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Hermosa juventud (2014)

Hermosa juventud
100 min.
6,3
4.061
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Disponible en:
Suscripción
Trailer HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Natalia y Carlos son dos jóvenes veinteañeros enamorados que luchan por sobrevivir en la España de la crisis. Sus limitados recursos les impiden satisfacer sus deseos y su progreso vital. No tienen grandes ambiciones porque no albergan grandes esperanzas. Para ganar dinero deciden rodar una película porno amateur.
Género
Drama Crisis económica 2008 Drama social Trabajo/empleo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Hermosa juventud
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción España-Francia;
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Premios
2014: Festival de Cannes: Sección oficial ("Un Certain Regard")
2014: Premios Goya: Nominada a Mejor actriz revelación (Ingrid García Johnsson)
2014: Premios Feroz: 3 nominaciones incl. Mejor película y actriz (García Johnsson)
2014: Premios Gaudí: 5 nominaciones incl. Mejor película en lengua no catalana
2014: Premios Forqué: Nominada a Mejor actriz (Ingrid García Johnsson)
8
¿Qué hacer cuando no hay nada que hacer?
Retratar vidas mediocres y sin interés es arriesgado y complejo, ya que existe el peligro de que desconectemos por indiferencia o pereza al ver un panorama tan poco atractivo desplegarse ante nuestros ojos. Por ello tiene incluso más mérito esta cinta sencilla y sobria que sin embargo refleja de forma brillante el irritante momento actual de una juventud que ni estudia ni trabaja, ni tiene visos de trabajar ahora o nunca, haga lo que haga, se esfuerce lo que se esfuerce, se empeñe lo que se empeñe y por mucho que porfíe hasta la desesperación. “Querer es poder.” Eso sería en época de vacas gordas y cuando ataban los perros con longanizas, pero ahora querer es desilusionarse porque no hay nada esté en nuestras manos.

Jaime Rosales vuelve a acertar de lleno. Retrata la árida cotidianeidad de unos personajes abocados al desánimo y la abulia con una destreza y garra que pone los pelos de punta. Acierta al reflejar el amor de dos jóvenes atractivos y llenos de encanto enredados en un presente exasperante por estéril e ingrato, donde las ilusiones de una paternidad inesperada apenas son motivo de alegría y sí fuente de frustración, irritación y encono. Padres separados y casi tan grises como ellos, amigos de mensajitos y noches de polígono, algún porro, alguna cerveza, el recurso de la violencia cuando la sociedad no es capaz de proteger tu integridad ni la justicia te ampara, el parque como espacio de libertad que los minúsculos pisos no proporcionan y las ilusiones marchitas de tantos problemas y escasez de medios materiales…

Formalmente la cinta es un prodigio narrativo con un desenvuelto y creativo uso de las formas actuales de comunicación (móvil, cam, mensajería), con una inventiva utilización de la elipsis, acelerando el tiempo con vertiginosa fluidez, trasladando la prisión cotidiana allende nuestras fronteras, porque tener iniciativa no conlleva tener éxito y el fracaso no se mide en píxeles ni en palabras, sino que te atrapa con una densa maraña de sinsabores y decepciones que se adosan a tu vida como un parásito. Cuando el futuro y el presente son lo mismo y no caben ilusiones más allá de final de mes es que hay algo que ha fallado. Y no saber lo que es, no impide que todo el peso caiga sobre nosotros.

La cinta no sermonea sobre el fracaso, ni fabula explicaciones sesudas, ni se detiene en condenas y tópicos, sino que ofrece un descarnado ejercicio de franqueza expositiva. Casi documental. No gustará a los que busquen paraísos artificiales ni escapismo de pirotecnia, pero ofrece un tesoro de veracidad y vida. Plenamente lograda y muy recomendable.
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74 de 77 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
España, año cero
Otro día a tachar en el calendario... y poco más. El plan de hoy, idéntico al de ayer... y probablemente calcado al del mañana. ¿Qué le vamos a hacer? ''Es lo que hay.'' Al mal tiempo... a saber. Sin pensarlo, Juan (por ponerle un nombre al personaje) se viste, comprueba los mensajes que su móvil ha ido acumulando a lo largo de la noche, rapiña algo de la nevera y sale de casa, no sin antes haber efectuado las más habilidosas maniobras con tal de evitar cualquier contacto (físico, dialéctico, visual...) con su madre. Una vez fuera, lo de siempre, que no está tan mal, ojo. Reunión semi-improvisada con los colegas. En el banco del parque de toda la vida. Hoy parece que sólo faltan dos. Da igual, ya aparecerán, y si no, ellos se lo pierden. Al fin y al cabo, aquí se está la mar de bien... ¿no? Es decir, ¿qué mejor sitio en el mundo que este rinconcito? ¿Y qué si hay pocos otros sitios a los que ir? ¿Y qué si a uno no le queda otra alternativa más allá de la de pudrirse aquí?

Hablemos de España, donde cualquier sueño de prosperidad lleva muerto desde hace mucho tiempo, o si se prefiere, lleva enterrado en el más increíble de los mitos. Esto es así, para ponerle fecha a la efeméride, desde hace aproximadamente ocho años. A partir de ahí empezó el ''Es que la cosa está muy mal'', el ''Está jodío' el asunto'', el ''¿Qué le vamos a hacer?, es la crisis'' y el ''Nada que hacer aquí''. No es país para jóvenes. 'Hermosa juventud' (título que todavía no se sabe si responde a un incremento repentino y dramático en la acidez del discurso o a un ataque de esperanzadora sinceridad), es el nuevo trabajo de uno de los cineastas más valiosos de nuestra querida cinematografía, últimamente tan marginada (¿casualidad?) en los grandes festivales. Hablando de... Jaime Rosales presentó en la Sección Un Certain Regard de la 67ª edición del Festival de Cine de Cannes (¿por qué demonios no le han permitido hacerlo en la Competición Oficial?) el que seguramente su mejor filme de su carrera. El más ambicioso, seguro.

La premisa es aparentemente sencilla (seguir el día a día de Natalia y Carlos, una pareja de veinteañeros de bajo estrato social que sobrevive, como puede, y por así llamarlo, en el Madrid actual), pero exige un esfuerzo colosal para que pueda llegar a adquirir un verdadero sentido. Vuelve Rosales ''el intruso'' en su mejor versión; vuelve esa especie de ente al que no se le escapa ningún detalle; el que se niega a concederse cualquier momento de flaqueza. El observador no se conforma con pegarse a sus víctimas (sin que ellas se enteren de dicho acoso, importante), sino que además se aferra a todos los detalles; a todos los gestos, y los exprime hasta dejarlos secos. Como si de una bestia insaciable se tratara, el director y guionista se alimenta de sus propias creaciones, brillantemente interpretadas por Ingrid García-Jonsson y Carlos Rodríguez, a quienes tendríamos que preguntar en qué parte de su -impecable- trabajo empieza la actuación y en cuál sigue la prolongación natural de lo que debe ser muy cercano a sus respectivas vidas.

En las bromas más espontáneas, en las broncas más contundentes, en los detalles que nos hunden en la depresión más incurable y en aquellos que por el contario hacen que esta puta mierda de vida que se nos ha dado sea, a fin de cuentas, el regalo más valioso. También en los balbuceos, en las estupideces y en el argot callejero... Rosales lo capta y lo entiende todo. No es feísmo, tampoco son amaños preciosistas (mucho menos arrebatos pornográficos), es que ''la cosa está así''. Es que simplemente en algunos pocos días la vida te sonríe, y en otros dos días se porta como una inmisericorde zorra. El espíritu neorrealista renace, a 24 imágenes de whatsapp por segundo, en el corazón de un país que se desangra: 'Hermosa juventud' es un drama profundamente humano... e inseparable del entorno y las circunstancias donde ha nacido. Por cierto, tanto los economistas como los filósofos de hoy en día opinan que en este mundo ultra-globalizado, las naciones que van a salir adelante van a ser aquellas capaces de ofrecer a su población un más completo y mejor marco (de oportunidades) en el que poder desarrollarse como individuos.

Volvemos a nuestro hogar y... ''Sin comentarios''. Lo sabemos nosotros, lo sabe el director y por lo visto lo saben también sus personajes, convertidos en personas ((en mayúsculas)... convertidas, a las primeras de cambio, en reflejo perfecto de su entorno. Y se rompe así una de las más inamovibles normas del cine de Rosales: la de la rutina rota súbitamente por el más violento y contundente de los golpes. Aquí ''las horas'' del día a día se ven constantemente interrumpidas (o marcadas) por la vida misma. Hablamos de la híper-contextualización (en una realidad vampiresca y caniblizadora), no como un recurso sádico, sino como la única herramienta para alcanzar un compromiso (total) para con un momento dramático que, al menos, y no es poco consuelo, ya tiene una imprescindible película con vocación generacional a la que acudir en momentos de máxima necesidad. Todo en ella atrapa por su veracidad. ''Los lunes al sol''. Y los martes, y los miércoles, y los jueves, y... Algo así como la reedición de aquel tan inspirado Fernando León de Aranoa, solo que dedicada a la gente a la que todavía le queda mucho por vivir. Y ahora sí, hablemos todo lo que queramos sobre el cine español. Por favor.
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34 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
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