¡Vaya par de gemelos! (1978)

Nunca nadie se había atevido a rodar en la ciudad de Tarazona, escuché una vez que Stanley Kubrick lo barajó pero al final no tuvo agallas (no sé si es cierto). Tarazona aparece aquí en todo su esplendor dando muestras de lo que es capaz de producir, dos gemelos endiablados.
Paco Martínez Soria demustra porque ha pasado a la historia del cine español, interpreta a dos gemelos muy diferentes, uno es el sueño de cualquier hombre, tiene dinero, tiene un buen trabajo, viste bien, está casado con una atractiva mujer que es sumisa y fiel, y en sus ratos libres viaja a Madrid a ver a jovencitas ligeras de ropa en locales de no muy buena reputación. Es un truhán, un hombre adelantado a su época. Por contraste, su hermano gemelo es todo lo que un hombre teme llegar a ser, viste mal y con una espantosa boina, su mujer, que habla un poco raro, le humilla constantemente, nunca tiene dinero porque su esposa lleva los pantalones, sus amigos le miran con compasión y trabaja en una fruteria, y él ,claro, cuando ve a una turista de buen ver no puede evitar mirarla con deseo.
Este interesante estudio sociológico del prototipo de hombre triunfador y de hombre fracasado nos muestra no solo la versatilidd de un actor sino la explicación de como el mismo entorno puede producir personas tan dispares.
Es una gran película, con planos prodigiosos y un guión que no deja a nadie indiferente, los dos hermanos se ven envueltos en un pequeño lio y harán lo posible por salir airosos. Sin embargo, el final es uno de los más injustos de la historia del cine español. Esta película es una joya. No te defraudará

Para los que no son o no hayan vivido en la Comunidad de Aragón quizá esta película, todo un clásico en la sobremesa televisiva de los sábados, no les resulte tan divertida como en realidad pretende. Hay que entender que ante todo estamos ante lo que bien podría ser una obra de teatro hecha imágenes, aderezada con exteriores de la monumental Tarazona, localidad natal de Paco Martínez Soria, y ambientada en Aragón, algo poco corriente en el cine español, con un humor distinto a la típica comedia sesentera madrileña. Comedia de enredos cuyo único objetivo es hacer reir a todos los públicos. Y lo consigue, ¡vaya si lo consigue!

Y es que los actores veteranos, el propio Martínez Soria y sobre todo María Isbert, que por momentos parece haber vivido toda su vida en Tarazona, lo bordan.

Divertida, hilarante, genial. La primera vez que la vi acabé llorando de la risa. Ahora echo la vista atrás y con nostalgia recuerdo que pocas películas han conseguido provocarme tal cosa.