Perfume de violetas (2000)

El hecho de que el cine mexicano está en buena racha lo prueban el enorme prestigio tomado por realizadores como Alfonso Cuarón o Alejandro G. Iñárritu, que han trabajado ya fuera de su país. Pero también lo demuestra el hecho de encontrar entre su producción "pequeña" o más independiente joyitas como esta.

Es una historia radical y desgarradora acerca de dos chicas adolescentes que hacen amistad, más por la compasión de una hacia la otra, marginada y rara ante las demás compañeras, que por otra cosa. El hecho de que una compañera le haga caso y se porte bien con ella, sorprende y alegra mucho a la otra, así que a partir de ese momento no se separa de ella, con consecuencias tremendas.

Sorprende el estilo seco y directo, y la violencia contenida que tiene una magnífica historia de la que se podría pensar en principio que va a ser ñoña, y que resulta ser todo lo contrario. A descubrir.

Acostumbrados a ver a los niños perfectos, con dinero y problemas superfluos, llegó para en el año 2001 “Perfume de violetas”, mostrándonos el perfil socio-económico mayoritario de nuestra juventud. Una producción que ha causado mucha incomodidad a ciertos sectores de la sociedad mexicana (a los cuales se les denomina como plásticos), la cual se encarga de tachar y llamar basura dicho trabajo, porque realmente logran causarles incomodad, gracias a las bajezas retratadas por Maryse Sistach con sus personajes extraídos de un hecho real.

Guión crudo, directo y de reflexión, el cual se olvida de aquel público que digiere efectivamente “basura” (Y tu mamá también, Temporada de patos, American Pie, Yo puta, entre muchas otras), y prefiere a aquellos individuos que pueden aportar mucho más que la evasión de las problemáticas expuestas, con una crítica objetiva y congruente.

De victima a victimaria, Ximena Ayala encarna a Jessica una adolescente desubicada, por la incomprensión de su madre, por los abusos de su hermanastro y por el ambiente hostil en el que se desenvuelve. Myriam hija de madre soltera, víctima a final de cuentas de su mejor amiga (Jessica), por la pésima recepción de juicios deliberados por parte de su progenitora, quien maneja hasta cierto punto una doble moral. Pero las cuestiones no paran en el núcleo familiar, sino hasta las instituciones educativas, donde la falta de tacto y tolerancia hacen que la mala información se desplace de boca en boca generando desconfianza y desafío hacía figuras de mayor jerarquía.

Aquí toco ver a dos adolescente incomprendidas, pero también cabe aclara que sería un error etiquetar a todos los jóvenes con tales disyuntivas en México. El cine y su apreciación es una cuestión 100% de percepción, y se categoriza como subjetivo. Hay posibilidad de expresar en nuestra crítica puntos a favor o en contra de las producciones, pero es fabuloso leer apreciaciones que ayuden a un análisis inteligente de cada trabajo.