Amsterdamned: Misterio en los canales (1988)

- Probar el mejor pastel de manzana holandés en el Latei del 143 de Zeedijk.
- Pasar por delante de la casa de Anna Frank en Prinsengracht.
- Disfrutar de la mejor vista de Amsterdam desde el último piso de la Biblioteca de la estación.
- Ver a los grandes de la fotografía en el FOAM.
- Dejarse tentar por un stroopwafel recién hecho mientras se recorre el irresistible mercado de Albert Cuypstraat.
- Entrar en el invernadero lleno de mariposas del Hortus Botanicus.
- Descubrir animalillos mientras se pasea por uno de los zoológicos más antiguos de Europa, el elegante Artis.
- Ir de compras por De Pijp y el Magna Plaza al lado de la plaza Dam.
- Ir en bicicleta por el Vondelpark.
- Descubrir museos absurdos como el Museo de la Biblia y el Museo de los Bolsos.
- Contemplar (gratis) los cuadros de la galería que lleva desde Kalverstraat al Museo Histórico de Amsterdam.
- Probar las cervezas artesanales en la casa de cervezas de Brouwerij 't IJ, bajo el molino de Funenkade.
- Curiosear los fetiches cinéfilos vintage en la tienda de Cine Qua Non de la calle Staalstraat.
- Deambular perezosamente por el Joodenburt al atardecer.
- Y disfrutar del ambiente único de la ciudad, quizás no más bella, pero sí más libre, espontánea, amable y sorprendente de Europa.

... nos enteramos, a 5 minutos exactos de que salgan los títulos de crédito, de que el asesino es un antiguo compañero de trabajo del conocido del detective (un buzo que se volvió loco y deforme por recoger unos resíduos radiactivos y que, en lugar de vengarse de los que los vertieron y le ordenaron bajar a recogerlos sin medidas de seguridad adecuadas, ha optado por masacrar inocentes aprovechando sus habilidades náuticas. Lógico).

Es decir, que después de tanto rollo el asesino es un personaje nuevo sacado a última hora. ¡Un olé para estos guionistas holandeses!