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Segunda piel (1999)

Segunda piel
106 min.
5,4
2.894
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Disponible en:
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Trailer (ESPAÑOL)
Sinopsis
Elena no sabe si la crisis de su matrimonio será definitiva. Alberto, su marido, un prestigioso ingeniero aeronáutico, tiene una nueva relación. Lo que le ocurre a Alberto, en realidad, es que está confuso y desorientado. Quiere a su mujer y a su hijo, pero intuye que la pasión que le inspira Diego es algo más que deseo. Diego, un hombre sin dobleces ni prejuicios, arriesga en esta relación su estabilidad emocional y profesional. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Romance Homosexualidad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Segunda piel
Duración
106 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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Premios
1999: Premios Goya: Nominada a mejor actor (Jordi Mollà)
6
Dentro del armario
Sin lugar a dudas, la dictadura que sufrimos durante cuarenta años afectó a todos los sectores de la sociedad, y el cine no fue una excepción. El cine no fue excepción. Temas como la homosexualidad, exceptuando las películas de Almodovar han tenido un tratamiento limitido, y cuando se ha tocado el tema ha sido mayoritariamente para hacer humor grueso a su costa.

El director, Gerardo Vera, se atreve con un film en el que nos plantea un triángulo amoroso formado por Alberto (Jordi Mollà) que está casado con Elena (Ariadna Gil), tiene un hijo y una situación laboral bastante acomodada. Sin embargo a escondidas mantiene una relación con Diego (Javier Bardem). Vera, huyendo de polémicas y conflictos sobre la posible moralidad de mostrar una relación homosexual en toda su dimensión (escenas bastante explícitas incluidas), se centra sobretodo en el campo intimista, en el retrato de los personajes implicados.

De hecho el centro de todo es Alberto (estupendo Jordi Mollà), quien está dividido entre el cariño que siente por su mujer y el amor apasionado que siente por Diego (brillantísimo Bardem), al sentimiento de culpabilidad que tiene por engañar a su mujer se le une el desgarro interno, la imposibilidad de ser féliz. Mientras los otros vértices del triángulo también sufren lo suyo. Elena y Diego en el fondo son las dos caras de una misma moneda. Enamorados de la misma persona, pero al mismo tiempo frustrados porque ninguno de los dos consigue su amor total, por lo que son dos personajes que también sufren por la imposibilidad de llegar a Alberto.

El director construye un film, denso, en el que la sobría puesta en escena retrata a la perfección el desamor y la frustración que sienten los personajes, bien sustentado grácias a las más que correctas interpretaciones del trío protagonista (sobretodo de Bardem), y a la presencia de dos muy buenas secundarias como Cecilia Roth y Mercedes Sampietro). No es un film totalmente redondo, le falta quizás un poco de profundidad en general, pero sí se trata de una película atrevida por la temática y por el contenido, tocando un tema desde una perspectiva seria, e incluso trágica.
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21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
El afecto no afecta... Ni se impone.
No dejamos de vivir, en cierta medida, una vida marcada por muchos aspectos ajenos a nuestra voluntad. La anarquía, ni en los recodos más personales de nuestro yo, es posible.
Precisamos normas, leyes, pautas...
Formamos parte de la sociedad y debemos vivir respecto a ciertos cánones para CON ella (que no DE ella).
También, somos parte de nuestras familias y ellas, padres, abuelos, nos marcan parte de los caminos que seguiremos, hasta llegar a la vida adulta.
Ahora bien, vivir la vida de otros o la que otros quieren que vivamos no cabe porque, al final, nos pasa factura el no ser.
¿Me explico?.
Quien haya visto la película, supongo, me entenderá.

El protagonista está viviendo una vida que, realmente, no es suya.
Estudios, carrera, formas, matrimonio...
Todo lo ha ido haciendo porque otros lo quisieron y así debía ser.
¿Y él? ¿Dónde está esa esencia suya?
Definitivamente se ha perdido, hasta que conoce a alguien que le abre las puertas de su verdadero yo, y entonces... Todo estalla.

Todo se derrumba y Alberto no es capaz de volver a levantarlo.
¡Qué encrucijada tan dura!
Si levanta de nuevo lo derrumbado en función de "su yo", unos a quienes quiere desde casi siempre, sufrirán. Todos le condenarán, sin juicio, y los dedos le señalarán siempre, las miradas, insultos, reproches serán sus compañeros.
Por el contrario, si lo hace en función de lo que había antes, sufrirá él por seguir viviendo la vida que no es suya y, también lo hará quien le ha abierto las puertas de su camino.

Es sublime la película.
Todo en ella, las formas, los modos, el fondo, dejan un poso de reflexión necesaria (ejem... qué pena que aún hayamos de hacer ciertas reflexiones).
Los cuatro protagonistas llenan sus personajes de vida, transmiten a la perfección los aspectos que marcan cada vida, sentimientos, dolores, alegrías...
Los entornos, la música, las luces y sombras. La noche y el día están en su punto justo, sin estridencias ni excesos. Sin morbo innecesario, sin herir. Con respeto y sentir.

Quizá, algún día, conseguiremos que no haya más historias como la de la película. Ojalá porque... EL AFECTO NO AFECTA. Otras cosas, sí. A todos.
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9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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