Los Tenenbaums. Una familia de genios (2001)

Hablar de esta película es hablar del controvertido Wes Anderson, uno de esos pocos geniales cineastas que sabe crear un cine propio, que gustará o no al espectador, pero que dificilmente es comparable a otros.
Su cine está impregnado de cierto aire bohemio, desenfadado y atípico, irregular, melancólico a ratos y sobre todo brillante.
Sus películas no se caracterizan por guiones sólidos, ni un mensaje especialmente definido, ni por construir personajes del todo creibles, todo lo contrario, el guión da la sensación de ir a la deriva en muchas ocasiones, de que la película no tiene
ningún mensaje en especial y que los personajes son una compendio de excéntricos.
Algunas veces no sabes qué es lo que estas viendo, y cuando acaba la película no sabrías decir con exactitud a que género pertenece la película. Algunos pensarán que les han tomado el pelo y otros muchos que es una auténtica gamberrada
cinematográfica.
Pero en opinión de un servidor es lo que hace fascinante su cine, el hecho de no saber en que desembocará el "disparate" que está desfilando delante de sus ojos, la forma narrativa aritmica y cambiante, sus particulares personajes y esa aura de melancolía indefinible que está presente a lo largo de todos sus films, con una banda sonora a la altura de la película donde el compositor Mothersbaugh da la réplica al director, demostrando que son tal para cual.
Sólo la presentación de personajes al comienzo de la película es fascinante. La forma tan sencilla y directa en que se presentan personajes tan extraños es loable, casi una parodia de documental, con letreros y todo.
Los personajes, por extravagantes que parezcan,también tienen conflictos que los hacen sufir y dan pie a escenas que destilan cierta ternura como la que protagoniza el personaje de Gene Hackman al hacer travesuras con los nietos del hijo que le guarda rencor por su comportamiento distante y traicionero en el pasado.
Y es que toda la historia gira entorno al personaje magnificamente interpretado por Gene Hackman, que interpreta a un abogado con pocos escrúpulos profesionales y personales. Un mal padre, egoista, mentiroso y distante, que se encuentra arruinado en la más completa soledad y que se da cuenta de que ha perdido lo más valioso de su vida, su familia,e intenta recuperarla a base de engaños que dan pie a todo tipo de situaciones cómicas al ir redescubriendo a sus hijos y el rencor que guardan ellos
por él.
Pese a que el tema así contado pueda parecer realmente dramático, la forma de presentarlo y de narrarlo lo acaba convirtiendo en comedia, agridulce eso sí, que no deja indiferente a nadie.
Si tuviese que recomendar a alguien está película lo haría sobre todo a aquellos que esten hartos de ver siempre lo mismo, que deseen ver algo fresco y original y que además tengan alma de bohemio y corazón de niño.

Los Tenenbaums destila constantemente el sabor de lo que pudo haber sido pero quedó trunco. Empezando desde el resumen inicial de la brillante carrera de los niños prodigios convertidos en adultos neuróticos con sombra de fracasos - incluyendo el éxito del menos talentoso del círculo (el personaje intepretado por Owen Wilson) -y durante todo el film con el fracaso de la familia como tal, al no poder reproducir y afianzar sus lazos.
Como fondo de esta sucesión de desarrollos diversos - en la mayoría frustrantes - a su promesa embrionaria se pueden escuchar melancólicas y magníficas melodías de los años 60, reforzando el contenido nostálgico, de un pasado que prometió algo mejor que su resultado real.
Este componente de sensación de derrota, frustración (y neurosis) hace carne en los personajes de los 3 hijos de la familia Tenenbaum (Luke Wilson, Ben Stiller y Gwyneth Paltrow) junto al psiquiatra que interpreta Bill Murray.
Por otro lado, el clima nostálgico convive con el cinismo y el humor disruptivo personalizado en Royal Tenembaum (G.Hackman) y el personaje de Owen Wilson, ambos amorales capaces de traicionar sin remordimientos y hasta sin medir la magnitud de sus traiciones. En este tono encontramos también algunos personajes secundarios notables como el mayordomo indio o el botones que simula ser médico.
La combinación de ambos climas produce como resultado un film brillantemente desparejo - enriquecido por una narración de tono solemne que hila a los sucesivos capítulos -en el que la gama de emociones es notablemente amplia.
Esta película no deja ninguna enseñanza ni es un canto a la vida. Es lógico también que defraude a los que buscan una comedia. Y sin embargo es una forma deliciosa de burlarse de la característica trágica de la existencia.