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La cueva de los sueños olvidados (2010)

La cueva de los sueños olvidados
95 min.
7,2
2.987
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Tráiler HD (ESPAÑOL)
Sinopsis
Documental en 3D presentado en el Festival de Toronto 2010. Fue rodado en la cueva francesa de Chauvet, considerada como uno de los mayores tesoros de la humanidad: es una galería de arte natural con más de 400 pinturas rupestres de 32 mil años de antigüedad. (FILMAFFINITY)
Género
Documental 3-D Prehistoria Documental sobre Historia Pintura
Dirección
Reparto
Documental
Año / País:
/ Francia Francia
Título original:
Cave of Forgotten Dreams
Duración
95 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2011: Festival de Berlín: Sección oficial (Fuera de competición/Proyección especial)
2011: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor documental
2011: Satellite Awards: Nominada a Mejor largometraje documental
2011: Critics Choice Awards: Nominado a Mejor documental
2011: Premios de la Crítica de Washington (WAFCA): Mejor documental
10
La cueva de los sueños fascinantes
En 1994, un grupo de exploradores expertos en cuevas recorrían el sur de Francia cuando, en un golpe de suerte ayudada de un poco de espíritu aventurero, decidieron inmiscuirse por un estrecho camino subterráneo. Lo que encontraron se convertiría en uno de los descubrimientos más importantes en la historia de la arqueología y el arte.

Los espeleólogos estaban liderados por Jean-Marie Chauvet, cuyo apellido pasó a bautizar la cueva. La cueva de Chauvet es reconocida por albergar las pinturas rupestres más antiguas conocidas, de hace 32,000 años, además de restos de huesos de animales ahora extintos como el oso de la caverna. Tras un derrumbamiento hace miles de años, la cueva se selló y las pinturas lograron conservarse hasta nuestros tiempos, con una calidad que hace parecer que hubieran sido hechas ayer.

Cada año, sólo un pequeño grupo de científicos tienen acceso a la cueva para conducir investigaciones arqueológicas, geológicas, paleontológicas y de historia del arte. No pueden estar por más de un par de horas porque los niveles de dióxido de carbono que emanan de las raíces de los árboles encima de la cueva podrían ocasionarles problemas de salud, y sólo pueden caminar por una estrecha plataforma de medio metro de ancho.

A esas condiciones tuvieron que someterse el legendario director Werner Herzog y su diminuto equipo de producción cuando el Ministerio de Cultura francés les ofreció la oportunidad única de entrar a la cueva por unos días. El resultado: uno de los mejores documentales realizados en los últimos años.

El tema de la cueva de Chauvet no parecería a primera vista ser algo capaz de llenar 90 minutos de celuloide, pero Herzog logra, con maestría, combinar los conocimientos científicos con los sentimientos que la cueva y sus alrededores evocan, y es capaz de llevarnos al pasado, de hacer que imaginemos cómo era el mundo hace 32,000 años, de intentar acercarnos a ese ser humano prehistórico con el que tenemos mucho más en común de lo que creemos.

Y lo logra sin caer en sentimentalismos, pero dándole importancia a las emociones; y se aprecia que no intente dar una sola visión sobre el pasado sino que permita que hablen las múltiples voces de los distintos tipos de arqueólogos y científicos, desde los que hacen modelos tridimensionales con todos los recovecos de la cueva, hasta los que buscan revivir lo que sentían los humanos del pasado, vistiéndose como ellos y tocando flautas hechas de huesos. [sigue sin spoiler]
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30 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
5
Como un jarro de agua en una copa de vino: un documental mediocre para un tema fascinante
Promisoria era la propuesta del documental que nos traía Herzog: un director de calidad, un tema fascinante. La realidad, sin embargo, deja de ser tan entusiasmante.
Desde el punto de vista del guión Herzog ofrece un documental débil, pretencioso y por momentos irritante. Los recursos supuestamente "poéticos", lejos de parecerme tales, se me ofrecen como un jarro de agua en una copa de vino. No señores, a la cueva de Chauvet no le hacían falta recursos efectistas, cámara al hombro, epicidad, voces búlgaras, tipo diciendo "escuchen su corazón". Añadamos a ello digresiones de lo más inútiles sobre cómo hacían las lanzas hace 20.000 años o una coda sobre cocodrilos que no viene a cuento.
El uso de 3D es sencillamente ridículo. Y aún más desacertado el tono con que pretende insertar el humor. Tenemos por ejemplo a un especialista en perfumes que acude al lugar para recoger el olor de la cueva. Eso que en García Márquez, por su talante, nos hubiera hecho sonreír, aparece con un agarrotamiento enojoso de mal chiste.
No señores, a la cueva de Chauvet no le hacen falta artificios. Le sobra con la belleza de las imágenes. No hacía falta nada más. Es entonces, cuando Herzog se calla y cesa la música, y la cámara pasea entre luces y sombras por caballos dignos del mismísimo Franz Marc, o toros dignos de Picasso, es entonces cuando sentimos la enorme belleza que trata el film.
Lástima que Herzog tuviera que meter su altanería en lugar de dejar a la cueva hablar por sí misma.
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24 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
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