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La ganadora (2005)

La ganadora
99 min.
6,3
1.420
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Trailer (INGLÉS)
Sinopsis
Basada en hechos reales. Gracias a su habilidad y amor por las palabras", Evelyn Ryan (Julianne Moore), un ama de casa, consigue mantener a flote a su problemática familia: diez hijos y un marido alcohólico, torpe e irresponsable (Harrelson). En los años 50 y 60, era frecuente que las amas de casa usaran su ingenio para ganar miles de dólares en concursos organizados por las empresas para promocionar sus productos. Pero ninguna de ellas podía competir con Evelyn Ryan, cuyo ingenio y agudeza eran proporcionales a las numerosas necesidades de su familia. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Familia Años 50 Años 60
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
The Prize Winner of Defiance Ohio
Duración
99 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2005: Premios Satellite Awards: Nominada a Mejor actriz principal - Drama.
"Gracias sobre todo al trabajo de Moore, esta Evelyn Ryan no es una versión desideologizada de, pongamos por caso, Doris Day. (...) Puntuación: ★★★ (sobre 5)."
[Diario ABC]
"El final te atrapa con una inesperada avalancha emocional. Pero durante su mayor parte, 'Prize Winner' evita la obviedad sentimental y las emociones predecibles (...) Puntuación: ★★★½ (sobre 4)."
[Chicago Sun-Times]
6
5
Positiva
0
Neutra
1
Negativa
7
LA VERDAD ESTÁ EN CASA
El inicio del marketing masivo es el contexto del que parte Jane Anderson, debutante en el cine, que no en el largo - suyos son los telefilmes Si las paredes hablasen 2 (2000) y Normal (2003) - para condensar una parte de la América existente en la era de la sociedad de consumo. Una época llena de loterías, patrocinios, catálogos populares e investigaciones de mercado en la que te decían, con el televisor como objeto catalizador y demiúrgico, lo que debías comprar, lo que necesitabas.

Inspirada en hechos reales (The prize winner of Defiance, Ohio: How my mother raised 10 kids on 25 words or less), con lo que eso conlleva de fantasía en Hollywood, Anderson naufraga durante media hora en busca del estilo respetuoso e incisivo que le permita reflexionar acerca del machismo imperante en los 50, cuando las mujeres todavía no eran aceptadas en los lugares de trabajo y las amas de casa se convertían en maestras de la palabra. Tras su realización televisiva (secundarios de brocha gorda - una Laura Dern desaprovechada -, puesta en escena repetitiva, ausencia alarmante de lo musical…), acaba convirtiendo sus carencias en la base de una atmósfera malsana con la que convertir a su protagonista en heroína, trasunto de lo que resultaría mezclar a la escritora Dorothy Parker y a la actriz Doris Day. Seguramente, una mujer como Evelyn Ryan habría dirigido hoy una agencia de publicidad, escrito su propia columna o diseñado su propia línea de ropa, pero en aquellos años representaba la connivencia recatada con la que una parte de la población femenina seguía parapetando los parámetros de desigualdad de género, el conservadurismo más abyecto. Puro melodrama clasista (Kinsey, La sonrisa de Mona Lisa, Lejos del cielo…), germen del posterior progresismo norteamericano. Anderson consigue el distanciamiento necesario para que el espectador analice lo ganado, y despierta en el hombre “evolucionado” un instinto feminista de supervivencia, de indignación ante los roles aceptados con resignada abnegación.

Aquí es donde entra en juego Julianne Moore, que en un momento esplendoroso de madurez, consigue emocionarnos convirtiéndose en una mujer de felicidad independiente, que puede parecernos tonta, pero que detrás de esa aparente ingenuidad, es un ejemplo de superación, talento, optimismo y amor por la vida. Con lo que ganaba en los concursos, logró sacar adelante a diez hijos y un marido (magnífico Woody Harrelson, consigue humanizar al malhechor) negado por su cretinismo y superado ante tamaña y desbordante vitalidad. Una mujer que dejaba a un lado con gracia la adversidad y la mezquindad, y cuya bajo cursilería, se escondía una integridad moral a prueba de hecatombes, representante de cualidades que deberían ser globales (en todos), la sublimación virginal de la mujer empeñada en abarcar y organizar el mundo desde el hogar, que le permitiera ser recordada con el filtro de una realidad soñada a través de la nostalgia biográfica de sus hijos, eternamente agradecidos.
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13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
DE LAS VICISITUDES DE UN AMA DE CASA FAJADA EN SACAR ADELANTE A SU FAMILIA NUMEROSA
¡Oh tiempos aquellos, en que los premios anunciados por las firmas de productos vendidos en los supermercados y propagados por radio y televisión, eran ciertos!, en tales circunstancias había amas de casa que probaban suerte en unos y otros a ver si algún regalo obtenían. Es el caso que cuenta este film, en base a una novela donde la autora escribe la historia de su madre y familia numerosa, fieles consumidores de este tipo de esperanza de medio pelaje, pero que en el caso concreto que nos ocupa, fue fundamental para sostener poco a poco esa casa y a sus integrantes.

Film interesante, en tanto y cuanto presenta de manera muy real y aguda a una ama de casa de las típicas que si faltan un día tan solo de su hogar, éste se hunde, pues el marido sólo funciona a la sombra de las faldas de su señora y los hijos más que un padre tienen a una madre que hace de "ma y pa".

De todos los concursos comerciales que esta señora gana el más atractivo es el que consiste en llenar un carrito de supermercado durante equis minutos con toda clase de productos existentes en las estanterías (y el genial toque de humor de su esposo, antes de empezar a contar el tiempo, engrasando con aceite las ruedas chirriantes y poco ligeras del pequeño transporte, de forma que este pueda correr lo más ligero posible y haya más posibilidad de cargar). Curiosamente, este tipo de concurso-propagandístico y premiador, exactamente igual, aún se hace en muchas lugares de Iberoamérica, por ejemplo, yo lo he visto hace poco in situ en el "Supermercado Iberia" de Higüey, R.D., y no sólo disfrutan los beneficiarios a los que les ha tocado esa peculiar forma de abastecerse gratuitamente, sino también el público observante que suele troncharse de risa viendo las carreras, el nerviosismo y las cosas que la afortunada ama de casa va eligiendo a toda prisa.

Fej Delvahe
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12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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