arrow

Un rostro de mujer (1938)

Un rostro de mujer
104 min.
6,4
51
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Alquiler
Sinopsis
Un grupo de delincuentes, del cual hace parte, Anna Holm (Ingrid Bergman), planea chantajear con unas cartas amorosas a la esposa del médico, Allan Egert (Anders Henriksen), pero, cuando están apunto de coronar las joyas y el dinero que les darán para devolverlas, Anna se cruzará con el cirujano... y su vida quizás cambie desde entonces. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Suecia Suecia
Título original:
En kvinnas ansikte
Duración
104 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
8
“El futuro empieza ahora”
En un salón de la Residencia de Ancianos de Rosenvik, Vera Wegert (Karin Kavli), esposa del prestigioso cirujano plástico, Allan Wegert, habla con su joven amante acerca de unos chantajistas que quieren sacarle dinero porque lograron hacerse con las cartas de amor que ella le ha escrito. Entre tanto, los viejos malandrines discuten cuánto dinero sacarle, pero cuando definen que 5 mil, entrará en escena Anna Holm, una joven que a su grupo prefiere definirlo como, “Gente de negocios en la periferia moral”, y quien tiene suficientes motivos para querer aprovecharse de la gente. Con un fuerte aire de liderazgo, los convencerá de que deben ser 10 mil lo que consigan por las cartas… y ella misma se pondrá al frente de la operación.

El punto de partida para ésta sensible historia que contiene drama, estudio psicológico, elementos de novela negra… y valiosos apuntes sociológicos, fue la obra, “Il était une fois…” del dramaturgo franco-belga, Francis de Croisset (seudónimo de, Edgar Franz Wiener), la cual ya había sido llevada al cine, cinco años atrás, por el director Léonce Perret. Adaptada a guion cinematográfico por el calificado, Gösta Stevens (“På Solsidan”, “Intermezzo”, “Det brinner en eld”…), la realización fue puesta a cargo del director sueco, Gustaf Molander, quien de nuevo acierta al ahondar en las razones y circunstancias que pueden un día sacarnos del camino o devolvernos a él. Como suele ocurrir, también aquí surgirán los obstáculos que dificultan la redención y la manera como el Fatum se juega sus cartas para compensar los sinceros esfuerzos de rehabilitación.

Con una clara disposición profesional, la gran actriz Ingrid Bergman, estuvo dispuesta a pasar su buen tiempo en la sala de maquillaje para recrear las secuelas físicas que, un incendio en el que murieron sus padres, dejara en su rostro… y más allá de ésto, Molander también consigue que la actriz refleje, muy eficazmente, su estado emocional en las diferentes etapas de su vida.

Los personajes están muy bien plasmados y se valora que, el director, se cuida de no inspirar odio o resentimiento por ninguno de los antagonistas a quienes logramos ver más como efecto de las carencias o de las circunstancias humanas.

Altamente apreciable el personaje del Dr. Wegert (Anders Henrikson), la suerte de médico con corazón, al que puede más su propósito de rescatar un alma, que el afán de hacer dinero. Todo un encanto, el cónsul Magnus Barring (Tore Svennberg), el hombre que se ha encargado de criar a su nieto y consigue ver en Anna a una buena instructora y madre sustituta… y en general, estamos ante un grupo de seres humanos con aliento y espíritu de lucha… unos al servicio del bien y otros… necesarios instrumentos del Universo.

Se rodaron al menos dos versiones de la última parte, una de ellas sugerida por la propia, Ingrid Bergman, en la que hay un crimen y un juicio por asesinato; y la que ahora vemos donde, al parecer, un ser invisible interviene para que todo suceda como debe suceder.

Vista en su conjunto, <<UN ROSTRO DE MUJER>>, nos resulta una valiosa película.

Título para Latinoamérica: LA QUE VENDIÓ SU ALMA
[Leer más +]
Sé el primero en valorar esta crítica
5
Drama con toque de cine negro
Una de las últimas película de Ingrid Bergman en su país, antes de volar a EEUU donde se consagraría como una nueva estrella.

Realmente tampoco sé que le vieron a esta chica para llevársela. Sí, era guapa, y actuaba de forma correcta, pero no es un boom como Greta Garbo por ejemplo.

La película se deja ver, porque mantiene algo de intriga. A veces parece que vaya como a saltos, sí que tiene una producción digna, mucho más digna, por ejemplo, que el cine español en esta época, claro está que la situación era muy diferente en ambos países. No llega a ser una producción americana, pero se acercaba bastante.

Tiene un punto siniestro, también tiene un punto de cine negro con el tema de los chantajes, pero la parte que quizás para mí no es tan creíble es cuando ella se descubre al hombre que ama lo que ella realmente es.

Aún así se deja ver bastante bien y tiene un final digno. Veremos el remake americano con Joan Crawford.
[Leer más +]
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Relaciones 1
Más información sobre Un rostro de mujer
Fichas más visitadas