La monja (2005)

Otra más para el esperpento, para el suicidio colectivo en forma de hemoglobina caduca, gritos insípidos, sustos de manual circense y excesivos clichés. Tan excesivos que “La monja” es todo un señor recopilatorio de lo peor del género.

Falta de gracia y de interés, su final cochambroso, tramposo y ridículo remata la faena conduciéndola a las cumbres del esperpento de la Fantastic Truño Factory.
Otra más.

Típica, tópica y patética peli-kleenex de usar y tirar que sólo sirve para que viciosos incurables del cine de terror como un servidor podamos matar el gusanillo de forma infame y miserable. Por lo demás, nada que no hayamos visto tropecientas mil veces en bodrietes yankees al estilo “Sé lo que hicisteis el último verano” y bazofias similares: planteamientos pueriles, recursos trilladísimos, interpretaciones mediocres, espectros irrisorios, pincelada gore y rubita en peligro.

Le concedo tres estrellitas –y no menos- porque a pesar de los pesares la idea argumental de Balagueró no es nefasta del todo. Estoy casi seguro que con un poco más de talento y mala leche esos giros tan y tan predecibles podrían haberse administrado mejor y hasta es posible que hubieran conseguido el efecto deseado.

De todas maneras, lo dicho: peli de usar, tirar y olvidar lo más rápidamente posible.