Trailer (INGLÉS)
- Sinopsis
- Tras un episodio de una violencia tal que pone en riesgo su cordura, una adolescente y una prostituta no tendrán más remedio que huir de de Londres y trasladarse a cualquier lugar del mundo, si quieren conservar la vida. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Thriller Prostitución
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2006 / Reino Unido
- Título original:
- London To Brighton
- Duración
- 86 min.
- Guion
- Música
Premios
Naturaleza de la desesperación
20 de febrero de 2008
Una prostituta pasada de kilos y una adolescente desprevenida huyen del acoso de un proxeneta arrabalero y su gentuza. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo han llegado hasta esta desagradable situación?
Excelente película inglesa sobre la naturaleza de la desesperación. Magnificamente interpretada y eficazmente rodada, transmite ejemplarmente el miedo de dos chicas indefensas ante la brutalidad que les depara el inexorable encuentro con sus perseguidores.
La única pega es que dura muy poco, pero esa es una vieja regla del cine... Si no está justificado, una película no debe superar los 70 minutos de duración. Regla que ahora se ha revertido y no se considera largometraje a nada que dure menos.
Excelente película inglesa sobre la naturaleza de la desesperación. Magnificamente interpretada y eficazmente rodada, transmite ejemplarmente el miedo de dos chicas indefensas ante la brutalidad que les depara el inexorable encuentro con sus perseguidores.
La única pega es que dura muy poco, pero esa es una vieja regla del cine... Si no está justificado, una película no debe superar los 70 minutos de duración. Regla que ahora se ha revertido y no se considera largometraje a nada que dure menos.
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8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La senda facilona
7 de noviembre de 2008
Paul Andrew Williams, el firmante de la descacharrante "The Cottage", debutaba un par de años antes con esta totalmente fallida y hirientemente hueca "London To Brighton".
La cuestión aquí, sin embargo, no es que el film resulte flojo porque su verosimilitud se ponga en duda a lo largo de un recorrido tan poco compacto, que termina por provocar desidia, sino más bien que el trato de un tema tan curioso y, sobretodo, tan serio como podría llegar a ser el que trata, termina resultando banalizado gracias a la excusa del realizador por querernos sumergir en otro burdo thriller en lugar de intentar dramatizar o otorgar la crudeza y el hastío que deberían sentir esas personas al hallarse en esa situación. En definitiva, por intuir el camino fácil, y seguirlo sin poner ni una sola pega cuando, sin rodeos, la historia requería, ya no sólo otro rumbo, sino también una perspectiva sumamente distinta.
Porque no nos confundamos, que su rumbo se tuerza a un cuarto del final y podamos creer más o menos en esa historia, no influye si anteriormente sólo se nos había salpicado con inofensivos retazos sobre las aptitudes de los protagonistas y con unas relaciones tan endebles que no producirían empatía ni ejerciendo una manipulación extrema contra el espectador.
El hecho de que Williams inicie con ese recurso tan de moda como es fragmentar el montaje, y darle un orden distinto, no varía más que la perspectiva de su introducción: Logra que, en efecto, nos interesemos por el tema durante, exactamente, diez minutos. Que son los que debe durar, a lo sumo, ese banal y manido recurso.
A partir de ahí, lo único que se intuye son las reservas agotadas de una propuesta que, quiere funcionar en base a tópicos golpes de humor y (más tópicos todavía) golpes de sensiblería, pero sólo consigue arrancarnos, por el camino, la conclusión de que nuevamente perdemos el tiempo ante un tipo de producto que, firmado al otro lado del charco, y producido por gente como Roland Emmerich, no desentonaría. Sin embargo, ya parece más grave toparnos con cosas así en UK... ¿Será que los tiempos cambian? ¿O que Emmerich ha abierto otra sucursal en el Reino Unido?
La cuestión aquí, sin embargo, no es que el film resulte flojo porque su verosimilitud se ponga en duda a lo largo de un recorrido tan poco compacto, que termina por provocar desidia, sino más bien que el trato de un tema tan curioso y, sobretodo, tan serio como podría llegar a ser el que trata, termina resultando banalizado gracias a la excusa del realizador por querernos sumergir en otro burdo thriller en lugar de intentar dramatizar o otorgar la crudeza y el hastío que deberían sentir esas personas al hallarse en esa situación. En definitiva, por intuir el camino fácil, y seguirlo sin poner ni una sola pega cuando, sin rodeos, la historia requería, ya no sólo otro rumbo, sino también una perspectiva sumamente distinta.
Porque no nos confundamos, que su rumbo se tuerza a un cuarto del final y podamos creer más o menos en esa historia, no influye si anteriormente sólo se nos había salpicado con inofensivos retazos sobre las aptitudes de los protagonistas y con unas relaciones tan endebles que no producirían empatía ni ejerciendo una manipulación extrema contra el espectador.
El hecho de que Williams inicie con ese recurso tan de moda como es fragmentar el montaje, y darle un orden distinto, no varía más que la perspectiva de su introducción: Logra que, en efecto, nos interesemos por el tema durante, exactamente, diez minutos. Que son los que debe durar, a lo sumo, ese banal y manido recurso.
A partir de ahí, lo único que se intuye son las reservas agotadas de una propuesta que, quiere funcionar en base a tópicos golpes de humor y (más tópicos todavía) golpes de sensiblería, pero sólo consigue arrancarnos, por el camino, la conclusión de que nuevamente perdemos el tiempo ante un tipo de producto que, firmado al otro lado del charco, y producido por gente como Roland Emmerich, no desentonaría. Sin embargo, ya parece más grave toparnos con cosas así en UK... ¿Será que los tiempos cambian? ¿O que Emmerich ha abierto otra sucursal en el Reino Unido?
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11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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