Simbad, el rey de los mares (1989)

La Cannon, la "major" que nos trajo Superman IV, nos regala una película que es capaz de cerrar con un plano de una ciudad actual con rascacielos en el fondo y no pasa nada, nadie se inmuta. Es un resumen de lo que significa la película. No es que no se tomaran en serio la película: es que no tenían ningún interés en ella y se nota.

Bebe de muchas películas y no tiene nada original. ¿Qué en los años anteriores se había visto como en películas de aventuras se narra la historia como si fuera un cuento? Ningún problema, hacemos lo mismo y ya está (claro, que en La princesa prometida y La historia interminable no era no un cliché ni un recurso para no molestarse en usar lenguaje cinematográfico: aquí se encadenan escenas de cualquier manera y sin ningún interés en la historia, cutre a más no poder). ¿Ninjas de moda? Sin problema, metemos a un chino o japonés que dé patadas y haga cosas de ninja y ya está.

Jaffar, su personaje, está tristemente interpretado pero a su vez es la mejor interpretación en la película.

Y por decir algo bueno: la música, pero solo durante los créditos iniciales. Tiene algo ochentero que está bien. El resto no vale la pena, como la película.

Todo sea dicho, tiene cierto toque más infantil que el visto en los Hercules de Ferrigno (se está contando un cuento a un niña, lleno de princesas que dependen de machos alfas que las cuiden, pero no puede verse demasiada violencia). Y, todo sea dicho, bebe mucho de los Hercules de Ferrigno. Sus efectos especiales son igual de malos. Pero lo realmente llamativo es que la película empieza con una plano de Edgar Allan Poe y nos dicen que vamos a ver un cuento del famoso escritor... pero a continuación pasa algo tremendamente curioso. Vemos los créditos iniciales y aparece los créditos de los guionista y aparece acreditado el autor original de la historia. ¿Será que están hasta los créditos mal o será que hasta nos mienten con eso?

Solo para completistas de un género inifinito e inabarcable y malo, muy malo, pero muy querido por cierto público.