Puerto Padre (2013)

Con tonos propios del naturalismo literario, se estrena la película costarricense titulada Puerto Padre (2013), dirigida por Gustavo Fallas. El filme habla de utopías para mostrar una realidad indeseable en sí misma que amarra –a los personajes– al determinismo: no hay manera de encontrar el mejoramiento social soñado. El personaje central es quien unifica dichos conceptos. Él vive en el golfo de Nicoya y viaja en búsqueda del padre ausente y con afán de encontrar trabajo en un barco. Es así como el joven, llamado Daniel, llega a Puntarenas. En un hotelucho conoce a otros sujetos igualmente disminuidos por su condición de marginados sociales. Ella es joven y madre soltera, abusada emocionalmente y obligada a la prostitución para rentabilidad del viejo que la explota. De manera significativa, ella se llama Soledad. El viejo se llama Chico. Con este trío y algunos personajes secundarios (sin que haya subtramas enriquecedoras), se establece el núcleo argumental. Lo malo es que esta historia está narrada con poco ímpetu y con un tratamiento del tema más bien superficial, anecdótico y hasta melodramático. La música y la fotografía ayudan poco. Las actuaciones son deficientes y, en el caso de Gabriel Retes, es tan mala que más bien resulta estorbosa. Jason Pérez es del todo inexpresivo y Adriana Álvarez queda debiendo según su probada capacidad. Lo otro, de cómo esta película ganó el Festival Internacional de Cine recién terminado en San José, de eso mejor ni hablemos.
Vean: http://lahuelladelojo.blogspot.com

Daniel (Jason Pérez) es un joven de 16 años, su madre ha fallecido y su padre nunca ha estado presente en su vida. Abandona la Isla de Chira con destino hacia Puntarenas con dos intenciones, buscar algún trabajo -ojalá en alguna embarcación- con el que pueda subsistir y además escarbar un poco en el pasado de su familia, en la ausente figura de su padre, el título del film confirma esto. Al llegar a la costa busca un viejo hotel donde su madre trabajó tiempo atrás, éste es administrado por Chico (Gabriel Retes) un hombre tosco que le da posada y a su odiosa manera intenta ayudarlo.

Pronto el protagonista se dará cuenta de lo difícil que es la vida en este lugar, en sus primeras experiencias laborales le cuesta entrar en la mecánica de los trabajos, no calza en ellos, es flojo y es "devorado" por sus compañeros y sus jefes, choca contra un muro al darse cuenta de lo complicado que es subsistir de esta forma, se va desmoronando su sueño de embarcarse.

Por otro lado, en lo que respecta a su situación intrafamiliar, Daniel tendrá que adentrarse en un pasado que quienes estuvieron presentes desean olvidar, o mejor dicho desean no contarle, ¿qué es lo que nos ocultan estos personajes del hotel? Avanzado el metraje la información se facilita. Tanto Chico como el viejo de Pato (Álvaro Marenco) son los personajes más interesantes del film, aunque no totalmente explotados puesto que la historia no es narrada desde sus puntos de vista y no hay interés en ahondar en ellos.

El guion escrito por el director fuerza un romance, Soledad (Adriana Álvarez) sabemos desde que aparece que va a tener algo con el protagonista. De nuevo un personaje que no es bien aprovechado, hay un enfoque en querer sacar un lado romántico alejado de su situación personal en dicho hotel, se menciona pero de nuevo no se ahonda.

Puerto padre es una película que como Ópera prima funciona en el sentido de que cuenta una historia plana, sin muchos sobresaltos emocionales (un par), ni giros bruscos en su argumento, hay un deseo de hacer un film sin arriesgar mucho en ese sentido. Toca temas sociales como ha sido costumbre en nuestro cine, la falta de una figura paterna, la lucha de una madre soltera, el desempleo, la pobreza, todo siempre con una perspectiva de querer salir adelante.

No es un film malo ni mucho menos, es claro que pudo ser muchísimo mejor, pero ahí es donde la experiencia tendrá que ir calando en su realizador para presentar obras más sólidas y consecuentes con lo que desea contar en un futuro. Y qué mejor forma de tomar experiencia si no es filmando, me ha gustado mucho la utilización del hotel, un escenario real al que le sacan el mejor provecho y que visualmente se encuentra desgastado y a punto de caer, al igual que el afamado Pato ya mencionado.