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Reverón (2011)

Reverón
110 min.
6,8
65
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Disponible en:
free
Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Se trata de una historia de amor que transcurre entre 1924 y 1954 a la orilla del Mar Caribe donde descubrimos el universo del gran artista plástico venezolano Armando Reverón, su relación con Juanita su musa e inseparable compañera, los amigos que los frecuentan, la construcción y recreación de los objetos que forman su mundo, su obsesión por la luz del trópico que lo enceguece. Veremos el desarrollo de su enfermedad mental y el universo lúdico, afectivo y doloroso dentro de ese espacio mágico denominado El Castillete. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Biográfico Años 20 Años 30 Años 40 Años 50
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Venezuela Venezuela
Título original:
Reverón
Duración
110 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
10
FANTÁSTICA, DOLOROSA, ONÍRICA... TEATRO ALUCINÓGENO DE UN ARTE-SANO
Un film que invita a navegar atravesando mareas turbulentas y luces embravecidas; dejarse invitar al teatro alucinógeno de la vida del maestro Reverón ofrece el tiquete para internarse en viajes oníricos con destino a otros mundos inflamados de insólitas danzas en libidinosas fiestas, donde las cadenas dejan oír dolorosos anhelos de libertad.

Los tormentos de este artista son materia prima de su exótica obra; sus goces delinean los planos del enclave que fundó su desaforada imaginación. Reverón creó un nuevo mundo, lo pobló con sensuales muñecas de trapo, con los fantasmas que lo aturdían, con la vocación que celebraba a diario a través de rituales místicos-lascivos. Sus rutinas masturbatorias aunadas al amor tragicómico por su mujer disputaban el tiempo a su producción artística, tan prolífica como retadora.

Sus trazos de genialidad no eran negociables, tampoco su honesta amistad. Compartía pero no vendía; eso no lo puede perdonar el Estado ni sus manuales de buenas costumbres; si hubiera agradecido con adulación los premios, seguramente no lo habrían internado a la fuerza en esos centros para torturar espíritus denominados institutos psiquiátricos; seguramente no hubieran sancionado su ingenio, no habrían intentado amarrar sus dones, no lo hubieran sometido cruelmente al imperio de la cordura gris.

La fotografía retrata la alucinación que destella una biografía apasionante; no urge conocer la fidelidad del guión con la vida y obra de Armando Reverón; sería desconsiderado con esa otra gran obra que resulta ser el film. Los diálogos fluyen desprovistos de pretensiones frusleras anclándose a una narrativa tierna y salvaje al mismo tiempo; el lenguaje se torna cálido y luminoso como mensajes entre amigos entrañables, como los que se dejan ver participando en los delirios del loco de Macuto: sin vanos juicios morales, incluso conociendo sin prejuicio sus perversiones. Éstas se afincan en las voces tortuosas del padre que transmite la brisa salina, versiones del padre, pero también otras versiones del mundo, de la sociedad, del poder, del amor...sub-versiones.

El film es otra versión performativa del espíritu iconoclasta del mago, chamán y artista. El trabajo de actores y la recreación escénica de la aldea real-imaginaria donde vivió sus luchas Reverón (su Castillete), logra trasladar el gran sentimiento y la atracción por las luces del caribe del pintor.

Además de la extraordinaria actuación del protagonista Luigi Sciamanna , bueno es ver participaciones tan sobrias como dicientes en los personajes interpretados por Antonio Delli, Adrián Delgado, Mirtha Borges, entre otros. Si algún homenaje hace el director, no es a una sucesión de datos biográficos, es a la locura, aquella disposición de visiones del ánimo que aparte de iluminar la realidad y colorear la triste cordura, permite revolucionarla y proponer un mundo mejor, dibujado con matices liberadores. Todo acto ingenioso responde a un llamado de locura; la trascendencia de los actos humanos en la historia han sido impulsados por ese más allá, por ese ímpetu visionario de quien transita lo real sin desatender sus símbolos, sin dejar de imaginar. Ello hablando de la locura irreverente, reveladora, a lo Reverón. Otra cosa es la locura encubierta de quienes suelen traicionarla para percibir beneficios del sistema de control a que se pignoran. La salud de todos no sin la locura de cada quien. Reverón es un nombre muy sonoro, que indica revelación, que se conjuga con la irreverencia; su locura no tuvo precio, por eso lo encerraron en un manicomio. En los mensajes de sus imaginarios portentosos encontraba lo-que-cura: su arte: es así: su arte lo-cura: "a mí la pintura me salva y me cura". Se abona que no hayan querido encasillarlo en estructuras clínicas, que no lo hayan mostrado como un demente “psicoseccionado”, aunque sí enarbolan su locura. Ocurre que esa locura irredenta es la composición del gran cuadro de la vida de Reverón que nos aporta el film.

Otro aporte destacable es la iluminación, teñida de tonos añejos, sepia, pero resaltando claroscuros, para luego capturar los colores febriles del caribe, así como la fuerza y serenidad de su azul; tal esfuerzo refleja la complejidad psíquica del artista y consecuentemente su agradecimiento a la luz: "todo es luz, el teatro es luz, la pintura es luz, la música es luz" . La locura siempre ha sido reprimida por temor a que ilumine los tiempos que se transitan.

Es una alucinante película que habla de la bella locura de un pintor en su santuario-teatro, El “Castillete” que él mismo erigió; su magia y su arte. El teatro para los tormentos de Reverón donde “se pinta como danzando” revela la maestría iconoclasta y al tiempo devota de nuevos símbolos, de un pintor o mejor Artesano, para quien el mejor lienzo es el cuerpo de una mujer, y el acto de pintar, un proceso dramatúrgico. En el teatro-Castillete se pude escenificar desde un permiso para amar disfrazando a un mico de sacerdote, hasta una sociedad que como norma, organiza orgías semanales. Un teatro erótico para bailes carnestoléndicos alrededor de la muerte. Verla sin pre-juicio, jugar a descubrir algo en ella, produce la magnificación de lo inesperado: cuando sólo se espera un docu-drama a través de un canal público de tv, en una mustia noche de viernes esperanzada sólo en el sueño, de un sacudón puede extinguirse el tedio, al visionarse una expresiva película, imponente en su relato, que incita a datarla, a promocionarla, a reseñarla.

Se puede ver en “Reverón” una puerta abierta a la imaginación sin trabas, aún a través de los muros de la cárcel para la imaginación que representan los manicomios; allí el Artesano de la luces del caribe, pintó su escape, su puente a la libertad, tal como los pintaba en su aldea y tribu reales-imaginarias, sobre el fique, bajo la lluvia y meciéndose en un columpio. Es una película Fantástica, delirante, dolorosa, onírica…
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3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Tan pregnante como un cuadro de Reveron
Lo mas destacable de esta cinta es la interpretación del protagonista, increíble el personaje que construyo, si esta película fuera gringa estaríamos de seguro ante el próximo ganador del Oscar, solo por esa actuación vale la pena verla

Del resto, hay cosas que no me terminaron de convencer como la duración, muy larga, mucho metraje gratuito que no se justifica por que con 30 minutos menos de duración se puede contar todo lo que se cuenta sin ningún problema, lo otro es ese desfile de personajes que van pasando a lo largo de la película y que no aportan mucho a la trama, solo son relleno, a mi modo de ver el personaje que mas aporta sacando a los 2 protagonista es el de Oscar Yanes que por medio de la escena de la entrevista ayuda a explicarle al publico la personalidad del atormentada pintor

Pero en conclusión, con todo que no soy amante de los biográficos, la mejor de este genero en lo que va de fecha en el cine venezolano
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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