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The Program (El ídolo) (2015)

The Program (El ídolo)
103 min.
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Sinopsis
Un periodista deportivo irlandés está convencido de que las victorias del ciclista Lance Armstrong en el Tour de Francia se deben al dopping. Con esta convicción, empieza a investigar y a buscar pruebas que sacarán a la luz la verdad sobre Armstrong. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Biográfico Deporte Ciclismo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
The Program
Duración
103 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Reino Unido-Francia;
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6
La hipocresía social.
Dopping es cualquier sustancia que incrementa artificalmente el rendimiento. Quienes usan el dopping, son unos tramposos que van contra la justicia básica y el juego limpio.
Por supuesto, esto es una memez. Los deportistas (todos) toman sustancias que incrementan artificialmente su rendimiento y no están prohibidas (proteínas, aminoácidos, vitaminas estimulantes, creatina...) y que, a la larga, también producen daños físicos. Pasa como con las drogas. 100.000 muertes al año ocasionan el tabaco y el alcohol estando permitidos mientras prohibimos otras por considerarlas más peligrosas.
Además, los deportistas, sin dopping, tampoco llegan en igualdad de condicionies: no tienen los mismos presupuestos, las mismas ayudas médicas, las mismas instalaciones...
Hipocresía, como digo.
En esto se centra la maniquea película de Stephen Frears: en la lucha contra el más malo con actitudes mafiosas (Foster-Amstrong) contra los buenos que defienden el deporte (algunos periodistas). Dibuja a un Amstrong con el que es imposible empatizar, hambriento de fama y victorias (y dinero) que incluso chantajea a otros corredores para que no denuncien y se sirve de su fundación de lucha contra el cáncer para evitar que le pillen.
Todo esto está contado como a saltos, sin fluidez alguna. Tanto, que se salta toda la parte de entrenamientos y casi toda la de ciclismo. El director desconoce también que el dopping te ayuda a entrenar más tiempo, con más rendimiento y disminuye el tiempo de recuperación. O sea, que te lo tienes que currar y mucho, mucho. No todos los que se dopan llegan arriba. Todo ese trabajo duro desaparece de pantalla y se queda un cliché tan extendido como inexacto: que puedes ser mediocre y basta con que te dopes para convertirte en el mejor del mundo, lo que es falso de extremo a extremo.
Este tipo de fallos se compensan más o menos gracias a la estupenda actuación de Foster y secundarios y al interés que todavía despierta la figura del ciclista.
Una pena. Querría haberme encontrado una realidad real: todos los deportistas de alto rendimiento se dopan y lo enmascaran con otras sustancias más adelantadas a la de los controles (si no, es imposible seguir batiendo récords y aguantar etapas inhumanas). No es cosa de manzanas podridas, si no un mundo establecido. Compiten todos en igualdad de condiciones porque todos van dopados (basta con ver sus evoluciones anuales, sus deformaciones en las rodillas y mandíbulas, efectos secundarios de la testosterona, por ejemplo) y la gente, los patrocinadores y los organizadores prefieren echar la vista al lado para que el negocio y el espectáculo siga viviendo. Quizá con un guion así la pel´ñicula hubiera sido más coherente, más interesante y nos hubiéramos dejado de tanta fábula moralinizadora para ver cómo está el mundo de la alta competición de verdad.

Espero que a vosotros os guste más del 6 que yo le he dado.
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38 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
La construcción de una mentira llamada Lance Armstrong
Del cielo al infierno por mentiroso. Así se resume la carrera de Lance Armstrong: campeón del mundo de ciclismo en ruta en 1993, siete veces consecutivas campeón del Tour de Francia y medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Sidney, entre otras victorias en carreras y clásicas. Otra vez el sueño americano truncado.

El texano llegó a ser considerado un mito dentro del ciclismo por su ejemplo de superación y lucha -venció al cáncer en 1996 y regresó a las carreteras para ganar todo aquello en lo que competía-. Un héroe a los ojos de muchos. Un ídolo que se demostró de barro en el año 2012, acusado de dopaje y despojado de sus triunfos en la ronda gala. El propio Lance lo reconoció, destapándose todo un sistema fraudulento donde el americano y sus compañeros de equipo usaban técnicas de dopaje difíciles de detectar en los controles de la época y que les convertía en 'superhombres' a pedales para resignación de sus competidores.

The Program es un viaje documental por la vida profesional de Armstrong y como, movido por la ambición de ganar a toda costa, cae en las redes de la trampa. Artísticamente hablando, The Program sigue la senda de otros trabajos de Frears, como Philomena. Basada en hechos reales e inspiradas en la denuncia de las malas prácticas en el deporte, en este caso el ciclismo. Frears y Hodge despojan al deporte del pedal de esa heroicidad que significa para muchos de nosotros -ya se hizo anteriormente con La bici de Ghislain Lambert de forma más cómica-.

Ben Foster esa una copia exacta del americano, en un papel que trabaja perfectamente. Es creíble. Y junto a Chris O'Dowd (David Walsh) nos brindan un duelo interpretativo brutal, con mucha carisma. También de calidad los minutos de Guillaume Canet, Jesse Plemons y Denis Ménochet, hasta completar casi dos horas de cine entretenido y documental al mismo tiempo, fiel a los acontecimientos. Buena apuesta para este verano a las puertas del Tour de Francia.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine/
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23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
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