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El judío eterno (1940)

El judío eterno
66 min.
5,0
250
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Sinopsis
Demoledor documental antisemita que alterna imágenes rodadas en la Polonia ocupada con diagramas animados y fotografía de personalidades judías del mundo de los negocios y la cultura, mostrando a los hebreos como una raza degenerada y diabólica, empeñada en dominar el mundo. Combina imágenes de archivo (foto fija, noticiarios, secuencias de películas de ficción) con tomas realizadas en la Polonia ocupada. En conjunto, se trata de un documento absolutamente revelador sobre el proyecto antisemita nazi, en el que unas espeluznantes imágenes del sacrificio de animales según la ley Kosher (mientras la voz en off denuncia que la crueldad sobre los animales es incompatible con la sensibilidad del pueblo alemán) dan paso a la brutal secuencia final. (FILMAFFINITY)
Género
Documental Nazismo Racismo Propaganda
Dirección
Reparto
Año / País:
/ Alemania Alemania
Título original:
Der ewige Jude. Dokumentarfilm über das Weltjudentum
Duración
66 min.
Guion
Música
Fotografía
Compañías
Links
6
Puntos de no retorno
Considero necesario abrir esta crítica con una explicación: la nota que he otorgado a este documental poco tiene que ver con la calidad de la cinta en lo referido a montaje, fotografía o guión, sino que se reduce a y se centra exclusivamente en el interés de lo que a todas luces es un documento histórico de valor excepcional para la comprensión de los marcos de referencia que posibilitaron lo que desde aproximadamente los años 70 se conoce como el Holocausto judío; y digo esto porque hasta ese momento fue una cuestión que o bien se eludía por motivos personales y colectivos un tanto dudosos o bien parecía carecer del más mínimo interés para las sociedades occidentales. Por otro lado, y pasando al meollo de la cuestión, cabe decir que esta obra concebida por el siempre incisivo y oportunista Goebbels desde el Ministerio de Propaganda tenía por fin preparar de forma un tanto sutil el camino para la Solución Final (ésta se implementaría con dicho nombre desde 1942, si bien llevaba tiempo en marcha con los Einsatzgruppen en la Rusia soviética y algunos programas piloto en Polonia), es decir: su objetivo era concienciar a la sociedad alemana de la necesidad de erradicar a los judíos del cuerpo de Europa. Es curioso que en varias ocasiones el narrador se vanaglorie de la desaparición de los judíos alemanes, casi completada ya por aquel entonces -aunque esta no ocurriría de modo físico hasta mayo del 43-, y que nadie en la sociedad alemana se preguntara ni en ese momento ni después qué había sido de ellos y cómo había sido solucionado el problema. Es evidente que cualquier presunción de inocencia es imposible tras ver un documental como éste que, por supuesto, no tiene por qué reflejar el sentir de toda una sociedad pero que, al fin y al cabo, demuestra que estaban sobre aviso de lo que estaba por venir y casi nadie movió un dedo en el sentido de ayudar a los judíos, sino más bien todo lo contrario.

Es obvio y natural que al espectador contemporáneo le cueste entender que un documental como éste, simple y llano en todos los sentidos -hasta rayar el ridículo en algunos momentos-, pudo llegar a surtir algún efecto entre la población. Desde luego ver un producto así y no entender es positivo, significa que de un tiempo a esta parte hemos evolucionado en nuestro modo de pensar y que, además, los marcos de referencia y cabezas de turco de toda una sociedad cambian con las coyunturas. Por desgracia es posible que con un planteamiento similar (aunque habría que retocar ciertas cosas) y cambiando a los judíos por subsaharianos o rumanos -por citar dos colectivos particularmente denostados en España- mucha gente de este país viera sus "tesis" reforzadas. La manipulación no cesa, sólo los objetos de interés del establishment en cuestión. En este sentido, documentales así, vistos con un poco de autocrítica nos pueden ayudar a comprender muchas cosas y, por supuesto, a estar en guardia frente al rechazo visceral de otros seres humanos.
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29 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
6
El racismo es como juzgar un libro por el color de sus hojas
Film imprescindible para comprender los fundamentos de la doctrina antisemita del Tercer Reich.
Para comprender las raíces de aquel odio no podrán soslayarse dos elementos que considero indisolubles: la realidad sociopolítica de la zona posterior a la Primera Guerra Mundial y una mente fundamentalista, prejuiciosa y rencorosa, con un inagotable poder de oratoria. No olvidemos que Hitler en su juventud estuvo prácticamente en la mendicidad y al pasar por Viena fue acogido en una casa de beneficencia judía. Estas experiencias sumadas al metódico adoctrinamiento antisemita terminaron por formar la idea racial del Führer.

En “Mein Kampf” Hitler habla abiertamente del futuro Estado “Racista” Alemán y llama la atención el uso habitual que hace del término “racista”, un vocablo que hoy en día es políticamente incorrecto y que en aquella época era un adjetivo más.
En dicho libro se lee: “Es deber del Estado racista comenzar por hacer de la cuestión racial el punto central de la vida general. Se tiene que velar por la conservación de su pureza y consagrar al niño como el tesoro más preciado de su pueblo”.
Señala dentro de un capítulo entero las desgracias que le ha causado la raza judía al pueblo alemán y al mundo en general, haciendo un minucioso análisis físico, intelectual, religioso y cultural del judío. Lo designa como “parásito social”, mitómano, incapaz de producir arte, egoísta y ambicioso. Aborda detalles familiares como el matrimonio donde podemos extraer: “Si bien es cierto que a menudo fomenta el matrimonio de judías con cristianos influyentes, el judío sabe en cambio mantener pura su descendencia masculina. Envenena la sangre de otros, en tanto que conserva inmaculada la suya. Rara vez el judío se casa con una cristiana, pero si el cristiano con una judía".

Tendremos que preguntarnos cuál fue el impacto en los alemanes al ver esta producción, no olvidemos que estaban en plena guerra, con un inicio triunfante y con una confianza ciega ante la doctrina Nacional-Socialista.
El film fue encargado por Goebbels, el meticuloso Ministro de Propaganda nazi, quien cumplía también un rol de censor, autorizando que películas podía ver el pueblo alemán.

Analizando detalles de esta producción, podemos señalar que se emplean imágenes seleccionadas con la evidente intencionalidad de provocar en el espectador la repulsión hacia la raza judía, pero se excede en este propósito, revelando una subestimación hacia el público.
Se muestran ilustres personajes judíos mientras se van señalando los menoscabos de cada uno de ellos. Se ataca incluso a Charles Chaplin y se lo presenta como judío, un desliz intencional que demuestra la estirpe llena de odio de su mente creadora.
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14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
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