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La banda de los ocho (1968)

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Más que digna función familiar, y excelente fresco costumbrista de "La millor terreta del món" de los 60.
"Si en televisión triunfaba la serie "Rin Tin Tin", un perro vallecano llamado Toni, pero conocido como el "Rin Tin Tin español", consiguió llegar a estrella de cine, trabajando en las películas: Lucero, Destino Barajas y La Banda de los ocho (film que obtuvo el gran premio del Festival de la Juventud de Cannes)". Este párrafo extraído del libro, "Madrid, Villa y Puente Historia de Vallecas" (Luis H. Castellanos y Carlos Colorado, Ediciones La Librería), me puso tras la pista de esta película, pasando a continuación a comentarla.

Un grupo de niños en el Alicante de los 60, amantes de los tebeos, jugando a "churro, media manga, manga entera", y que se hacen llamar "la banda de los ocho" encuentran en la calle a un pastor alemán al que adoptan y bautizan como "Lucero" (lo de "bautizan" no es un eufemismo), le procuran alimento que despistan de casa de sus padres, carnicerías del barrio y demás, y tras ahuyentar corriéndolos a ladridos a "Los Piratas" (una banda rival y sus enemigos irreconciliables) durante una pelea callejera, acaba ganándose a los chavales que pese al rechazo de los diferentes padres a toda costa tratan de quedárselo, y en esas están cuando es capturado por los del Ayuntamiento (escenas cuyo acompañamiento sonoro y desarrollo son de primer orden) y no cuentan con el dinero para pagar la multa y salvarlo.

Dirigida por ese todoterreno ecléctico artesano llamado Tulio Demichelli, y dentro de una emotiva y bien contada historia para toda la familia (primer guión cinematográfico de Pedro Mario Herrero, luego colaborador habitual de Demichelli), estamos ante todo un excelente fresco costumbrista de la vida en un Alicante (obligatoria de ver para todo alicantino que se precie por la gran cantidad de exteriores mostrados) cuyo retrato podría valer muy bien como ejemplo de esa España en blanco y negro (las familias tomado la fresca al caer el sol, mascletas, y fiestas populares, bañistas en las playas y paisaje y paisanaje yendo y viniendo) que dentro de lo gris de los tiempos iban tirando como podían, además de ante una entretenida, emotiva y simpática función poseedora de alguna escena realmente inquietante y perturbadora (descripción detallada de métodos para matar a los perros por parte del encargado – Jose Maria Cafarell, compartiendo escenas con la aquí su malhumorada esposa, Maria Luisa Ponte – a los acongojados niños, y casi diría que a la vez acongojado espectador), que te involucra con lo que estás viendo y te hace tifar por los niños como si fueras uno de ellos, y si tienes, has tenido, o eres aficionado a los perros, es más que probable que se te humedezcan los ojos en las escenas finales.

Rodada un año después de la también con perro y niños, "Perro golfo 1961" (justita como película e interesante por suponer uno de los últimos trabajos del gran José Isbert), protagonizada por un grupo de chavales dando vida de forma veraz (juegos, actitud con los adultos, y hasta esa pistola de juguete al cinto que hacía de su portador el niño más feliz del mundo) al grupo de amigos, niños encabezados por Cesáreo Quezadas 'Pulgarcito' (un chavalín con fama por aquellos tiempos que hasta salió al menos en una de Joselito), no habiendo reconocido a ningún futuro actor entre el resto, y con un buen plantel de buenos actores arropando la película (entre otros, Goyo Lebrero como padre de uno de los niños, Mari Paz Pondal como la casquivana hermana mayor de otro, y Erasmo Pascual como el recaudador de multas de la perrera), cumple con creces como más que digna función familiar, y resulta sobresaliente en como muestra a través de una buena fotografía, "La millor terreta del món" de la época (insisto, alicantinos, de visión obligatoria)…….y además el perro es de Vallecas.
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