The Virgin Psychics (2015)

Mmmmm...¿cómo empezar con esto? Relatemos los primeros 10 minutos:
A los 48 segundos vemos los planetas de la Vía Láctea. Al minuto vemos a una curiosa familia en la que los padres no dejan de piropearse y enseñarse las lenguas con el hijo delante. A los 2 minutos este chaval se empieza a masturbar mientras piensa en un montón de tías preciosas. A los 4 minutos vemos un paritorio al que entran docenas de mujeres. A los 8 minutos vemos cómo un rayo de luz cae sobre La Tierra.

33 segundos después tenemos en la pantalla los pechos sudados de la joven Elaiza Ikeda. A los 10 minutos ya hemos visto en ropa interior a otra despampanante joven: la "idol" Ami Tomite. Así comienza esta extraña película. Sion Sono, el hombre que nos revolvió las entrañas y nos puso el vello de punta con títulos como "Cold Fish", "Guilty of Romance" o "El Club del Suicidio", tiene la intención de dejarnos de dos maneras esta vez: más helados que una cámara de nitrógeno líquido y más calientes que un horno de fundición; la responsable es una tontería muy grande llamada "The Virgin Psychics".
Un disparate sin sentido donde nunca había visto tamaño desprecio por las actrices del mismo, basado en el conocido manga "shojo" de ciencia-ficción "All Esper Dayo!" de Kiminori Wakasugi que le ha valido un anime y dos "live-actions", uno para la tele y otro para el cine, ambos dirigidos por Sono. ¿Qué tenemos aquí? Un manga y anime "shojo" muestran una historia que aparentemente puede parecer seria pero que no lo es, enfocada a una comedia muy absurda para chicas ("shojo" significa "jovencita" en japonés), con personajes bastante inútiles, estúpidos diálogos, una trama bastante inservible y unas grandes dosis de comedia romántica, "ecchi" y "fan service".

Todo eso lo ha seguido Sion Sono a rajatabla. Ya sólo con la premisa sabemos que estamos ante una mamarrachada de proporciones colosales: un grupo de chicos vírgenes, con el joven Yoshirō a la cabeza, dotados de extravagantes poderes tienen la misión de acabar con una alta dosis de erotismo que asola la ciudad; en realidad uno no entiende muy bien la trama de dicho despropósito. En fin...Sono hace un alto no muy acertado en el camino de su filmografía llevando a cabo un descacharrante producto que le apeteció hacer para desligarse de sus tan duros anteriores trabajos.
Ofrece así una punzante crítica sobre la indecencia por la que pasan los jóvenes de la sociedad actual. Jóvenes que prefieren agarrarse a los conceptos de sexo sin amor que al amor verdadero, haciendo también hincapié en una estrambótica y muy irritante nota feminista como ya ha demostrado en muchos de sus trabajos, siendo "Antiporno" el más revelador y serio en ese aspecto. Disfrutamos entre tanto, de un buen montón de guapísimas y seductoras féminas entre las que se cuentan jóvenes actrices, cantantes y modelos bien dotadas.

Como Erina Mano, Mary Jun Takahashi, Mizuki Hoshina, Airi Shimizu y las antes mencionadas Elaiza Ikeda y Ami Tomite (con la que sus fans tuvieron que disfrutar viéndola en esta película), sin olvidar a la "AV idol" Anna Konno y la propia esposa de Sono, Megumi Kagurazaka, capaces de reventar termómetros saliendo muy ligeras de ropa y haciendo todo el rato unas anormales poses de modelos de "Playboy" con las que tuvieron que acabar agotadas. No hay más.
Cabe nombrar lo buena que es la canción del final y las interpretaciones tan sobreactuadas de todo el plantel.
Donde parecen hechos de verdad a medida para sus papeles (nadie actúa bien...pero sobreactúan todos tan bien que al final parece que actúan bien), en especial el cómico Makita Yuji, Motoki Fukami, la pareja Okada Ijily/Mariko Tsutsui y el protagonista Shota Sometani, que nació para hacer del papanatas Yoshiro (haciendo gala de un buen centenar de muecas que le acreditan para ser el Jim Carrey japonés).

"The Virgin Psychics" es sólo apta para adolescentes con el riego de sangre débil y que tengan las hormonas la mar de revolucionadas, despistando Sono a todos y dándole la vuelta a su carrera otra vez...
¿pero haciendo apología de lo que tiene el valor de contarnos o convirtiéndolo en objeto de una afilada crítica? No se sabe. Este hombre es así de imprevisible.