreas mortales… De todo hay y todo mola en esta salvaje película, aunque la rana lanzadora de cuchillos veterana del Vietnam se lleva la palma.

Aún así lo importante no es que focalice su mirada en la perversión de elementos de apariencia blanca e infantil adoptando un prisma adulto (y cabrón), sino que, ejecutando tal maniobra, sea capaz de no perder ni un ápice de la profundidad y la capacidad de perturbar emocionalmente al espectador que al menos yo le detecto. Lo confieso: en mi caso particular abundaron más los escalofríos que las carcajadas. Y aunque es evidente que el film tiene serios problemas a la hora de modular el impacto de sus chistes (hay escenas presumiblemente importantes que carecen de intensidad, y no me refiero al maravilloso clímax final), su poso es más grande y duradero que el de otras comedias igualmente incorrectas, quizás porque en su interior hay más verdad de la que se puede adivinar a simple vista (¿la última escena de la actriz fracasada Heidi no os parece terrible y estremecedora?). Resumiendo: una comedia amarga hasta el dolor, prima hermana de biliosos ejercicios cómicos tipo El vengador tóxico y Smoochy, que bien pudiera encontrarse entre lo mejor que ha rodado su director hasta la fecha.

Lo mejor: el apoteósico clímax final.
Lo peor: la falta de punch de algunas escenas clave.
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35 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
El reverso oscuro de los teleñecos.
En una dimensión paralela a esta existen los teleñecos que fracasaron, a los que se les pasó la fama y se gastaron hasta el último céntimo ganado en vicios varios y sobreviven con un espectáculo cutre y chapucero.
El catalogo de perversiones y casquería es amplio y haría sonrojarse al mismísimo Jim Henson.

Se confirma que la necesidad agudiza el ingenio y que con cuatro duros, creatividad y una buena cantidad de droga se pueden conseguir buenos resultados.

Peter Jackson nunca debió salir de Nueva Zelanda y dejar de consumir drogas, en su caso Hollywood ha sido su proyecto hombre particular. Una lastima.

Consejo del día del tío Tim:

Recomendar esta película a alguien que conozcas con hijos diciéndole que es una película de peluches tipo Barney el dinosaurio. Risas garantizadas cuando te llame cagándose en tus muelas. Los niños cuanto antes vayan acumulando traumas mejor, que los psicólogos y psiquiatras tienen que comer de algo. De nada.
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22 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
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