Charlot, rival de amor (1914) Cortometraje

301/02(02/08/24) Ordinario cortometraje silente de ‘humor’ (a punto de cumplir 110 años de vida, estrenado el 10 de octubre de 1914), que solo merece la pena verlo para completistas del mayor Icono del Séptimo Arte, Charles Chaplin. Aquí dirige y protagoniza una clásica producción rústica de Keystone Studios donde muchas de sus exiguas tramas tenían como telón de fondo el Echo Park angelino cerca de los estudios, film de dos carretes con duración de 11 minutos y 41 segundos. Aquí mantiene una rivalidad con bigotudo (de morsa) Chester Conklin, peleándose pro varias mujeres, estas tratadas como ganado idiota que se van con el primero que les sonríe (hay incluso resonancias a que las mujeres del parque son en realidad prostitutas), para un argumento plagado de pinchazos con tenedor, patadas, golpes, caídas, piro slapstick low cost. Chaplin aún estaba en su etapa de aprendizaje, era su primer año en el mundillo del cine y aprendía poco a poco los resortes del humor, aquí ya tenemos su Icónica imagen del ‘vagabundo’, aunque no hay atisbo de romanticismo en su personalidad, la que le hizo eterno, aquí si tiene la picardía, ingenio, don para ser pendenciero, pero sin la melancolía que impregnaría posteriormente a sus actuaciones y films. A diferencia de sus maravillosos largometrajes de los años 20 y 30, las películas de 1914-1915 son producciones pedestres, parecen improvisadas, solo se basaban en el enfrentamiento caricaturesco sin más, donde la inventiva era cuasi nula en cuanto a las insípidas coreografías, donde en algunos casos, como aquí, se basaban en personajes ‘depredadores sexuales’ persiguiendo mujeres por el parque.

Durante su primer año en el cine, Charlie Chaplin apareció en unas treinta y cinco películas en el Keystone Studio de Mack Sennett, normalmente en el papel principal. La mayoría de ellas eran comedias de un solo rollo de unos diez minutos cada una, pero hubo varios cortometrajes de dos rollos a lo largo del camino, así como un largometraje bajo la dirección de Sennett, Tillie's Punctured Romance, en el que Chaplin hizo el papel del villano. El aprendizaje de Chaplin con Sennett le enseñó los fundamentos de la realización cinematográfica, pero algunas de estas comedias no se sostienen bien hoy en día. Por supuesto, si eres un aficionado a Chaplin, incluso sus películas más flojas te interesarán, pero el espectador casual que se tope con las Keystones en busca de risas de películas antiguas puede quedar decepcionado.

Son tres los escenarios para este corto: Primero en una casa que no se sabe porque están allí Chaplin y Chester Conklin comiendo. Los dos luchan por la atención de la casera con el rival (interpretado por Chester Conklin). El rival hace su intento primero. Mientras está hablando con la casera (interpretada por Helen Carruthers), el vagabundo lo pincha con un tenedor desde detrás de una cortina, rutina luego varias veces empleada por Chaplin el trampantojo de un cortinón para ocultar acciones ‘belicosas’. El rival se enoja y la casera se enoja. El vagabundo continúa hablando con ella. Mientras el vagabundo habla dulcemente con la casera, el rival hace lo mismo que el vagabundo le hizo a él. La casera se enoja y se aleja del vagabundo. Molesto, el vagabundo lleva al rival afuera; Segundo escenario pasa a ser un clkásico de estos cortos, como es el parque con lago. Ambos rivales toman su camino por separado cuando el vagabundo se queda afuera de un bar y el rival sigue caminando hacia un parque. Antes de que el vagabundo entre al bar, se distrae con una chica atractiva (Vivian Edwards) que pasa caminando y lo mira. El vagabundo la sigue hasta que aparece su novio alto. Él huye inmediatamente. En el parque volverán chocar los rivales por mujeres, esta vez con la inclusión del tercero mencionado, y de un policía (otro clásico chaplinesco, su enfrentamiento rebelde contra la autoridad) con más peleas de patadas, golpes y caídas, con el añadido de sugerencias de que quizás alguien es un proxeneta recibiendo réditos de su fulana de turno; Tercer escenario será en el final la sala de proyección de un cine, donde de modo transgresor se sugiere un ménage à trois, con Chaplin entre dos mujeres, los tres haciéndose carantoñas cariñosas alegremente, a la vez que se sugiere la nula personalidad de las mujeres siendo títeres en manos de estos ridículos tipos. Teniendo un final bastante meta-cine (*spoiler), seguramente sin pretenderlo.