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El asesinato de Carrero Blanco (Miniserie de TV) (2011)

El asesinato de Carrero Blanco (Miniserie de TV)
140 min.
6,0
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Capítulo 1 (ESPAÑOL)
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Sinopsis
Miniserie de TV (2011). 2 episodios. El miembro de ETA Argala (Unax Ugalde) se instala en Madrid con el objetivo de atentar contra el régimen de Francisco Franco. En un principio se encuentra solo porque desde el núcleo duro de ETA no quieren apoyar sus acciones porque le consideran un iluso... Al final consigue los apoyos necesarios para que le ayuden 3 miembros más del talde. El objetivo era matar a Luis Carrero Blanco (José Ángel Egido), el cual, pese a ser recién nombrado Presidente del Gobierno no parecía tener mucha seguridad personal. Todos los días salía en coche desde la calle Hermanos Bécquer, donde residía, para ir a la Iglesia de San Francisco de Borja.2 Argala pretende dispararle por la espalda en la Iglesia, pero más tarde cree que es muy arriesgado porque no tendría escapatoria.3 Al final deciden trazar un plan letal. Alquilan un local a pie de la calle Claudio Coello a la altura del número 104. Desde allí excavan un agujero hacia la calle para meter los explosivos. Fue tal el potencial de explosivos que metieron, que el coche se elevó por encima del edificio contiguo. (FILMAFFINITY)
Género
Serie de TV Drama Miniserie de TV Histórico Años 70 Política Terrorismo ETA
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
El asesinato de Carrero Blanco
Duración
140 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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8
Para apasionados de los detalles históricos
Habría que puntualizar algunos detalles históricos para valorar esta miniserie en su justo punto.

¿Personajes perdidos? Al contrario. Más bien es un auténtico placer ver a un guionista que se preocupa por rastrear más allá del Franquismo conocido por el gran público (Franco, Fraga y Carrero) y apreciar a los otros protagonistas del Franquismo, como López Rodó, mano derecha de Carrero, y al que hasta ahora sólo el gran Berlanga había sabido tratarlo, como caricatura, en aquel personaje ministeriable de "La escopeta nacional". Lo mismo se puede decir del otro "López" del tardofranquismo: López Bravo, ministro de exteriores salientes y puntual feligrés de la iglesia que visitaba Carrero. Precisamente la serie tiene la delicadeza histórica de recordarnos que el primer y omnipresente López sustituyó al segundo en la cartera de exteriores, cuando se configuró el gabinete en el que Carrero alcanzó la presidencia del gobierno. No podía ser de otra manera, si López Rodó había configurado juridícamente al Régimen y blindado la sucesión, podía permitirse la recompensa de la verdadera política: la internacional. Desde luego, dotes para ello no le faltaban, como ironiza magistralmente el guión en aquella escena en la que López Rodó se dirige a un diplomático en inglés. Y en ese momento nos sonroja recordar que la mayoría de los presidentes y muchos ministros que le sucedieron en época democrática no han dominado el idioma internacional por excelencia.

Porque, al contrario de lo que he leído en las críticas previas, Juan Carlos no fue en ningún momento la segunda opción para su sucesión, sino que siempre fue la primera. Ya se cuidó Carrero de ello, bien asesorado por sus tecnócratas, con López Rodó a la cabeza. Al morir Franco, recordemos el Jefe de Estado, le sucedería Juan Carlos como jefe de Estado, y Carrero continuaría de presidente.

Sin olvidar el entrañable guiño que el director da a la obra modélica en magnicidios cinematográficos: Chacal, de Fred Zinemmann. Porque muchos conocemos de las relaciones de la OAS con la España de Franco en los 60, a la que le interesaba un gobierno argelino que no pelease con Marruecos. Y en este telefilm la referencia a la OAS es de todo menos ridícula. Ni siquiera lo es el acento francés de Javivi. No olvidemos, que también Spielberg en aquella otra película ambientada en la apasionante política de comienzos de los 70, Munich, también tuvo un detalle con el magistral film del austríaco al incluir a uno de los protagonistas de la primera, el inspector francés, en la suya propia.

En fin, puede que alguien prefiera Operación Ogro de Pontecorvo, director también de la tan excelente como ideológica La Batalla de Argel. A éstos no está de más recordarles que también ETA quiso presentarse a sí misma como un movimiento tercermundista, como los combatientes del FLN argelino que Pontecorvo filmó, y que el retrato de Pontecorvo de unos y otros el tiempo se ha encargado de llenar de sangre, desgarros y destrucción.
Afortunadamente los que nos interesa saber cuanta más historia mejor agradecemos películas y guiones como éstos.
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18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
7
Al igual que JFK, algún día conoceremos la verdad.
En mi primera visita a Madrid, hace 14 años, los caprichos del destino hicieron que me bajara en la estación de Metro de Nuñez de Balboa, al acceder a la calle Juan Bravo en dirección hacia Serrano, justo al cruzar la calle anterior levante la vista a mi izquierda viendo una fachada que me llamó la atención, me resultaba familiar, quizá fue mi subconsciente el que me alertó, puede leer entonces en el cartel justo en la esquina “calle Claudio Coello” de repente me di cuenta que era la famosa calle con la misma fachada, que había visto en la película de Gilo Pontecorbo “Operación Ogro” veinte años antes y que trata del asesinato de Carrero, la recuerdo muy vagamente, porque no la he vuelto a ver.

Esta versión dramatizada para televisión, me ha parecido muy interesante porque recrea muy fielmente aquellos años en España, la ambientación historicista es impecable, los diálogos tanto de un bando como de otro. El guión aunque puede haberse tomado alguna licencia extra, creo que refleja fielmente lo que ocurrió dejando unos cuantos cabos sueltos que apuntan a que no sólo fueron los etarras, bastante chapuceros y poco profesionales por otra parte, los que asesinaron a Carrero Blanco. Como muy bien apunta el film, el lugar, tan cercano a la embajada americana en la calle Serrano, con la visita ese mes a España de Kissinger, era muy poco probable que ese atentado no hubiera sido desbaratado por los servicios de seguridad de la embajada americana y la CIA..

Muy al contrario, quizás actuaron como ángeles de la guarda protegiendo a los independentistas para que les hicieran el trabajo sucio de eliminar a un personaje anacrónico que estorbaba enormemente a las expectativas de finiquitar el régimen de Franco, ya que Carrero podía ser la continuación de lo mismo, una vez muerto el dictador. El rey Juan Carlos en la zarzuela pero siempre controlado por el estamento militar, cosa que por supuesto no estaba bien visto en el exterior e incluso en el mismo régimen interior. En otro orden de cosas hay que alabar los buenos efectos especiales que describen el atentado, y la buena caracterización de los actores en los personajes, aunque suelen trabajar en televisión yo no los identifco porque no acostumbro a ver las series en general, tan sólo, las que yo elijo en DVD como esta. Por cierto recomiendo encarecidamente el documental que acompaña el estupendo pack en dos discos, creo que ayuda a situarte y conocer la historia de aquellos convulsos años. No recuerdo ahora quien dijo que “Los Pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”, espero que no suceda.
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13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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