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Topsy-Turvy (1999)

Topsy-Turvy
160 min.
6,4
337
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Tráiler en inglés
Sinopsis
Drama musical ambientado en el siglo XIX. Narra la rivalidad entre dos artistas londinenses: Gilbert y Sullivan, guionista y compositor respectivamente. Gilbert (Broadbent) es un auténtico caballero. Sullivan (Corduner), en cambio, es casi un libertino. Durante años, los dos trabajaron juntos deleitando al público con sus populares óperas cómicas. Pero, en 1884, al no contar su última obra con el apoyo de la crítica, las diferencias entre ellos salieron a flote. Sullivan quiso dejar a Gilbert para componer música más seria; pero ambos estaban obligados contractualmente a hacer un nuevo trabajo. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Musical Siglo XIX
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Topsy-Turvy
Duración
160 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
1999: 2 Oscars: Mejor vestuario, maquillaje. 4 nominaciones
1999: Premios BAFTA: Mejor maquillaje. 5 nominaciones, incluyendo mejor film británico
1999: Venecia: Mejor Actor (Jim Broadbent). 2 nominaciones
1999: Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película extranjera
1999: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor película y mejor director. 4 nominaciones
6
Gilbert y Sullivan
El guionista y director británico Mike Leigh, famoso por películas de temática social ("Secrets & Lies", "Another year", entre otras) había acariciado durante mucho tiempo la idea de hacer una película sobre los especialistas ingleses de operetas, el libretista W. S. Gilbert (1836-1911) y el compositor Sir Arthur Sullivan (1842-1900), centrándose en un período crucial de sus exitosas vidas en plena época Victoriana. No estamos pues, ante un biopic al uso de la pareja sino que Leigh comienza el film cuando Gilbert y Sullivan -como eran conocidos artísticamente- han cosechando 10 éxitos seguidos y dominan el escenario de Londres. Sus operetas cómicas, producidas por el famoso empresario Richard D'Oyly Carte, han pagado incluso la construcción del Teatro Savoy, donde, desgraciadamente, su última colaboración, "La princesa Ida", ha fracasado y dado muestra de cansancio en sus creadores. Los dos tienen personalidades bastante diferentes y numerosos encontronazos lo que va a provocar que busquen caminos separados. Sullivan, el compositor, es un dandy y mujeriego y, recién nombrado caballero por la reina Victoria, decide que es hora de componer óperas serias. Gilbert, un hombre de negocios con gran intuición para los detalles teatrales, en plena crisis creativa acude con su esposa a la recién inaugurada exposición sobre Japón en Londres, donde observa una actuación de Kabuki que le dará la inspiración para escribir "The Mikado", la que será posteriormente considerada su obra más famosa.

A partir de este momento, la película se centra en la dramatización que Mike Leigh hace sobre el proceso de realización de "The Mikado". Asistimos así a largas escenas de ensayos con actores arrogantes, fuera de lugar, recitando frases mientras les arreglan los trajes y deteniéndose cada dos líneas para discutir la pronunciación o el énfasis y nos topamos con números musicales interpretados con ropa de calle. Sin embargo esta no es una película que va simplemente de la actividad del teatro entre bastidores, sino que también aborda los libros de contabilidad, las prácticas de contratación, el diseño de vestuario, los problemas de personal, las decisiones de reparto, la vida sexual y el interminable trabajo detallado de los ensayos.

No todo es serio en el film, Leigh recrea la era victoriana tardía con un humor que rara vez se ve, salpicando la película con las modas y fantasías de la época. Toda la gente elegante introduce en sus conversaciones algunas nociones de francés, por ejemplo, con tal aparente aleatoriedad que resulta casi ridículo. Más divertida aún es la combinación de sospecha y deleite con la que los victorianos abordan toda la nueva tecnología a su disposición: Sullivan está desconcertado por una "pluma de depósito", que lleva su propia tinta, y las consultas a gritos que Gilbert y D'Oyly tienen sobre un primer intento de hablar por teléfono es casi tan divertido como el código que utilizan para hablar de los ingresos de taquilla, para evitar que los operadores entrometidos compartan esta información privilegiada con las salas de la competencia.

Como decíamos al principio, el director Mike Leigh se ha especializado en dramas sociales sobre la Gran Bretaña moderna, a menudo sobre tipos inarticulados, alienados, tímidos y hostiles y, por tanto, podría parecer el último de los directores británicos modernos en sentirse atraído por el mundo de las operetas. Sin embargo, Leigh ha trabajado tanto en teatro como en cine, y sus películas dependen más que la mayoría de las disciplinas teatrales de la improvisación y el ensayo. En Londres, sus producciones a menudo se han realizado en pequeños teatros, donde incluso detalles como la impresión de las entradas y la contratación de los tramoyistas pueden no haber escapado a su atención. Es un hombre de teatro en cada átomo de su ser, y por eso existe una conexión directa entre su obra y la de Gilbert y Sullivan.

Todo el elenco está muy bien, con la dificultad añadida de que todos los actores cantan y tocan ellos mismos. Timothy Spall, especialmente, demuestra tener una vibrante voz de barítono en su interpretación del Mikado, que es una de las partes más destacadas de la película.

Toda la parte artística está muy cuidada ganando dos premios Oscar, por Mejor Diseño de Vestuario (Lindy Hemming) y Mejor Maquillaje (Christine Blundell, Trefor Proud), con Leigh nominado a Mejor Guión Original y la directora de arte Eve Stewart y el decorador de escenario John Bush por Mejor Dirección de Arte-Decoración de Escenografía.
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2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
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