arrow

¡Por mis... pistolas! (1968)

¡Por mis... pistolas!
121 min.
5,5
1.268
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Trailer de vídeo (ESPAÑOL)
Sinopsis
Fidencio Barrenillo (Cantinflas) parte hacia Arizona en busca de una vieja mina de plata que perteneció a su bisabuelo. Pero nada más cruzar la frontera es capturado por los apaches con la intención de sacrificarlo. Afortunadamente para él, el jefe de la tribu sufre un terrible dolor de muelas y ordena suspender la ejecución hasta nueva orden. Fidencio ve entonces una clara oportunidad para librarse de la muerte, y cura al jefe indio, convirtiéndose de inmediato en el hijo adoptado de la tribu. Más tarde, viajará hasta el poblado de Hot Dog Springs y se topará con más problemas. Allí le espera el malvado bandolero Pat O´Connor y su banda de pistoleros, que le darán mucho más problemas que los indios... (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Western
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
¡Por mis... pistolas!
Duración
121 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
7
De caaaanto Frank de caaanto...
Imprescindible comedia del mejor Cantinflas. Divertidísima. Quizá una de sus 7 mejores películas y desde luego, más conocidas, ya que Don Mario fue un prolífico actor. No podría decir que es mi preferida pero para mí, su visionado es tremendamente entretenido.
Os la recomiendo!
[Leer más +]
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Cantinflas farmacéutico.
Todos los grandes cómicos del cine se han dado alguna vuelta por el western con mayor o con menor éxito.
Mario Moreno tampoco ha sido una excepción. Ahí está “Por mis pistolas”, en la que marcha a Arizona en busca de una mina de plata de sus antepasados para explotarla. El problema es que el yacimiento está en Hot Dog Springs y allí manda el malvado Patt O’Connor con sus pérfidos pistoleros.
Lo que menos podíamos imaginar al ver esta cinta era que Fidencio Barrenillo (Cantinflas) ejerciera la profesión de farmacéutico en una oficina muy bien surtida en Bacanuchi en el estado de Sonora (México).
La primera escena es un calco de “La diligencia” (Ford, 1939), solo que aquí cambia la mujer embarazada por una madre lactante que teme se cuaje la leche del niño por el terror que le infunde la conversación de asaltos y robos a las diligencias.
Llegan a Bacanuchi y la primera visita es a la botica de D. Fidencio, que los recibe con su bata blanca detrás de un mostrador con grandes frascos de líquidos de colores, estanterías repletas de albarelos y cajas, en la pared un cuadro de la Virgen de Guadalupe y junto a la puerta un tétrico esqueleto humano.
Por fin marcha nuestro boticario a por su mina de plata en Arizona, con lances en el poblado apache curando el dolor de muelas del gran jefe Caballo Recostado y sobre todo en Hot Dog Springs donde los malones sufren los efectos de su Ponche de ruibarbo, una fórmula secreta que produce diarreas fulminantes.
Se trata por tanto de un western cómico que deja espacio también al género musical con media docena de canciones y bailables agradables. A destacar los bailes de las gogos en el escenario del salón. Mucho “dancing”.
Pero por encima de todo es una cinta de Cantinflas, con sus golpes tradicionales (un tanto reiterativos a veces), con el ingenio de sus frases entrecortadas o inacabadas, en este caso repletas de neologismos estilo que podríamos llamar “mexinglish” o “mexindios”. A menudo ininteligibles.
Hay también escenas bastante cutres sobre todo en el poblado apache, pero otras se salvan como el duelo final con el peligroso pistolero donde nuestro personaje se pone “De canto para que no hagas blanco”.
Sin ser una gran película, nos permite conocer la faceta farmacéutica y pistoleril de uno de los grandes cómicos del celuloide.
Solo por esto recomendamos darle un vistazo. Y luego está el personaje de Cantinflas que sigue teniendo gancho para muchos.
[Leer más +]
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre ¡Por mis... pistolas!
Fichas más visitadas