Destino final 2 (2003)

Es raro en los tiempos que corren, que una secuela de terror esté casi a la altura de la primera parte, pero "Destino Final 2" lo ha conseguido.

Sin duda, las muertes de esta segunda parte son más espectaculares si cabe, pero el apartado actores es el más descuidado ya que carecen del gancho necesario. A excepción de Ali Larter (la única recuperada de la primera parte), el resto del casting parece sacado de cualquier producto de videoclub.

No obstante, los efectos especiales son bastante buenos y ayudan a crear esas escenas "impactantes" que caracterizan a la saga. Desde el arranque con la fabulosa escena del accidente de autopista, comprobamos que la pauta de la película sigue siendo mantener en tensión, sorprender,... o simplemente divertir al espectador. En cualquier caso, no hay nada mejor que pasarse un rato descubriendo las "sorpresas" que nos depara esta secuela, y si es con amigos mejor que mejor.

Lo mejor: Como siempre, las muertes "muy curradas"
Lo peor: el presupuesto se les ha ido en FX... porque lo que es en actores...

La segunda parte de la exitosa "Destino final" es más de lo mismo, ni mejor ni peor: un grupo de niñatos (en especial uno de ellos) tiene una premonición: van a morir de una forma horrible (¡qué miedo!) pero escapan vivitos y coleando (o eso creen). La muerte les apunta en su lista negra y prioritaria e inicia su peculiar venganza.
El desquite no consiste en matarles de una manera sencilla: véase una caída de meteorito o una enfermedad mortal de efecto instantáneo. Sino que se toma su trabajo en ingeniar una serie de "combos" absurdos para finalmente cepillarselos de una manera estrambótica y disparatada.
Al igual que la primera entrega está repleta de humor negro pero también de incoherencias narrativas.
Lo normal es no tomársela en serio. Pero yo sólo puedo hacer concesiones con la serie b o películas cutres. Que una producción de un presupuesto holgado me tome el pelo no lo tolero y "Destino final" y "Destino final 2" me parecen una tomadura de cabellera.
Absurda, divertida (de lo penosa y desatinada que es) y mediocre de principio a fin.