arrow

Tom à la ferme (Tom en la granja) (2013)

Tom à la ferme (Tom en la granja)
105 min.
6,5
2.728
Votar
Plugin no soportado
Añadir a listas
Disponible en:
Suscripción
Tráiler (FRANCÉS)
Sinopsis
Tom, un joven publicitario, asiste al funeral de su novio, que ha muerto en un accidente de tráfico. En una granja aislada se encuentra por primera vez con la madre de su amado. Ella no lo conoce ni sabe qué clase de relación mantuvo con su hijo. Tom descubrirá entonces que su novio había estado enamorado de una mujer llamada Sarah. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Homosexualidad Drama psicológico
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Canadá Canadá
Título original:
Tom à la ferme (Tom at the Farm)
Duración
105 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Coproducción Canadá-Francia;
Links
Premios
2013: Festival de Venecia: Premio FIPRESCI
8
Descubriendo a Dolan
Llego tarde. Descubro al jovencísimo Xavier Dolan en la que consideran su peor película. Porque con sólo 25 años este quebequés ya cuenta con cuatro obras, una legión de seguidores y un puesto fijo en festivales de renombre como el de Cannes. Ahora es un certamen online, el Atlántida Film Fest, el que nos acerca su cuarto largometraje, un Tom a la fèrme que sus incondicionales consideran demasiado comercial pero que para los neófitos a su filmografía puede suponer la mejor puerta de entrada. Si esta es su peor propuesta, ¿cómo serán las anteriores?

Este particular duelo postmortem, de ambiente viciado y envolvente, despierta el apetito por conocer el universo de un director que ya comparan con veteranos como Wong Kar Wai o Pedro Almodóvar. Sin ir más lejos, Carlos Boyero, por coherencia y convicción, también aborrece a este neohipster pretencioso, así que absténganse los detractores de ese cine que supedita los guiones, no siempre con acierto, a un ejercicio estilístico artificioso. No es el caso, sin embargo, de esta angustiosa cinta, en la que prima la atmósfera de opresión frente a los planos de alarde.

Tom a la fèrme es una historia de dolor reprimido, el que siente el protagonista cuando acude a la granja familiar de su novio para velar su muerte. Forzado por un hermano aterrador, se verá obligado a contener el llanto y a camuflar su relación con el disfraz de una gran amistad. Un ambiente de opresión y violencia en el que se mezclan el miedo, el drama y la tensión, incluida la sexual. Xavier Dolan realiza una labor encomiable, no ya como director sino frente a la cámara asumiendo una personalidad con tantos matices como la de Tom.

La atracción imposible hacia un cuñado psicópata, tan pronto violento como embaucador, es sólo uno de los alicientes de este thriller de toque homosexual, al parecer uno de los hilos conductores de la obra de Dolan. Su otro gran sello está en la belleza formal. Planos cenitales acompañados de una potente y adictiva banda sonora, planos dorsales que convierten al espectador en un cómplice del protagonista, travelings minuciosamente descriptivos de estancias. Imágenes milimetradas que no alteran ni conducen el fondo del filme hacia la estratosfera de la pedantería o el surrealismo.

Finalizados los títulos de crédito de Tom a la fèrme, surge la necesidad de un ciclo Dolan que o bien reafirme la buena impresión o bien contradiga a la corriente en favor de este personalísimo director. ¿Serán sus tres películas previas el paradigma de una obra de arte precoz? Y en ese caso, si su cuarta propuesta es un pequeño traspiés, ¿estará desenmascarando en realidad un precipitado espejismo? Cameo ya tiene editado un pack idóneo en DVD con Yo maté a mi madre, Los amores imaginarios y Laurence anyways pero todas sus existencias están agotadas. Urge reeditarlo.
[Leer más +]
27 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
9
Temor es todo lo que me queda
A veces se produce una brecha en medio de la noche, un sudor gélido se escurre por las sábanas, y uno, sin saber muy bien por qué, siente miedo, soledad, y quizás incluso algún atisbo de locura. El canadiense Xavier Dolan ha tejido, en su cuarto trabajo, una pesadilla, una película caótica. Un arrebato de cine, o post-cine, o post algo, un ejercicio narrativo absurdo, un desgarro. Tom viaja al Quebec profundo para el funeral de su novio. Todo lo que pasa desde que entra en la granja que da título a la película es una paliza, o un reto, o ambas cosas. Dolan busca que el espectador se rinda. Nada tiene sentido en una película sin género, que no es ni un drama psicológico, ni un thriller terrorífico, ni un noir enfermizo. O es a la vez las tres cosas, o no es ninguna de ellas en absoluto.
Si sus tres películas anteriores funcionaban por acumulación en lo visual, el Dolan de Tom à la ferme se ha despojado del manierismo de antaño, la puesta en escena es limpia, de encuadres perfectos, dibujados con una enfermiza obsesión por la centralidad en el plano. Y sin embargo es una película desenfocada, ahogada en miseria, autodestructiva. La autodestrucción como concepto vital, como algo intrínsecamente humano es algo que está presente en todo el cine de Dolan. Todo hombre ama lo que más daño le hace, y desea lo que más teme. No somos más que prisioneros que arrastran su alma, que construyen sus propias celdas para encerrar todo aquello de ellos mismos que temen, para encerrarse a sí mismos.
El cine de Dolan aterroriza usando códigos totalmente irreales para retratar pulsiones humanas muy plausibles. Ese es su secreto, pocos autores actuales piensan en imágenes como lo hace él, para bien o para mal, o sí, para ambas. Al mismo tiempo que su forma de dirigir se va despojando de elementos, depurando, las hojas de sus guiones se llenan de borrones. Sus otras películas eran una idea, Tom á la ferme es un conjunto de retazos de ideas, de esas que solo nos permitimos tener cuando una pesadilla nos apalea en medio de la noche, cuando la frontera entre lo consciente y lo inconsciente es difusa, cuando tenemos miedo, no de los otros, sino de nosotros mismos.
[Leer más +]
24 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Más información sobre Tom à la ferme (Tom en la granja)
Fichas más visitadas