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El otro guardaespaldas 2 (2021)

El otro guardaespaldas 2
100 min.
5,0
2.569
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Sinopsis
Secuela de 'El otro guardaespaldas' (2017). El guardaespaldas Michael Bryce (Ryan Reynolds) y el asesino a sueldo Darius Kincaid (Samuel L. Jackson) vuelven a la carga en una nueva misión para garantizar la paz y estabilidad en Europa. Bryce, aún bajo investigación y sin licencia, se encuentra disfrutando de su año sabático, cuando Sonia Kincaid (Salma Hayek), la impulsiva y peligrosa esposa de Darius, reaparece para que la ayude a liberar a su marido y luchar contra un complot mundial en el que están implicados un malvado griego (Antonio Banderas) y un célebre exagente (Morgan Freeman).
Género
Acción Comedia Secuela Buddy Film
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Estados Unidos Estados Unidos
Título original:
Hitman's Wife's Bodyguard
Duración
100 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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6
OTRA GAMBERRADA MÁS
Cuando vas a ver esta clase de películas sabes lo que te vas a encontrar, situaciones chorras y escenas de acción sin ton ni son (pero para pasar el rato esta bien).
La señora Hayek es la pu** ama en el film, me ha encantado y me he reído mucho con ella.
El señor Banderas como malo malote es de traca y no sabes si reír o llorar con él.
La policía como siempre no se entera de nada y pasaba por ahí.
Me lo he pasado pipa.
Le casco un interesante(6).
Besitos y saludos.
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15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Un reparto de lujo en una secuela todavía más divertida y loca
El otro guardaespaldas (The Hitman’s Bodyguard) fue una comedia de acción que no engañaba a nadie, ofreciendo un entretenido espectáculo en el que destacaba su sensacional reparto, en especial los siempre geniales Samuel L. Jackson (mi actor favorito) y Ryan Reynolds (que siempre está dispuesto a pasárselo bien). Fuera de eso, poco más se podía rascar, pero la cinta fue un relativo éxito, y aquí estamos unos años después, con una secuela que seguramente nadie había pedido, pero que al menos recupera a las estrellas de la original y aumenta la apuesta con la incorporación de intérpretes de renombre como Antonio Banderas o Morgan Freeman.

La crítica no quedó muy satisfecha con la primera entrega, pero esta vez han vapuleado sin piedad alguna a la segunda parte, considerándola mucho peor y un absoluto desastre. Yo no esperaba gran cosa, conformándome con pasar un rato entretenido (tampoco pido mucho, y no siempre recibo lo que espero), siendo curiosas las nefastas reseñas, ya que estamos ante una propuesta mucho más hilarante, gamberra, desternillante y, por lo tanto, mejor. Cosas que pasan. El caso es que estamos ante una secuela consciente de su género (comedia de acción, para los despistados), y que se toma todavía menos en serio a sí misma, si es que eso es posible. El resultado es un disfrute que sólo apreciarán los que hayan venido a la fiesta a pasárselo bien. El resto no se ha perdido nada, aunque sabían dónde se metían si venían de la primera parte…

Patrick Hughes (Los Mercenarios 3/The Expendables 3) repite tras las cámaras, ofreciendo más tiroteos, explosiones y combates cuerpo a cuerpo la mar de convincentes, aunque nunca alcanzando la brillantez de otras producciones del mismo género. El director cumple bien su cometido, por lo que poco se le puede reprochar. Y es que la garra del conjunto está en el desquiciado guion, con una serie de gags tan hilarantes como divertidísimos (aunque es cierto que manos de otro director menos inspirado quizás no habrían tenido el mismo efecto), hasta el punto de que me han provocado la risa en no pocos momentos, algo que no me sucedía en un cine desde hacía mucho tiempo (demasiado…). Es una delicia que tiren la casa por la ventana y ofrezcan situaciones tan locas e imposibles, en una especie de cartoon movie donde todo es posible y en la que el personaje de Ryan Reynolds (que hace suyo el personaje) es el punching-ball de la función, siendo lo más parecido al sufrido Coyote, mientras el sicario interpretado por Jackson saborea cada momento. Impagable.

Obviamente, la magia no haría acto de presencia sin la estimable participación de Jackson y Reynolds, los cuales vuelven a formar una pareja imposible e indescriptible. Dos grandes actores que han venido aquí a que los espectadores se lo pasen en grande mientras ellos también lo hacen en el proceso, con un Jackson volviendo a derrochar carisma por cada uno de sus poros (podría leer las necrológicas sentado en la taza del váter que seguiría siendo interesante) y un Reynolds que se lo pasa pipa en su rol de pringado al que usan sin rubor alguno. Menudo dúo, aunque no se queda atrás una tronchante Salma Hayek, la cual gana protagonismo (de hecho tiene el mismo que sus dos compañeros de reparto), siendo un acierto darle más minutos a un personaje que ya apuntaba maneras en la anterior entrega. La actriz sabe perfectamente en qué producto está, y no desentona en absoluto con los otros dos protagonistas, formando un trío todavía más rocambolesco. Sin ellos, la película no sería lo mismo.

Nuestro querido y español Antonio Banderas hace de griego (de momento nadie se ha quejado, y más teniendo en cuenta su maquiavélico plan…para mear y no echar gota), siendo un villano que derrocha elegancia pero que no llega a dar con la tecla adecuada, debido a las limitaciones del personaje, no del actor. Y es que era la oportunidad perfecta para que el malagueño se desmelenase como en otras producciones del género (Asesinos o Expendables 3), sumándose al descontrol del trío protagonista. Quizás los guionistas hayan optado por hacer un villano más comedido para que no se les vaya la función de las manos, pero estoy seguro de que Banderas podría haber ofrecido un rival más fascinante, si no es por las limitaciones de su rol. Otra vez será. Respecto a lo de Morgan Freeman, un despropósito que se le haya usado para un personaje tan endeble e irrisorio (el actor merece más, sobre todo teniendo en cuenta su edad), aunque más sangrante es lo del siempre genial Richard E. Grant, en un personaje que aparece diez segundos de reloj (no es broma), a pesar de estar acreditado. Huele a escena eliminada a kilómetros, pero lo dejo como curiosidad.

Llegados a este punto, tampoco estoy diciendo que estemos ante una gran comedia de acción, pero oye, cumple su cometido y sus actores se lo pasan en grande (al menos la mayoría), siendo una producción que hoy en día es machacada, pero que en los 80 o los 90 habría sido aplaudida a rabiar. También es cierto que esto no sería lo mismo sin ese reparto cinco estrellas (el trío protagonista merece cada dólar ganado), pero al menos sus responsables han querido divertir todavía más al público, siendo una secuela que ofrece las mismas dosis de acción pero más risas, lo que siempre es digno de aplauso. Una secuela que supera a la original (aunque las críticas digan lo contrario), descerebrada y sin tapujos, que gustará a los que quieran pasárselo bien sin ruborizarse. Y a los que no, como dice uno de los protagonistas, “me suda la p****”. Bienvenidos a la fiesta.

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13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
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