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La inglesa y el duque (2001)

La inglesa y el duque
125 min.
6,5
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Trailer (FRANCÉS con subtítulos en ESPAÑOL)
Sinopsis
Reconstrucción de las memorias de Miss Grace Eliott, una inglesa monárquica que vivió durante la Revolución Francesa y que tuvo una relación amorosa con el Duque de Orleans. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Histórico Siglo XVIII Revolución Francesa Política Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
L'Anglaise et le Duc
Duración
125 min.
Guion
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2001: Premios César: 2 nominaciones: mejor vestuario y diseño de producción.
2001: Premios del Cine Europeo: Nominada a mejor director
8
CIUDADANO ROHMER
Eric Rohmer, nacido Jean-Marie Schérer (1920-2010), para el cine Eric por Von Stroheim, y Rohmer por el creador de Fu Manchú, a los ochenta años fue capaz de resolver un problema con la audacia de un joven.

Al contar una historia situada en la Revolución Francesa, en vez de fabricar decorados en estudio (demasiado caro) o buscar exteriores (difícil, por los cambios de París), en las escenas metió digitalmente edificios y avenidas, a partir de excelentes pinturas.
Con el procedimiento, hasta entonces usado para diseñar ciudades futuras en ciencia-ficción, recreó escenarios históricos, en trabajo ostensiblemente artístico, más estilizado que exacto.

La historia es la de la aristócrata inglesa Grace Elliot, a partir de su “Mi vida bajo la Revolución”. Ex amante del Príncipe de Gales, establecida en Francia en los años revolucionarios, durante los cuales tal vez desempeñó misiones secretas, tuvo una rica amistad con el duque de Orleans, de quien también había sido amante.
En tres partes (1790, 1792 y 1793), con subdivisiones marcadas por intertítulos que citan párrafos, asistimos a momentos decisivos, desde la óptica de una extranjera sin embargo relacionada con protagonistas centrales de los acontecimientos. Debate entre monarquía y poder popular. Fragua de una Revolución de los ciudadanos que se reconoce “útil para los hijos, pero terrible para los testigos”. Intrigas, matanzas, calles manchadas de sangre, aristócratas ajusticiados. Barbarie sin control, cabezas pinchadas en picas. Visitas de la Patrulla, tensas inspecciones.
La inglesa facilita la huida de uno de los nobles más buscados por los comités, discute fuerte con el duque, es detenida y vejatoriamente trasladada a un cuartel de borrachos, en los meses de terror e incertidumbre que precedieron al regreso a Inglaterra, donde escribiría sus memorias.

Entre los ciclos mayores, Rohmer hizo algunas películas históricas, a su peculiar manera. Para documentarse, encontraba más valiosos dietarios y memorias que novelas, al estar contados de primera mano, y porque integran en un mismo nivel grandes sucesos y pequeños hechos.
Además, vio que las memorias de Grace Elliot parecían escritas para “rodar directamente del libro”, sin guión ni montador, de trama fluida, estructurada con lógica. Al mismo tiempo que presenta con claridad los hechos narrados, Grace Elliott, nada simpatizante con la Revolución, mantiene su verdadero papel en el misterio: no deja saber si es o no agente secreta. Y lo mismo el duque que la inglesa: la motivación de sus actuaciones en la Asamblea, así como el signo de su participación en las conspiraciones, quedan en penumbra.

Cinta muy conversada, como todas las de Rohmer, delicada, llena de reflexión y sutileza, con actores bien dirigidos y puesta en escena muy precisa, su redondo logro es uno de los incontables que hay en sus numerosas películas, un conjunto cuya riqueza única el tiempo ira poniendo de manifiesto.

¡Buen viaje, ciudadano Rohmer!
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30 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Rohmer rehizo el género de la película histórica
Por su forma poco común, “la inglesa y el duque” puede decepcionar a más de un aficionado a las películas históricas. Sólo basta leer que la cinta trata sobre la revolución francesa, para que uno se imagine el desorden, la guillotina, y todas las conspiraciones y tretas, que ya son tópicos en las películas del este género.

En cambio uno se encuentra con una película con un ritmo lento. El director favorece el diálogo sobre la acción y practica una economía del espacio que parece en contradicción con los cánones del género. Además para mostrar el París de la revolución Rohmer utiliza una serie de pinturas donde incrusta a los personajes, procedimiento original que lo aparta de la mayoría de las películas del género.

Pero el objetivo de Rohmer no es de hacer otra película convencional sobre la revolución francesa -cintas poco conocidas en el extranjero, aparte quizás de “Danton” de Depardieu. En vez de captar la acción de la revolución, Rohmer quiso captar la espera, y que mejor que describir la expectativa de esta noble inglesa, que viviendo bajo la revolución, sufre indirectamente de todo lo que sucede en la capital francesa.

La atmósfera llena de angustia e impotencia está muy bien llevada por los dos personajes principales, y su relación está milimétricamente trabajada por Rohmer, lo que hace que la cinta sea más un drama casi teatral que en una película histórica.

Pero si igual que en muchas películas de Rohmer la profundidad y evolución de los personajes es lo que más sobresale, no se puede menospreciar el carácter histórico, ya que además de estar fundada en las memorias de Grace Elliott, la cinta sacrifica a veces parte de su ritmo por su coherencia histórica.

Película aconsejada a cualquier cinéfilo curioso, pero también a todo apasionado de la historia que quiera conocer una forma más íntima y precisa de hacer películas históricas. Y es que por algo más de hora y media pude sentir la violencia, el miedo y también la fuerza y fascinación de la revolución francesa sin estar sumergido en un baño de sangre.
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17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
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