Trailer (ESPAÑOL)
- Sinopsis
- Perelman hijo (Daniel Hendler) es un joven que estudia derecho que no quiere parecerse más a su padre (Arturo Goetz), un prestigioso abogado, pero cuanto más trata de diferenciarse, más se parece a él. Como una forma de encontrarse, busca la manera de descubrir qué es lo que más lo representa, y así despegarse de la imagen paterna. Ahora que ya es un adulto, está casado, tiene un hijo y la vida se le presenta en permanente transformación. (FILMAFFINITY)
- Género
- Drama Comedia Familia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2006 / Argentina
- Título original:
- Derecho de familia
- Duración
- 102 min.
- Guion
- Música
-
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Argentina-Italia-Francia-España;
- Links
Premios
"Una película pausada, irónica hasta la médula (...) e interpretada por un elenco grandioso. (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)."
Marcos Rebollo
[Cinemanía]
"Burman demuestra una vez más ser un excelente escritor. (...) lo que en otras manos hubiese resultado un tedioso e irritante discurso (...) no sólo resulta soportable, sino incluso delicioso."
Javier Ocaña
[Diario El País]
Familia de abogados
27 de julio de 2006
El binomio Burman-Hendler regresa ahora con una película de tono más gentil que "El abrazo partido", ese film que muchos denominaban comedia cuando el drama le salía por los poros. "Derecho de familia" reincide en las relaciones familiares, en los problemas de comunicación y si en "El abrazo partido" no eran muy buenas esas relaciones aquí se demuestra que aún siendo buenas nos quedamos cortos. La historia son estas personas y sus relaciones, y es tan bueno el aire del film que casi es imposible señalar a un personaje con el que no empatizemos. Es un cambio a mejor respecto a su anterior y probablemente más laureado trabajo. No obvia tampoco en ésta Burman el drama, sabedor de que es la forma más directa de dejar huella y la que mejor representa la realidad, pero lo hace con soberbia delicadeza. Deja "Derecho de familia" buen poso, es un film para recomendar sin casi riesgo a equivocarse. Hendler está muy bien y en general todo el reparto, aunque son esas escenas con el niño las que, cargadas de una veracidad aplastante las que más juego le dan al protagonista. Tampoco arriesga esta película mucho pero se mantiene en un nivel más que aceptable.
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16 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
El pequeño gran tiempo
25 de enero de 2010
Esta no es una película de género, aunque circule entre la comedia y el drama ligero, a la manera de algunas películas de Truffaut, de quien Burman se diferencia en acentuar menos la poesía que los matices del humor en situaciones extremadamente simples.
El filme expone situaciones propias de los vínculos familiares, enfocados en el microcosmos de una pareja de jóvenes profesionales (Julieta Díaz y Daniel Hendler) que andan por los treinta y que tienen un solo hijo.
Como ocurre con otras películas de Burman, el eje pasa por la mirada masculina: en este caso, la de Perelman hijo (Hendler), un joven abogado que no quiere parecerse a su padre, un profesional de clase media con mucha experiencia, que ha logrado organizar su vida en torno de su trabajo. El protagonista quiere construirse una identidad propia, intentando no seguir los pasos paternos y por eso, aunque tiene el mismo oficio, se dedica a la docencia y a otra rama del derecho. Pero el devenir de los acontecimientos le traerá como un bumerang, esquemas y prototipos con los que no quiere quedar fijado. Porque a pesar de sus esfuerzos, su propia vida tiene mucho de rutina: la extensa jornada laboral suele encontrarlo abrumado cuando regresa a su hogar, con su pequeño hijo dormido, sin tiempo para comunicarse con su esposa y tan exhausto que a mayoría de las veces se desploma en la cama sin alcanzar a desvestirse.
Inesperadamente, cuando una situación no planificada le quiebra al hombre sus rutinas diarias, empezará a descubrir mucho de sí mismo, porque el tiempo libre le permitirá reconocer el poco espacio que habitualmente tiene para dedicar a sus vínculos más entrañables.
Alternando melancolía y buen (o mal) humor, la peli fluye sobre la superficie cotidiana, abriendo interrogantes que miran tanto al espejo adelantado de las generaciones mayores como a las páginas en blanco del hijo pequeño.
¿Cuánto perdemos entre el mucho trabajo y el poco tiempo que nos queda para disfrutar de las pequeñas cosas? ¿A dónde vamos con tanto trabajo y poco tiempo? son algunas de las preguntas que todos terminamos haciéndonos junto al protagonista de "Derecho de Familia". Mientras nos deja pensando -al borde de la sonrisa o del nudo en la garganta- sobre la verdadera importancia de los sentimientos y cómo comunicarlos.
El filme expone situaciones propias de los vínculos familiares, enfocados en el microcosmos de una pareja de jóvenes profesionales (Julieta Díaz y Daniel Hendler) que andan por los treinta y que tienen un solo hijo.
Como ocurre con otras películas de Burman, el eje pasa por la mirada masculina: en este caso, la de Perelman hijo (Hendler), un joven abogado que no quiere parecerse a su padre, un profesional de clase media con mucha experiencia, que ha logrado organizar su vida en torno de su trabajo. El protagonista quiere construirse una identidad propia, intentando no seguir los pasos paternos y por eso, aunque tiene el mismo oficio, se dedica a la docencia y a otra rama del derecho. Pero el devenir de los acontecimientos le traerá como un bumerang, esquemas y prototipos con los que no quiere quedar fijado. Porque a pesar de sus esfuerzos, su propia vida tiene mucho de rutina: la extensa jornada laboral suele encontrarlo abrumado cuando regresa a su hogar, con su pequeño hijo dormido, sin tiempo para comunicarse con su esposa y tan exhausto que a mayoría de las veces se desploma en la cama sin alcanzar a desvestirse.
Inesperadamente, cuando una situación no planificada le quiebra al hombre sus rutinas diarias, empezará a descubrir mucho de sí mismo, porque el tiempo libre le permitirá reconocer el poco espacio que habitualmente tiene para dedicar a sus vínculos más entrañables.
Alternando melancolía y buen (o mal) humor, la peli fluye sobre la superficie cotidiana, abriendo interrogantes que miran tanto al espejo adelantado de las generaciones mayores como a las páginas en blanco del hijo pequeño.
¿Cuánto perdemos entre el mucho trabajo y el poco tiempo que nos queda para disfrutar de las pequeñas cosas? ¿A dónde vamos con tanto trabajo y poco tiempo? son algunas de las preguntas que todos terminamos haciéndonos junto al protagonista de "Derecho de Familia". Mientras nos deja pensando -al borde de la sonrisa o del nudo en la garganta- sobre la verdadera importancia de los sentimientos y cómo comunicarlos.
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