Fuego de paja (1972)

Retrato de una mujer divorciada que lucha por sentirse viva y libre tras la ruptura de su matrimonio. La incipiente von Trotta (también en el guión) convence en este papel de mujer luchadora, que pelea por emanciparse y ser feliz en una sociedad viciada de un patriarcado visible y no tanto. Schlöndorff da el tono justo en la puesta en escena. Buena película de autor, en plena ebullición del nuevo cine alemán del que este autor tiene no pocas películas muy defendibles y donde von Trotta posteriormente siguiera el camino de la realización en parecida línea.

El filme inicia tras los créditos iniciales, con una secuencia en un juzgado donde se está procesando el divorcio entre Elisabeth (Margarethe von Trotta) y Hans (Friedhelm Ptok), esto por solicitud de la mujer que se había cansado del matrimonio y de la convivencia luego de haberse casado muy joven.

Además de presentar este hecho trascendental para la película, esta funciona para conocer algunos datos sobre la protagonista, por cierto, personaje sumamente carismático que sostiene los cien minutos de metraje, con una actuación sobresaliente de parte de von Trotta que le valió nominación a Mejor actriz en los premios alemanes.

A partir de ese divorcio introductorio, la trama se desarrolla hacia dos vertientes, la primera referida a los intentos de la protagonista por rehacer su vida, se da la tarea de buscar un trabajo, con poca experiencia luego de haber dejado labores tras casarse y acceder a la maternidad, así mismo, busca desarrollar una faceta artística en el canto y la danza.

La segunda es la búsqueda por dejarse la custodia del hijo que tienen en común, una lucha que se vuelve llena de arbitrariedades donde la mujer lleva desventaja, más aún porque el contexto temporal del filme aporta ciertas particularidades un tanto desajustadas a la realidad actual. En realidad, ambas situaciones son una disputa para Elisabeth, que ingenuamente había pensado que el divorcio era sinónimo de alcanzar libertad, con tenacidad hace frente a cada problemática.

Strohfeuer es un largometraje realizado por el matrimonio Schlöndorff-von Trotta, además de ser el director y la protagonista, escribieron el guion en conjunto, aportando los ideales que han ido trabajando a lo largo de sus carreras, especialmente von Trotta, que poco a poco se comenzó a apartar de la actuación para enfocarse en la dirección, continuando actualmente en activo al igual que su pareja.

Los ideales de los que se hace mención son referidos a una lucha feminista, con todo y que la palabra puede ahuyentar a más de uno. En el filme, más que verse como un panfleto ideológico, la agilidad de ambos se superpone para mostrar distintos pasajes de la sociedad donde la mujer no recibe un trato igualitario que la dignifique como persona.

Estos pasajes se abordan desde las ideas preconcebidas del matrimonio y del divorcio, la maternidad y el acceso a la custodia, las dificultades con el sistema judicial en este aspecto (entendiendo que la obra tiene casi cincuenta años), el tema laboral que ofrece dificultades para encontrar trabajo, así como acoso e incluso, desde la mirada del arte que demuestra que es una cuestión histórica.

Como se ha hecho mención, a pesar de algunos elementos que en la sociedad actual no se pueden concebir, el filme se sostiene bastante bien, hay una agilidad narrativa y una evolución en la protagonista, que realiza una lucha incansable pero que tampoco se antoja melodramática, o que se intente generar lástima, por el contrario, es un abordaje sincero de un personaje maravilloso que se quiebra hasta el final.

Final que hay que saber leer bien, porque a los ojos del presente puede discutirse y mucho, pero que tiene lógica dentro del argumento del largometraje y de lo que propone en su contexto.