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Pérdida de la sensación (1935)

Pérdida de la sensación
85 min.
6,4
53
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Sinopsis
Un joven ingeniero inventa a unos inagotables robots gigantes para reemplazar a la frágil humanidad en los trabajos de alto volumen en inacabables líneas de montaje, y pronto descubre que su invención llama poderosamente la atención de la industria militar. (FILMAFFINITY)
Género
Fantástico Ciencia ficción Robots Trabajo/empleo
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Unión Soviética (URSS) Unión Soviética (URSS)
Título original:
Gibel sensatsii
Duración
85 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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9
La acechanza de los robots.
Uno de varios hermanos, con el esfuerzo común, se titula de ingeniero. Lo que podría entenderse como su tesis de grado es la creación de un robot para aliviar el trabajo en la fábrica donde está su hermano. Pero el invento termina creando problemas puesto que desplaza obreros, divide al sindicato y el primer comprador masivo del invento es el ministerio de guerra, para enfrentar a los huelguistas.

Interesante obra de ciencia ficción, cuyo inesperado desenlace se puede ver como toda una guía de acción de la clase obrera hoy, en particular cuando se empieza a volver problema insoslayable el creciente número de obreros desplazados por las máquinas pero sin posibilidades de que las nuevas empresas, que fabrican robots, sean capaces de absorberlos a todos.

Buen ejemplo del cine de los años 1930 en cuanto a innovadoras técnicas de manejo del Séptimo Arte.
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6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
10
Imaginando la realidad: la ficción como narración sensible de las maquinaciones inefables de lo real.
Magistral obra del cine soviético de ciencia ficción!. La lucha de clases mostrada con excepcional ingenio cinematográfico ; el dificil acto de descifrar la complejidad de las relaciones de producción, con todo el aparato de dominación que sostiene la desigualdad y la injusticia laboral y social, no se desentienden de una articulación narrativa clara que no pierde el deleite artístico como uno de los objetivos centrales del film. La travesía del metraje tampoco pierde de vista formas de control psíquico y moldes culturales programados para cercenar la conciencia de clase; así, se ofrece a la vista del espectador formas presentes en el capitalismo para garantizar la "neutralización" de la clase obrera seduciendo a los sujetos en lucha con dádivas de poder, reconocimiento y "ascenso social" o con las cumbres del éxito científico-técnico e intelectual. El arribismo, la lumperburguesía, la traición incluso a los seres amados del protagonista, tal como sus borracheras de poder, y remordimientos y pugnas morales interiores terminan por derruír su singularidad, la que termina aplastada no tando por su invención genial, sino por las cadenas de alienación que produce su venta a los poderosos. Con no menos acierto, esta "ficción" revela verdades del gran capital que de observarse en la actualidad contribuirían a un mejor entendimiento de las dinámicas de las crisis sucesivas del capitalismo: "la industria militar nunca ha entrado en crisis". La industria de la guerra y de la muerte es el sostén que asegura la dominancia eficaz del modo de producción. La supresión de la clase obrera, el racismo, el aprovechamiento político de las migraciones, la ciencia al servicio de la destrucción , la "maquinización de los afectos" , la coptación de ánimos rebeldes y absorción y explotación de la inteligencia, la clase "media" intelectual al servicio de la misma bajo pretextos diseñados para inflar de falacias políticas la burbuja ideológica que atrapa a aquellos denominados "neutrales", como la teoría de la "conciliación de clases" de nuestro protagonista, el acomodamiento subjetivo al sistema ( y aquí vemos la magnitud inhumana de semejante significante, el cual no sólo es un cliché de izquierdistas), en suma, todo lo anterior, articulado con tanto tacto como audacia en la película de los RUR, de la robótica del capitalismo, delimita las formas descarnadas del fascismo mismo. Sin prescindir de un montaje excelso, pese a la escasez de medios técnicos, el director Aleksandr Andriyevsky , con la agudeza de su lúcido y a la vez excéntrico estilo artístico, logra posicionar su carácter visionario como un acontecimiento histórico de especial vigencia en tiempos neoliberales "postmodernizados". A la realidad hay que imaginarla para poder actuar sobre ella, y el acto imaginativo materializado en esta obra de arte, que obra a su vez como documento político exento de las obligaciones institucionales de propaganda, es revolucionario per sé. Muchos detalles se escapan a la vista de quien esto escribe, en parte porque es una película que invita seriamente a pensar, a volver a la dialéctica, de tal forma que en cada corte de esta cinta con ritmo frenético algunas veces, con atinadas pausas para la reflexión en otras secuencias, obra quizás como un intermezzo para el acto "sentipensante". Volveré a verla quién sabe cuántas veces, porque alienta a seguir comprendiendo la automatización de la sociedad y cultura que ha venido cayendo en fosas de masas humanoides. Por último, y como llano divertimento, comento que no puedo dejar atrás un monto de asombro por alguna casualidad lingüística: el director lleva como apellido una raíz que define al hombre: Andri-yevsky; la coincidencia se presenta en la contradicción de su obra: una maestra película sobre la robotización del sistema: buena oposición, el hombre contra la maquinaria del gran capital, contra la gran máquina de aplastamiento obrero, social y cultural que es el fascismo. Perdida de Sensación: cinta de ciencia-ficción-realidad revolucionaria en forma, trama y sustancia!
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4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
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