Dos hijos de Francisco (2005)

Francisco quiere cumplir un sueño, que es hacer famosos a sus hijos con la música. Su mujer le acompañará en la consecución de ese sueño desde la realidad. Dos formas de buscar lo mismo y en esa búsqueda conoceremos la realidad de un país, Brasil, con el paso de los tiempos en que los hijos de Francisco van creciendo y la fachada de la casa cambia. ¡Que bién se deja ver! ¡Como se engancha uno a la historia! No hacen falta actores famosos para componer una película casi coral. Como los sueños tiene su parte de ilusión y como la realidad su parte de drama. Bien combinadas esas partes, no te hace llorar, pero de vez en cuando se te anuda la garganta. Y aprovechando que los muchachos van cantando iremos conociendo distintos aspectos de Brasil. Hay que verla.

Una película muy bella, de esas raras perlas que exceden al cine comercial.

La película narra la vida de una familia de campesinos que inicia un duro viaje para cumplir con el sueño de superar su condición social. Francisco, el padre, no quiere que sus hijos sean simplemente obreros. Para él hay un único otro camino: la música.

La conexión de Francisco con la música se da desde el principio del film a través de la radio, la escena inicial en este sentido es estupenda. La trascendencia de ese medio de comunicación en la vida humana desarrolla en este film diversas vetas que complejizan la simple noción de medio.

La música, es el gran eje sobre el cual gira la película. Pero no se trata de una música aislada de su vínculo humano, la música es aquí hija del pueblo, de los de abajo, de los que viven de la calle, y al límite de la carencia absoluta. La música surge de ese drama vital, y se convierte en un caudaloso conductor que reconvierte aquella energía negativa en positiva.

Una pelí que nos hace pensar en nuestras propias vidas, en nuestros sueños, y en lo duro de la realidad humana de este principio de siglo.