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Redención (Tyrannosaur) (2011)

Redención (Tyrannosaur)
91 min.
7,1
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Sinopsis
Joseph (Peter Mullan), un viudo alcohólico, violento y autodestructivo, encuentra una esperanza de redención en Hannah (Olivia Colman), una mujer muy religiosa a la que conoce a raíz de un altercado. Al principio Joseph se burla de su fe y da por supuesto que su vida de creyente debe de ser muy apacible, pero pronto descubre que, por el contrario, está llena de dolor y confusión. A medida que su relación se consolida, ambos se dan cuenta de que el amor y la amistad pueden encontrarse incluso en los lugares más oscuros. (FILMAFFINITY)
Género
Drama Drama social Amistad
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Reino Unido Reino Unido
Título original:
Tyrannosaur
Duración
91 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
Premios
2011: Festival de Sundance: World Cinema: Mejor director, Premio Especial del Jurado
2011: Satellite Awards: 2 nominaciones: guión original y actriz (Olivia Colman)
2011: Premios BAFTA: Mejor debut británico
2011: British Independent Film Awards: Mejor película, actriz (Colman) y nuevo director
2011: Premios Independent Spirit: Nominada a Mejor película extranjera
8
Incómoda de ver
Una cosa es ser feo y otra bien distinta ser incómodo de ver. Lo mismo podría trasladarse al mundo del cine. Hay películas feas, como paradójicamente lo es Precious, haciendo de la miseria su estandarte, y hay películas, que como Tyrannosaur, son incómodas de ver. Filmes ante los que uno no puede evitar apartar la mirada por su extrema crudeza pero cuya finalidad va más allá del morbo gratuito, porque el amarillismo no es sólo cosa de la tele. Obras que, cada una a su manera, nos recuerdan que la vida no es de color de rosa.

El protagonista de Tyrannosaur, traducida aquí como Redención, está bien lejos de ser amable. Joseph es un ser amargado, alcohólico y con una violencia que, efectivamente, es difícil de soportar. Tampoco es fácil aguantar las imágenes de ultraviolencia machista que padece Hannah, una devota samaritana que se cruza un buen día en su camino. El repugnante marido le reserva las peores vejaciones y la cámara no se anda con sutilezas. La experiencia, sin duda, es angustiosa pero también es realista. No todos los barrios son Wisteria Lane.

Precisamente en el reflejo de una comunidad decadente se ha mostrado ejemplar el actor Paddy Considine. Debuta tras las cámaras con esta loable película, tras la cual es fácil augurarle un futuro prometedor. No sólo es el máximo responsable sino también el firmante del guión de Tyrannosaur, uno de los tantos más notables de la película. Se esmera en recrear una atmósfera de extrema sordidez y consigue extraer, poniendo como protagonistas a dos antihéroes, a dos seres desgraciados, un elogio a la amistad. Lo hace sin maniqueísmos, sin caer en la fácil tentación de edulcorar la cruda realidad. Aunque el título ya pronostique una redención, los personajes no experimentan súbitos y repentinos cambios de personalidad. Son los que son. Imperfectos.

Peter Mullan y Olivia Colman son los otros responsables de que Tyrannosaur resulte por momentos tan dolorosa. La actriz es la que está acaparando nominaciones por su frágil y angelical Hannah, pero es gracias al tándem que forma con el apático, violento e insensible Joseph que el filme adquiere toques tan humanos. Incluso Eddie Marsan, con uno de los personajes más detestables del cine reciente, suma verosimilitud a la cinta. No es tarea fácil provocar odio y asco semejantes y tan unánimes en platea.

Tyrannosaur, por tanto, no bucea en el lodo con el propósito de removerlo. Tampoco con voluntad de extraer una moraleja ni de ofrecer un cuento de superación personal. Es sólo el contexto en el que se mueve un ser atormentado, un alma solitaria y asqueada con la vida que se cruza con otro ser desesperado. Y de repente se entienden, se respetan y se quieren. Es cine incómodo de ver pero a veces nos demuestra que escarbando en la basura puede hallarse la belleza.
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117 de 122 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Perros, rabia y redención
Siguiendo una larga estela de cortos reconvertidos en fructíferos largometrajes, Paddy Considine ha conseguido expandir su premiada ficción “Dog Altogether” (2007) para plasmar una de las cintas que ha cazado al vuelo premios y/o nominaciones en Sundance como premios de cine independiente internacionales. Curioso, además, que el cortometraje consiguiera un BAFTA y el largo fuera galardonado por la misma academia como Mejor debut británico del 2011.

Considine se basó en su difunto padre para construir el personaje principal de Joseph y repite reparto con Olivia Colman y Peter Mullan para ahondar en el material dramático y profundizar en esos personajes que ofrecía su cortometraje. La violencia parece enfocada en “Redención (Tyrannosaur)” a ser una especie de enfermedad, similar al alcoholismo, con la que tienen que lidiar sus protagonistas. Una víctima y un verdugo que son puestos a disposición del espectador para que los juzgue y se acerque a sus actos desde una puesta en escena e interpretaciones realistas. El merito de la propuesta es lanzar a los infiernos a su personaje principal delante de nuestros incrédulos ojos para exponernos un alma torturada al límite, donde sus recaídas podrían tener nefastas consecuencias incluso para seres cercanos y queridos. Podría jugar sus bazas a una revisión de “Gran Torino” pero su vocación es claramente intimista y existencial.

El peor defecto es ese ‘tiranosaurio’, que ha sido traducido con un flagrante avance de esa ‘redención’ a la que será sometido tanto ese violento personaje principal como esa sufrida esposa, que es cruelmente maltratada por un marido de buena posición y apariencias. El encuentro entre ambos supone una onda en extensión para que encuentren una salvación ante sus vacíos y oscuros interiores. El filme trata de dar autenticidad a riesgo de ser dura y tremenda en su vertiente más violeta y visceral. Su vocación es hacer que nazca el humanismo de situaciones límites, opacas y brutalmente amorales. Pero más allá de ese tiranosaurio, su explicación y motor de redención y perdón (a través del amor) la película no olvida el título del corto en el que se basa (“Dog Altogether”). Dos perros parecen otorgar el quiebro y metáfora de toda la cinta. Perros ladradores y poco mordedores, flacos y con pulgas y, sobre todo, a perro muerto se acabó la rabia. Un perro dócil, que acaba siendo víctima, y otro que ha sido incitado a la violencia como único motivo existencial. Ambos, como los protagonistas, parecen pagar por igual en un mundo en que la luz y la redención es la única vía de escape para soltarse de esa durísima correa que es la vida.
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52 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
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