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El gran cuaderno (2013)

El gran cuaderno
109 min.
6,5
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Sinopsis
En plena Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los gemelos Egyik y Masik son llevados por su madre a vivir con su abuela. Lo que se pretende es evitarles los horrores de la guerra, pero no se librarán de ellos. Su abuela, a la que llaman “la Bruja”, los hará trabajar para ganarse el pan y, además, vivirán rodeados de muerte, violencia y destrucción. Los niños, que escriben cada noche en un cuaderno sus vivencias, deciden endurecer su carácter para enfrentarse a la realidad del mundo de los adultos. Así van perdiendo la inocencia y el sentido moral, de modo que ya no volverán a ser los mismos nunca más. (FILMAFFINITY)
Género
Drama II Guerra Mundial Años 40 Infancia Familia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Hungría Hungría
Título original:
A nagy füzet (Le grand cahier) (The Notebook)
Duración
109 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción Hungría-Alemania-Francia-Austria;
Links
Premios
2013: Festival de Karlovy Vary: Mejor película
2013: Festival de Sevilla: Sección oficial a concurso
7
Los horrores de la guerra y sus devastadores efectos sobre unos hermanos abandonados
La trilogía “Claus y Lucas” de la escritora húngara en lengua francesa Ágota Kristóf (1935-2011) es una de las experiencias literarias más devastadoras, brutales y desasosegantes que he leído. Ahora se ha llevado al cine la primera novela (publicada en 1986) de dicha trilogía con una fuerza e hiriente realismo que bordea el esperpento y que hielan la sangre y siembran la desazón y la perplejidad en unos espectadores que tenemos la suerte de no haber vivido ni la guerra, ni presenciado sus ruinosas consecuencias en el carácter de aquellas personas que tuvieron la mala fortuna de vivir el espanto, sinrazón y vesania de esos años atroces.

La cinta recrea la crueldad, las incomodidades, el disgusto, la falta de compasión, la aspereza y ferocidad de una época indeleble que proyecta su insidiosa sombra hasta nuestros días (Ucrania no es sino un último estallido lacerante – como antes lo fue Yugoslavia – de las yagas cerradas en falso que provocaron la azarosa contienda de la II Guerra Mundial y su interminable posguerra belicosa). Asistimos asustados e incrédulos – como los atribulados protagonistas – a las mezquindades deleznables que deben superar para sobrevivir, los dos niños a través de cuyos ojos vemos las barbaridades que padecen, la truculencia, la vileza, la falta de corazón, la fatiga, el hambre, el abuso sexual, el latrocinio, el disgusto, el asco, la insensibilidad, las inclemencias y la total falta de misericordia o redención que sufren.

Quizás sea algo fría la mirada del cineasta y el enfoque que le da, pero casa bien con el material y el gélido distanciamiento del relato refleja el desapego de unos corazones aniquilados por la monstruosidad insuperable que deben afrontar para sobrevivir, aunque el precio sea inhumano, atroz y cruel. No es plato de gusto para el espectador que no sabe si llorar, conmoverse o permanecer impasible ante tanta hecatombe, muerte y humillación. Quisiéramos mantenernos al margen pero no podemos. Las imágenes perforan la conciencia y nublan el entendimiento, no hay salvación ni escapatoria y las alambradas que todo lo cercan marcan un espacio y una época que queremos superar, comprender e integrar. Pero no hay atajos ante la inhumanidad y mirar para otro lado no resuelve nada.

La destrucción y desesperación tiene muchos rostros y cada uno de ellos nos recuerda que no debemos olvidar nada de todo aquello para no repetir los fatales atropellos de una época que es la nuestra – lo queramos o no – y que aún no hemos abandonado por mucha abundancia y sosiego que hayamos experimentado o creído merecer. No es una película fácil de ver ni que convenga recomendar a la ligera, pero su intensidad, su franqueza y su amargura la vuelven un documento necesario e inapelable que conviene ver para no olvidar que la paz es un fruto precario que hay que mimar y cimentar sin desfallecimiento. Recomendable pero turbia e ingrata.
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37 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
Las heridas de la infancia
Desgarrador y contundente relato ambientado en Hungría en la 2ª Guerra Mundial, en el que dos hermanos gemelos son llevados a la fuerza por su madre, a la casa de su abuela en las afueras de la región, con la intención de alejarles de los horrores de la guerra. No son muy bien recibidos por su abuela, una mujer huraña y cascarrabias a la que ellos llaman "la Bruja", haciéndoles trabajar duro si quieren un plato de comida. Los días pasan y la situación no mejora.
Los niños ante un ambiente tan hostil y adverso, tomarán la drástica decisión de entrenarse física y mentalmente con mucha dureza para hacer frente a la nueva situación, con graves consecuencias para todos.

El director húngaro János Szász adapta la novela de Agota Kristof, diseccionando con gran acierto la evolución psicológica de los dos hermanos tras ser arrancados de su idílico y despreocupado ambiente familiar y la consiguiente adaptación de éstos al nuevo entorno. También realiza una curiosa descripción de los hábitos y costumbres de algunos vecinos del pueblo.

El film tiene un acabado técnico impecable gracias, entre otras cosas, al sobresaliente trabajo de fotografía del austríaco Christian Berger, colaborador habitual de Michael Haneke, y a la cuidada dirección de arte. La secuencia nocturna cuando la madre visita a los niños mientras en las cercanías hay un bombardeo, es sencillamente magistral.
También es justo destacar la interpretación del trío protagonista: los gemelos András y László Gyémánt y la abuela Piroska Molnár.

Film no apto para mentes sensibles, pero no por ello deja de ser recomendable, en una de las propuestas más interesantes del año, que estuvo presente en la Sección Oficial a Concurso del Festival de Cine Europeo de Sevilla 2013.
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15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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