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De profundis (2006)

De profundis
75 min.
6,0
883
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Sinopsis
Había una vez una casa en el medio del mar, donde una mujer esperaba tocando un violonchelo melancólico... Aguardaba a su amado, un pintor que siempre quiso ser marinero para navegar entre las medusas, las estrellas de mar y los peces de mil colores que soñaba en sus cuadros. (FILMAFFINITY)
Género
Animación Drama Romance Aventuras marinas Cine experimental Animación para adultos Pintura Cine mudo
Dirección
Reparto
Animación
Año / País:
/ España España
Título original:
De profundis
Duración
75 min.
Guion
Música
Fotografía
Animación
Compañías
Coproducción España-Portugal;
Premios
2006: Premios Goya: Nominada a Mejor película de animación
"Ahora que el cine de imagen real se infantiliza y parece de dibujos, está bien que alguien se atreva a hacer animación para adultos. (...) Otra virtud es que se atreve a prescindir de la palabra (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
7
El retorno a la inocencia (1ª parte)
A finales del siglo XIX cambió la pintura.

La aparición de la fotografía produjo un giro en la concepción, por parte de los pintores, del objetivo y la esencia del arte pictórico. El cuadro no podía competir con la foto en la imitación de lo real. Los pintores potenciaron las cualidades intrínsecas del cuadro (la plasticidad de las pinturas, la bidimensionalidad, el lienzo como objeto palpable), y comenzaron a perspectivizar la realidad, a crear una propia. Apareció el impresionismo, y, más tarde, el cubismo.

A principios del siglo XXI, la historia se repite.

“Los Increíbles” está a un paso de la realidad grabada (luces, sombras, humanidad de los personajes). Es así como Pixar se da cuenta de que ha estado “evolucionando” su animación en una dirección incorrecta: el de la cada vez mayor correspondencia con la fotografía. Tropecientos ordenatas para reproducir chiquicientas piedrecitas en el fondo de una pecera: lo que se podría haber hecho, sencillamente, tomando una imagen de tal pecera.

El atractivo de la animación pasa por la aceptación y la potenciación de los mecanismos propios de esa técnica, en oposición a la imagen grabada. Si no, es absurdo utilizarla.

La imitación produce siempre la sensación de ser “falsa”, una mala copia: contra las contradicciones brutales de los Increíbles, el “correcaminos” se presenta como algo “auténtico”, puesto que el espectador acepta inconscientemente las reglas de la representación y entra en su mundo.


He aquí un ejemplo de animación pictórica en su sentido literal. Cuanto mayores son las limitaciones, más numerosas son sus virtudes. Una película artesanal para saborear, donde el ordenador es una herramienta y no un objetivo. Donde al espectador le parece estar asistiendo, por primera vez, a la proyección de una “moving picture”.

Aunque considero que Prado, dibujante de alma arquitectónica, debió delegar la dirección, recomiendo su visionado. Imágenes figurativas para un ambiente irreal.
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102 de 117 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
un cuadro con sonidos (superintelectual osea)
Quiero aclarar, que ante todo paso de los gafapastismos y los culturetas. Lo digo por el 9 que le he metido, y por la aclaración de sabiondo que voy a hacer:

Esto no es una peli, es un concierto.
Es una orquesta dirigida por Nani García tocando durante 75 minutos mientras observas la historia a través del impecable dibujo de Miguelanxo Prado. Y eso no es malo.

De hecho opinar que el producto es malo es absurdo. Todo lo contrario, rebosa originalidad, dedicación y calidad.

El problema está en que algunos productos se deben consumir sabiendo lo que son, y no a ciegas, dado que correríais el riesgo de llevaros una decepción. Y en este caso De Profundis puede producirla, porque como ya he dicho, aunque se pueda ver por la tele, no se disfruta como una película ¡simplemente porque no lo es!

Es como si quisieras sentir las obras de Roy Lichtestein de la misma forma que te lees un cómic.
Si quiero ver una comedia romántica no me meto a ver una peli gore…
Si quiero ver los Diez Mandamientos, no me meto en un cine X a ver una porno. Este es el problema de sus espectadores: no saber a lo que van.

Es simple: no es ni una peli de Disney, ni un anime, ni siquiera un pseudoejercicio de adaptación comiquera. No es Aladin, La sirenita, Ponyo, ni Persepolis.
Es música, es un concierto, y si te animas, te acomodas en el sillón, con los oídos abiertos, para disfrutar de la música y las imágenes… lo harás, créeme.

Se la recomiendo a los que quieran escuchar una buena melodía, acompañada de unas imágenes de espléndida factura. Así de simple. Así de bueno.
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18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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