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Yuri! On Ice (Serie de TV) (2016)

Yuri! On Ice (Serie de TV)
23 min.
7,4
490
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Sinopsis
Serie de TV (2016). 12 episodios. La historia se centra en Yuri Katsuki, un joven patinador artístico sobre hielo japonés que sufre una dura derrota durante las competiciones finales del Grand Prix, quedando último en la competición. Abrumado y deprimido por este hecho, Yuri comienza a dudar de su carrera como patinador, a la vez que lidia con los otros problemas en su vida personal. Al regresar a su ciudad natal de Hasetsu luego de cinco años, Yuri se dirige a una pista de patinaje donde imita a la perfección una coreografía del famoso patinador ruso Victor Nikiforov, a quien admira desde pequeño. Cuando el video de Yuri patinando es subido al internet sin su conocimiento, atrae la atención de Victor, quien decide convertirse en el entrenador de Yuri. Junto con Victor, Yuri aspira a ganar la final del Grand Prix mientras lucha contra su mayor rival, el ruso Yuri Plisetsky, un patinador prodigio de 15 años de edad. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Animación Drama Deporte Patinaje sobre hielo Homosexualidad
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Yuri! On Ice
Duración
23 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
Links
10
Cuando crees que vas a ver un spokon más y te encuentras con una de las series del año.
Parecía un spokon más, esta vez ambientado en el mundo del patinaje sobre hielo, y nos hemos encontrado con una serie que revoluciona un formato mucho más allá del género al que pertenece.

El apartado técnico está cuidadísimo: la animación, los actores de doblaje, la música y las coreografías de los patinadores son maravillosos. Para las actuaciones, las creativas han sido asesoradas por Kenji Miyamoto y han conseguido reflejar de forma casi impecable el mundo del patinaje. Casi, porque esos trajes con piezas sueltas no son reglamentarios ;)

Pero donde destaca Yuri on ice es en el guión, que toca varios temas interesantes desde un punto de vista maduro y constructivo.

De mano de los protagonistas vemos cómo entrenadores y deportistas luchan codo con codo para lidiar con los trastornos mentales derivados de la presión de la alta competición.Tenemos el aislamiento emocional de Yuri y cómo trabaja para abrirse a los demás, superando los miedos e inseguridades, un camino que muchos conocemos. O Yurio, que es a la vez fragilidad, ira y fuerza.
La serie no nos ahorra la dureza física y psicológica de la temporada, pero nos enseña el camino para trabajar con estas dificultades.

Hay lugar para la amistad dentro de la competición, un ambiente en el que todos quieren ganar pero en el que animan a sus compañeros. Un ambiente en el que los mayores se hacen cargo de los más jóvenes, apoyándolos y sirviéndoles de inspiración. Rivales que cenan juntos, se ayudan y se comprenden. El único patinador que no sigue esta senda es rechazado por el resto, porque la batalla es dentro de la pista de hielo, para ser la mejor versión de ti mismo, no fuera machacando a los demás. Ojalá hubiera más series como Yuri on ice que reflejen este espíritu.

Vemos el nacimiento de una relación sana, basada en el cariño y comprensión mutuos, una forma de amar abierta y sincera. El amor romántico, tantas veces maltratado y deformado en la ficción, aquí brilla con luz propia sin estorbar a la trama, se asoma tímidamente en cada capítulo dejando el protagonismo al patinaje y al crecimiento personal. Yuri on ice nos ofrece una visión plena y honesta del amor que pocas veces tenemos el gusto de ver.

Y cuando piensas que la serie no puede ir a más, llega el capítulo 10 y todo lo que creías saber sobre los personajes, sus sentimientos, historia y motivaciones, cambia. Vuelves a ver los 9 capítulos anteriores desde esta nueva perspectiva y aprecias como Mitsurō Kubo ha hecho magia con el guión. Porque todo ha cambiado, es diferente y a la vez es lo mismo. Pocas veces tenemos la suerte de poder apreciar tal despligue de talento.

No debemos subestimar tampoco la importancia de que la pareja de la serie está formada por un ruso, Victor, y un japonés, Yuri. En Rusia la homosexualidad masculina está muy perseguida y en Japón es ignorada, no reconocen su existencia. La visibilidad que proporciona Yuri on ice, desde la perspectiva de una relación sana, es impagable. Que se haga desde un anime marca un hito que no debemos despreciar. Las palabras de Kubo son para recordar, como la obra que ha escrito: “No matter what everyone in the real world thinks of this work, the world within it will remain a place where there will be no discrimination for what you love. I will protect that world, no matter what it takes, even if it’s the last thing I do”.

Resumiendo: un 10. Por guión, por técnica, por todo.
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13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Tributo al patinaje sobre hielo
Seguro que no soy la única a la que Yuri! on Ice ha conectado con la idea de la competición deportiva. No me refiero ya a las competiciones profesionales que seguimos por televisión, sino a esos momentos en la vida en los que dependemos única y exclusivamente de nuestro cuerpo; de nuestra fuerza, nuestra velocidad o nuestra resistencia para alcanzar una meta. Las dudas antes de empezar, el temor a hacer el ridículo y/o fracasar, la mente en blanco y la boca seca, el fortísimo sonido del corazón bajo el pecho. ¿Quién no ha saboreado la sensación de poder en la victoria? ¿Quién no ha sentido nunca esa rabia caliente y húmeda tras una derrota? Aunque solo haya sido de niños, en el colegio, todos conocemos éstas sensaciones. Más que cualquier otra cosa para mi la mayor virtud de éste anime es que me ha devuelto a una época ya lejana cuando les demostré a todos -y a mi misma- que la apocada empollona podía correr mucho más tiempo que cualquiera, y ganar. Descubrir mis límites y superarlos: pocas cosas existen capaces de igualar esa sensación de gloria. Ésta ha sido mi epifanía personal, pero quién más quién menos todas las personas que visionen Yuri! on Ice podrán sentirse identificadas con el espíritu de superación que exhibe.

  De hecho sería muy triste que Yuri! on Ice pasara al recuerdo general como un anime sobre una relación homosexual. Es cierto que entre el protagonista Yuri y su joven y atractivo entrenador se forja una relación que trasciende la simple amistad, pero ese no es ni de lejos el alma de éste anime. No hay escenas provocativas que busquen atraer la atención morbosa de los que lo visionan. Acercamientos, insinuaciones tiernas, tal vez, pero poco más. El que se sienta identificado completará Yuri! on Ice con la idea de que Yuri y Víctor mantienen una relación romántica, sexual incluso, pero yo simplemente veo a dos personas maravillosas que se quieren y que cuanto más se conocen el uno al otro más fuerte se vuelve su unión. Pero eso no es más que una pequeña parte de la historia.

  Yuri! on Ice es un tributo, un homenaje sincero y apasionado al patinaje artístico cuyo mensaje es tan prístino como las pistas de hielo en las que brillan los protagonistas: "Busca superarte a ti mismo. Pelea por lo que quieres". Aún con su rotundo mensaje el anime está llevado con suavidad, con un ritmo real, sin trucos baratos o sorpresas inverosímiles; al contrario, su encanto reside en que es una historia contada sin altibajos, donde todo fluye de forma natural.

  Personalmente lo que más me ha sorprendido de éste anime ha sido su sencillez. Su bella y dulce sencillez, tan realista y tan humana. Sin héroes ni villanos, sin acrobacias imposibles o saltos inspirados por las musas. Cada patinador se esfuerza al máximo y lucha por superarse a si mismo para darlo todo en la pista; nunca fuera de ella. Entre los personajes existe una obvia rivalidad, pero lejos de exagerar una teatral animadversión Yuri! on Ice presenta a sus deportistas con naturalidad firme, sin estridencias. Patinan por la fuerza y belleza de éste deporte olímpico, por la pasión de hacer algo que les llena y por honor a la verdadera competición deportiva. Otro punto a favor es que todos estos jóvenes están asombrosamente bien definidos tanto física como emocionalmente. Quien visione más de un anime al año sabrá que es complicado encontrar una serie cuyos personajes tengan personalidades propias tan intensas y tan distintas pero que, al mismo tiempo, se complementen para contar una historia común. Más aún cuando esa historia es tan dulce y sencilla como la que nos ocupa.

  Sin embargo con toda la sinceridad del mundo Yuri! on Ice no me ha emocionado. Aprecio enormemente el trabajo realizado por sus creadores, en todos los sentidos. Con su estética preciosista, sus personajes tan bien creados y la naturalidad de su argumento Yuri! on Ice es un anime diferente y especial que ha empujado a muchos japoneses a interesarse por el patinaje sobre hielo, lo cual es fabuloso. A mi me ha hecho hacer aspavientos y sufrir con cada fallo de nuestro inocente protagonista, pero no ha logrado inspirarme.

Intensidad, ya sea en su argumento o en las relaciones entre los personajes, es lo que he echado en falta. Más fuerza, más pasión. Aún con todo ello muchas personas deberían dejar aparcados sus prejuicios y disfrutar con la tierna e inspiradora historia de Yuri! on Ice.
 
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8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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