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Un traje blanco (1956)

Un traje blanco
93 min.
5,2
51
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Sinopsis
Polonio ha sido el primer niño del pueblo que ha hecho la Primera Comunión con un traje blanco, tal y como se estila en Madrid. Marcos no quiere ser menos y decide que no tomará la Primera Comunión si no es vestido con un traje tan bonito como el de Polonio, como le prometió su madre poco antes de morir. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia
Dirección
Reparto
Año / País:
/ España España
Título original:
Un traje blanco
Duración
93 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
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7
Buen cine de los años cincuenta.
Tal vez habría que empezar confesando que en su momento uno hizo la Primera Comunión vestido de marinerito. Esta confesión otorga a quien la hace el privilegio de una perspectiva de la que carecerán quienes tengan menos años.
Sé de tres películas que giran en torno al traje que el niño o la niña, pues de todo hay, ha de llevar en un día así: “Prima Comunione”, de Alessandro Blasetti - que aquí se tradujo por el absurdo título de “Una hora en su vida”; “Lloviendo piedras”, de Ken Loach, y ésta, “Un traje blanco”, de Rafael Gil. Ninguna de las tres se centra en el hecho religioso en sí, sino todas ellas en el vestido que debe llevar el comulgante. No estamos por tanto ante películas que pudieran englobarse bajo el epígrafe de cine religioso.
La historia se desarrolla de la siguiente manera: A Marcos, hijo de un obrero viudo que trabaja en una fundición y el pequeño de tres hermanos, le llega la edad de hacer la Primera Comunión. Su hermana Rosa, que ejerce el papel de la madre ausente, se ocupa de confeccionarle un modesto trajecito. Lamentablemente Marcos ha sido testigo de la ceremonia de la Comunión de su amigo Polonio, quien, por diversas circunstancias, ha recibido en préstamo un traje blanco con charreteras, cordones dorados y toda suerte de perifollos. Cuando Marcos compara el traje que deberá llevar con el que ha llevado su amigo, no quiere ser menos y trata por todos los medios de eludir el compromiso religioso como no se lleve a cabo vistiendo el traje blanco soñado.
La película descansa en la estupenda actuación de los dos niños, Miguel Gil y Miguel Ángel Rodríguez, y cuenta con una excelente dirección de Rafael Gil. No es evidentemente una película para pasar a la historia, pero sí un muy digno ejemplo del mejor cine que se hizo en aquellos años. Rodada en el precioso pueblo de Sepúlveda (Segovia) tenemos la oportunidad de ver cómo era el pueblo en los años 50 y no está de más buscar entre las imágenes que nos ofrece Google vistas del pueblo en la actualidad para ver cuánto y cómo ha cambiado.
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10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
8
La primera Comunión
Fue en 1956 cuando Vicente Escrivá le ofrece al director Rafael Gil inspirado en un hecho real; la historia de un niño pobre, que sin dinero para hacer la primera comunión vestido de blanco, como le hubiese gustado a su madre fallecida, le lleva a una prodigiosa odisea para conseguirlo… A Gil le gustó la idea y en coproducción con Italia se puso manos a la obra.

La película presento a dos niños en los papeles principales: Miguel Angel Rodriguez (Polonio) y el protagonista Miguelito Gil, el niño que fue lanzado como competencia a Pablito Calvo y Joselito, y que logró con Un traje blanco su mejor película. Supo estar a la altura de una historia dramática y sensible que capta a la perfección la finura y la pureza del alma y la psicología infantil.

Un gran acierto en la filmografía de Rafael Gil que supo captar de un caso real, sencillo y humano, un gran resultado artístico. Cine de la mejor calidad temática y artística que tiene sus dosis de moral sin ser moralista, es también docente sin proponérselo; realista pero sin complicaciones y sencilla sin vulgaridad.

Ofrece un fiel retrato costumbrista. La escena del niño en los grandes almacenes es admirable como cuando se prueba el traje soñado, o sus correrías con su amigo Polonio. O sus cómicos intentos para evitar tomar la Comunión sin el traje blanco que su madre fallecida había imaginado para él.

Y como dato curioso decir que en las escenas finales aparece Rafaelito Gil jr, el hijo del director que según cuenta, a sus ocho años le hizo repetir a su padre varias veces las tomas hasta que salió perfecta.
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1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
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