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Las doce sillas (1962)

Las doce sillas
94 min.
6,6
267
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Sinopsis
Un aristócrata venido a menos con el triunfo revolucionario y su ex chofer buscan desesperadamente una silla donde están escondidos los brillantes de la familia. En abierta competencia con el cura del pueblo, enterado del secreto, los personajes atraviesan las más imprevistas situaciones ya que el juego de doce sillas ha sido subastado por el Ministerio de Recuperación de Valores y se encuentran en distintas manos. (FILMAFFINITY)
Género
Comedia Revolución Cubana
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Cuba Cuba
Título original:
Las doce sillas
Duración
94 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
8
Entretenida y muy divertida comedia picaresca/satírico/costumbrista, rodada y ambientada en la Cuba de 1962.
Tres años después de la bajada de Fidel Castro de Sierra Maestra, con la revolución en sus inicios, nos cuenta la historia de Hipólito Garrigó, un antiguo latifundista que vive con su madre, la cual antes de exhalar el último suspiro le susurra que las joyas familiares las escondió en 12 sillas de estilo inglés que dejaron abandonadas al salir por pies de La Habana, dándose la circunstancia que un cura que atendía a la madre también sabia de las sillas (sale de la habitación de la moribunda instantes antes de entrar Hipólito).
A partir de aquí con Hipólito de vuelta en La Habana ayudado por Oscar, un antiguo empleado que resulta ser un pícaro buscavidas a seguir la pista de las sillas y por otro lado el cura de marras (a modo de agente del obispo) también detrás de ellas, tenemos el meollo de la trama.
Estamos ante una libre adaptación de la magnífica y divertida novela de titulo homónimo escrita por Eugeni Petróvich Katáevy e Ilia Arnóldovich Fainzilberg (editada en España por Acantilado), que junto a "Vida e insólitas aventuras del soldado Iván Chonkin" (Alianza) de Vladímir Voinóvich son (a mi juicio) dos de las mejores novelas satíricas rusas del siglo pasado, (aprovecho para recomendar otra joyita en la misma línea escrita por el checo Jaroslav Hasek, “Las aventuras del valiente soldado Svejk”, un divertidísimo tocho de 720 páginas en la magnifica edición de “Galaxia Gutenberg”, que está considerada como una especie de “El Quijote” de detrás del telón de acero), adaptación en la que Tomas Gutiérrez Alea hace equilibrios para suavizar un tanto la fuerte carga crítica hacia el sistema de la que está preñada la novela, acentuando la sátira (sin tampoco hacer mucha sangre) sobre los perjudicados por la revolución, tarea de la cual sale victorioso, regalándonos una entretenida y muy divertida comedia picaresca/satírico/costumbrista (para que os hagáis una idea, una especie de cruce entre Berlanga y Bardem, con un toque Pedro Lazaga) a la que se la puede perdonar alguna que otra deficiencia técnica y/o carga ideologica, en la que a través de una aceptable fotografía podemos disfrutar de unos exteriores realmente bellos de las calles de La Habana, con unos relucientes Vedado y Miramar y un Malecón (con los mismos coches pasando por la Avenida que casi 50 años después siguen haciéndolo) tan concurrido y bello como en los tiempos presentes (además de una panorámica de Fidel soltando uno de sus discursos en la Plaza de la Revolución), además de las interesantes imágenes de la Cuba rural cuando salen de La Habana tras las sillas.
Mel Brooks adapto también la novela, en la también divertida, “El misterio de las 12 sillas 1970”.
Absoluta recomendable e imprescindible como documento histórico y/o para los afortunados que conozcan esa maravilla de la humanidad llamada, La Habana.
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13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
Humor gastado
Comedia que ha perdido humor con el tiempo. Más importante como documento histórico, pues como película se transforma en una especie de El halcón maltés chistoso, cercana también al humor negro de The killing de Kubrick, sobretodo por el final de la situación, igual por la forma que comienza y lo absurdo a veces de las situacioens me da la impresión que Blake Edwards debe haber visto esta película antes de hacer La Pantera Rosa. Lo que sostiene la película es más que nada la simpatía del tipo que ayuda al exlatifundista, que resulta ser un aprovechador de las situaciones y que pareciera inclinarse por la Revolución en vez de la ambición ciega del bigotudo. Entretenida, pero no aporta mayores reflexiones. Gutiérrez Alea tiene películas mucho mejores.
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7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
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