El abanderado (1943)

Drama histórico de profundo carácter heroico y patriótico muy típico de aquel tiempo, recién acabada la Guerra Civil, donde el régimen quería impulsar una moral victoriosa recordando y reviviendo pasajes lacerantes de nuestra Historia, como fue la insurrección del Dos de Mayo de 1808, en plena guerra de la Independencia, tantas veces recurrente en nuestro cine. Gran producción de Cesáreo González con una excelente ambientación histórica para la época. “El abanderado” podría haber sorprendido en su momento, pero a día de hoy, resulta un tanto acartonada, si bien mezcla ficción con hechos reales que abordan valores universales como el amor, el deber, el patriotismo y el honor.

La película gana enteros contando con el apuesto galán de aquel tiempo, Alfredo Mayo que es compañero de los héroes Daoiz y Velarde y una típica trama de amores, responsabilidades y dudas patrióticas ante sus compañeros de armas, mezclada con batallas encarnizadas contra los invasores napoleónicos. Ardavin era por entonces un cineasta curtido en mil batallas que conocía el oficio y lo resuelve con cierta brillantez. No faltan escenas dramáticas y bellas fiestas con bailes y pleitesía de alto copete, que muestra el lujo y el poderío de la producción. El resto de los actores están bien, las dos chicas cumplen sobradamente, destacando un jovencísimo Manolo Morán con pelo todavía pero con grandes dosis de humor.

Romanticismo, sacrificio, caballerosidad, elegancia, marcialidad y fervoroso patriotismo, incluye este film de aventaras históricas, desconocido prácticamente por el personal de esta web, que yo no recuerdo los años que han pasado desde su último pase por televisión, yo como tantos otros, hemos podido disfrutarla por primera vez, aunque sólo sea como documento histórico, pero me ha parecido entretenida y muy significativa de la década de los años cuarenta. Mi aplauso para el ente público por seguir divulgando nuestro cine y nuestra cultura que tiene sus luces y sus sombras, pero que es lo que nos identifica y debemos conocer, pues últimamente aprecen demasiados analfabetos y cretinos que sólo dicen majaderias sobre no se qué derechos históricos, sin conocerlos.

Cine patriótico, claro, pero es que echar a los franceses de Napoleón fue heroico. Aquí una ficción que une al gran Alfredo Mayo con David y Velarde, sí, los que están en la Plaza del Dos de Mayo en Madrid.
En la película hay un poco de todo: canciones, detalles cómicos, gestas, aventuras. Y, sobre todo, es entretenida, con actuaciones de una colección de buenos actores y actrices: Nieto, Morán, Cancio, Pomés, muchos de los cuales se harían después imprescindibles.
Compensa verla, aunque solo sea para variar de tanta bazofia como se hace últimamente. Eso, sí, hay que verla con cierta ingenuidad. Si no, no funciona.