Hija de su padre (2018)

Marketing llevado al paroxismo. Inaguantable. Más falsa que una moneda de sucedáneo de chocolate. No la salvan ni siquiera dos buenos actores. Pero, tiene su gracia, creo que genera el efecto contrario al que busca: al menos en mí se ha acrecentado la aversión que tenía al turismo de cruceros.

Una floja propuesta basada en un reencuentro padre e hija que, tras el frustrado casamiento de esta última, aprovechan su luna de miel para reforzar el nulo vínculo. Bastante lineal, sin giros argumentales, pocos momentos cómicos e ineficazmente emotiva resultando inverosímil las causas del abandono primario. Bastante regularona.