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Después de Lucía (2012)

Después de Lucía
102 min.
6,6
2.121
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Trailer (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Tras perder a su madre Lucía, la joven Alejandra (Tessa Ia) se muda junto con su padre Roberto (Hernan Mendoza), depresivo por la pérdida de su esposa, desde la costera Puerto Vallarta hasta la capital México D.F., intentando cambiar de vida en otro sitio lejano. En la capital ella es nueva en su colegio, donde pronto comienza a tener problemas. El padre tiene un nuevo trabajo. Pero empezar de nuevo siempre es complicado cuando se ha dejado tanto atrás. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Acoso escolar / Bullying Colegios & Universidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ México México
Título original:
Después de Lucía
Duración
102 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Coproducción México-Francia;
Links
Premios
2012: Festival de Cannes: Mejor película (sección "Un Certain Regard")
2012: Premios Goya: Nominada a Mejor película hispanoamericana
2012: Festival de San Sebastián (Sección Horizontes Latinos): Mención especial
2012: Festival de Chicago: Premio Especial del Jurado (Hugo de Plata)
2012: Festival de La Habana: Mejor director
6
Después de Haneke
Un taller de reparaciones, un coche que parece haber sufrido un serio accidente cuyos detalles conocemos indirectamente por la conversación de dos hombres, el mismo coche siendo abandonado a pocos metros del taller por razones no desveladas. En la secuencia que abre Después de Lucía, su director, el mejicano Michel Franco, ya nos da varias pistas de por donde va a transitar su película y cuales son los recursos sobre los que va a cimentar su edificio narrativo: utilización de elipsis, del fuera de campo, situando su cámara como un testigo tan inamovible como poco partidario de caer en sentimentalismos vacuos, presentación no directa de los hechos sino a través de las consecuencias que originan.

Muchos de los compañeros que vimos la película en el reciente Festival de San Sebastián tuvimos la misma sensación de despiste durante la primera parte de su metraje, no sabíamos muy bien si el conflicto iba a situarse en el terreno del drama familiar, del dolor ante la pérdida, del desarraigo juvenil frente a un obligado cambio de entorno, etc. Cuando el nudo del conflicto finalmente se desvela, tenemos la impresión de que éste es uno de los muchos caminos que podría haber elegido el autor para desarrollar su obra y no lo decimos como algo negativo: el terreno está bien abonado y la transición al terreno del bullying perfectamente engarzada. Lo que empieza pareciendo una simple anécdota va acrecentando su importancia, poco a poco y sin estridencias, hasta convertirse en el sustento fundamental de su andamiaje dramático, en el agujero negro hacia el que se ven indefectiblemente arrastrados todos sus personajes.

Otra de las grandes virtudes de Después de Lucía es algo que ya señalábamos al inicio de esta reseña, su buen gusto a la hora de no hacer subrayados dramáticos utilizando la música, los primeros planos, etc. Domínguez parece seguir el libro de estilo del director austriaco Michael Haneke, contagiándose de su aparente frialdad y de su capacidad para crear una innegable tensión e incomodidad en el espectador con el sencillo recurso de mantener fijo el plano allí donde muchos otros directores no se atreven, donde casi todos ceden ante las convenciones de la comercialidad. Los espectadores que se hayan revuelto inquietos en sus butacas con el estatismo de algunas secuencias especialmente desagradables y difíciles de soportar de La pianista o la reciente Amour, con esa especie de asfixia que provocan, seguramente saben ya a que tipo de sensación nos referimos. Curiosamente la secuencia final de Después de Lucía (no desvelaremos hechos relevantes, tranquilos), no por esperada menos impactante, parece un homenaje directo a una de las más famosas escenas de Funny Games, como si el propio Domínguez reconociera la influencia directa del genial autor de Caché, la verdad es que nos quedamos con ganas de entrevistar al director e indagar en esta admiración que percibimos.

No podemos cerrar esta crítica sin alabar el trabajo de sus actores. Tessa Ia, Hernán Mendoza y el resto del elenco, especialmente los repelentes chicos del instituto, ayudan a darle al relato ese toque de naturalismo cruel, casi de darwinismo social, esa sensación tan difícil de conseguir y que nos ayuda a percibir que no estamos viendo una película, sino que somos desafortunados testigos mirando por el ojo de una cerradura y atisbando cosas que no podemos dejar de contemplar pese al desagrado que nos provocan. En resumen, Después de Lucía es una cinta notable, no sólo por abordar los difíciles temas que toca, tan proclives a generar un sentimentalismo cuasi pornográfico en otros films menos respetuosos con su público potencial, también como un interesante ejercicio estilístico, justamente premiado en Cannes, San Sebastián y Chicago y que sitúa a su autor Michel Franco como un claro referente a seguir en sus próximos proyectos.

Reseña escrita originalmente para cinemaadhoc.info
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32 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Funny Games
Hasta ahora las producciones audiovisuales que he visto sobre el acoso escolar suelen tratar este tema de forma morbosa (por desgracia muchos medios tratan como puro negocio a las preocupaciones sociales "de moda") o simplemente de modo informativo, donde la importancia reside en mandar un mensaje de concienciación a las escuelas y claro, resulta irrelevante que la puesta en escena sea amateur, que los doblajes sean paupérrimos o que no sea un film para pasear por glamorosos festivales.

Avalada por premios prestigiosos y recomendaciones de gente fiable, las expectativas parecían convertirse en realidad tras su excelente hora inicial. Michel Franco apuesta por una dirección austera, de planos fijos, mostrando la historia desde un punto de vista frío y objetivo, produciendo incomodidad, asfixia y demás sensaciones desagradables en sus escenas más crudas. No recurre a música extradiegética, ni a primeros planos para acentuar el dramatismo. La influencia de Michael Haneke es obvia (e incluso hay un guiño a "Funny Games"). A un servidor le gusta bastante el director alemán, así que no podía estar más encantando con la puesta en escena de "Después de Lucía".

Sin embargo, en su segunda mitad el conjunto comienza a chirriar, a causa de un guión que podría haber estado mejor trabajado. No se trata de buscar los tres pies al gato, ni de dar cansinas lecciones de verosimilitud. Tampoco es sacar fallos por sacar, pues la película me estaba gustando y he intentado perdonarlos. Pero, sencillamente, hay diversas acciones (de gran importancia para la trama) que no me termino de creer. Y es una pena, porque esa falta de credibilidad termina manchándolo todo: la perspectiva realista, las buenas interpretaciones, la fantástica dirección, etc. Me explico en el spoiler.
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14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
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