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A la deriva (1956)

A la deriva
117 min.
7,4
227
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Sinopsis
Rika acaba de enviudar y está buscando trabajo. Su agencia de empleo la envía a una casa de geishas en la que necesitan a alguien que se ocupe de la limpieza y de la cocina. Conoce a Tsutayako, la patrona, quien acepta contratarla, pero se entera que la casa de geishas está retrasándose en el pago de sus facturas y que podría ponerse a la venta. (FILMAFFINITY)
Género
Drama
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Japón Japón
Título original:
Nagareru (Flowing)
Duración
117 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
9
La vida fluye de forma inevitable: otra gran película de Naruse
La incisión que hace en esta ocasión Naruse sobre la vida de la mujer probablemente es más profunda y directa en "Nagareru" que en otras ocasiones, debido sin duda a la elección que hizo del escenario. Ser geisha ya avanzado el siglo XX no debía ser fácil, los tiempos habían cambiado en forma de saltos bruscos y de una generación a otra la vida era totalmente distinta. En este contexto Naruse nos coloca en una casa en la que el negocio está en quiebra, un lugar en el que seis, siete u ocho mujeres entran y salen, cada una con sus problemas, anhelando una felicidad que quieren reencontrar y todas, sin excepción, sin compañía masculina, rechazadas y solas por un motivo u otro.

No es de extrañar que los personajes masculinos apenas tengan importancia, sólo el obrero que viene a reclamar el dinero de su sobrina tiene algo de peso en un momento determinado, pero el resto, un policía, cocineros, clientes ocasionales, permanecen en un segundo plano. Desde sus inicios, desde que el cine es cine, y debido probablemente a la propia idiosincrasia japonesa, siempre funcionó bien el subgénero dedicado y enfocado a la vida de las mujeres. Ser geisha no es ser una prostituta, es una mujer de compañía que se dedica a algo más importante que a abrirse de piernas, de ahí que los salones y las escuelas de geishas hayan formado parte de la historia del Japón de forma ancestral. Naruse pues va al epicentro de las actividades femeninas fuera del matrimonio, una manera de ganarse la vida como otra cualquiera. En un contexto así, en el que unas valen y otras no, la maravillosa Hideko Takamine prefiere dedicarse a otras cosas.

Y al acabar las dos horas de película te das cuenta que ese río que no deja de fluir lleva de forma inevitable a la deriva a nuestras mujeres protagonistas, empieza y acaba casi con los mismos fotogramas, se cierra el círculo y te das cuenta que todo ha pasado como un suspiro. Esta vez sin tragedias, la vida pasa y se cuestionan casi gritando al final el papel de la mujer sin un hombre. Otra gran película de Naruse, con unas interpretaciones a la altura de su creatividad. Para no perdérsela.
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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